1 de julio 2013 - 00:00

Charlas de Quincho

Semana de quinchos comprensiblemente ansiosos, con cierres de listas y conjeturas sobre destinos: el gobernador bonaerense ganó puntos en el oficialismo gracias a su decisión de separarse del intendente de Tigre, y su colega chaqueño ofreció singular viñeta de su visita al Papa. A propósito de Francisco, hubo ágapes jugosos sobre su papel en la Argentina política inminente. Estuvimos, del “lado de adentro”, en la cena a la que Eduardo Duhalde no logró asistir por culpa de un sonado escrache, y en otro sarao escuchamos comentarios maliciosos sobre la falta de quórum que le impidió a la exministra Garré llegar a la OEA. Cerramos con un encuentro exquisito en musical mansión alemana. Veamos:

Daniel Scioli junto a Carlos Tevez en un estadio de fútbol 5 en Fuerte Apache, donde inauguraron el sistema de iluminación artificial.
Daniel Scioli junto a Carlos Tevez en un estadio de fútbol 5 en Fuerte Apache, donde inauguraron el sistema de iluminación artificial.
La prisa de los cierres contagió los quinchos del fin de semana que se resolvieron, en los cuarteles mayores del oficialismo y la oposición, en debates a puertas cerradas sobre cómo le puede ir a cada cual. En el kirchnerismo hubo ansiedad por la massa-semana que siguió al lanzamiento del intendente de Tigre con fuegos con los que pretende comprometer la suerte del oficialismo en la provincia de Buenos Aires. Ese fue el tema que ocupó al grupo de gobernadores, funcionarios e intendentes que aglomeró Oscar Parrilli en la mañana del sábado en un local policial cercano al estadio de Argentinos, en el cual Cristina de Kirchner lanzaría, horas más tarde, la campaña electoral para las primarias de agosto. Los había confiado que el envión massista no afectará al kirchnerismo provincial, como expresaron en ese VIP previo al acto Daniel Scioli - dueño de todas las encuestas - y Jorge Capitanich, un hombre a quien escuchan todos no sólo porque presumen que tiene una línea directa privilegiada con la Presidente, sino también una mesa de arena permanente que le provee de interpretaciones y pronósticos. Scioli, blanco de un afecto novedoso en el kirchnerismo, era abrazado y besado como nunca antes, como si su permanencia de este lado de la vereda les hubiera salvado a todos el destino. "Estoy cada vez más convencido de que hice lo que correspondía y lo que todos esperaban de mí", repetía ante cada interlocutor, con palabras que se le habían escuchado durante toda la semana ante sus íntimos, incluso ante quienes pensaban lo contrario del gobernador ante las tentaciones que le acercó Sergio Massa. Más tranquilo, Capitanich interpretó la estrategia de Massa como un caso de candidatura "catch all" -eso que los italianos llaman "pigliatutto", que es cuando un postulante activa una aspiradora que recoja seguidores de todos lados-. Esa estrategia, según el "Coqui" chaqueño, se diluirá con el correr de los días porque el eje Cristina-Daniel-intendentes aferrará el voto del kirchnerismo en el distrito en un 35% pero también chocará con la agresividad del padrón más amenazado por su lanzamiento, que es el voto de Francisco de Narváez, que competirá con Massa en la captura del voto independiente. Este análisis, que Capitanich apuró antes de que llegara la combi que llevó al grupo hasta el palco de Argentinos donde los esperaba Cristina de Kirchner, tranquilizó hasta a quienes creen que Massa es una amenaza seria sobre el segmento kirchnerista de la provincia. Nadie en ese grupo se animó a expresarlo abiertamente, pero algunos intendentes del conurbano señalaron como un factor importante lo que pueda hacer Mauricio Macri con un sector del voto que puede estar cerca del 10% y que puede beneficiar a Massa. La pregunta que se hacían es si Macri va a aparecer en la campaña junto al tigrense o va a seguir actuando hasta ahora como un aliado silencioso, que no quiso que sus referentes más notables, como Néstor Grindetti, ingresasen en las listas, y dejó que todo lo operase su primo Jorge. Respuesta obvia a este dilema: Macri va a aparecer en esa campaña sólo si ve con números en la mano que Massa gana esa elección. Si no, se va a mantener como el socio oculto para resguardarse de los efectos de una derrota.



Tuvo tiempo Capitanich de aportar una viñeta papal, muy a tono con el signo de la semana que comienza y que incluye a un malón de argentinos rumbo al Vaticano, aprovechando la última semana de actividad del papa Francisco antes de encerrarse diez días en Castel Gandolfo para revisar los borradores de su primera encíclica, que tendrá como tema la pobreza. Entre esos borradores figura uno que le dejó el antecesor Benedicto y que completará con documentos propios y de varios cardenales que contribuirán a lo que podrá caracterizarse como la primera wiki-encíclica, es decir, escrita por muchos. "Va a ser una encíclica a cuatro manos", dijo Francisco hace quince días cuando lo recibió a solas al gobernador del Chaco. Capitanich asistió, contó a sus colegas en la vip previa al acto de Argentinos, a una misa privada en Santa Marta que Bergoglio celebró con el obispo emérito de La Rioja, Fabriciano Sigampa, aquel que autorizó la instalación en la catedral de la capital provincial de un fresco en donde estaban representados varios gobernantes, entre ellos Carlos Menem. Después de esa mesa, Capitanich fue llevado a un desayuno junto a Sigampa y el Papa en el comedor de Santa Marta. "Te hice preparar un strudel, porque vos sos montenegrino, como monseñor Ogñenovic", le dijo Francisco apenas se sentaron. "Mire, Santo Padre, primero creo que Ogñenovic es croata, no montenegrino como yo, y además nosotros al pastel de manzana le llamamos 'pita', no strudel", respondió el gobernador, que conocía al anfitrión también desde hacía más de diez años. Cuando llegó el turno de los regalos, el Papa recibió un libro sobre la pobreza de Bernardo Klingsberg, que va por el mundo como experto en esa peste, y una carpeta con una copia de la columna que firmó en Ámbito Financiero Capitanich al día siguiente de ser designado el primer papa argentino. "Ya la leí", le dijo Francisco, y eso disparó la charla sobre la próxima encíclica y el ángulo que el gobernador quiso darle a esa elección como una oportunidad para una nueva estrategia internacional del papado.



De ese acto hubo disparada colectiva hacia Mar del Plata, adonde fueron estrellas como Hugo Moyano, Antonio Caló, Ricardo Gil Lavedra, en la reunión de la pastoral social de la Iglesia. Territorio minado si los hay, porque esas estrellas -Scioli, Julián Domínguez- arriesgaban posiciones en un espacio en el cual quieren tener prestigio pero que es resbaladizo, como todo lo que toca a las convicciones trascendentes. El gobernador se limitó a pedir tolerancia en el acto de apertura y Domínguez eludió todas las invitaciones a cenas y encuentros más o menos transversales. Es uno de los estudiosos hoy en el Gobierno del efecto Massa en las primarias, algo que lo intranquiliza más que a los optimistas, y se encerró en el Sheraton junto a su familia con el argumento de que prefería el encierro familiar y con amigos -sólo cedió al festejo de los 50 años de un amigo- a interactuar en territorio viscoso. Scioli se volvió a La Ñata porque debía darle los últimos hilvanes a su reaparición internacional el jueves junto al papa Francisco, que lo recibirá junto a Karina Rabolini y sus funcionales clericales, Aldo Carrera y Enrique Moltoni, para una charla privada en Santa Marta. En ese viaje el gobernador aprovechará para mantener por lo menos una reunión con empresarios italiano que se tejía con sigilo porque pretende el gobernador que sea una especie de presentación de un programa de gobierno, como si fuera candidato presidencial, algo que por supuesto negará cuando se lo pregunten. Tenía además un compromiso que le exigía precalentamiento, elongación y tensión de escenario: jugar anoche un partido con su equipo, reforzado por el "Kun" Agüero, contra los amigos de Carlos Tevez en la inauguración de la iluminación de una cancha de fútbol 5 en Fuerte Apache, barrio de donde salió la estrella que viene de fichar para la Juventus y que parece un alojado permanente de La Ñata, donde jugó hace diez días dos partidos en 48 horas.



El espacio confesional proveyó en las últimas horas al oficialismo y a la oposición de la noticia de más relieve desde el lanzamiento de Massa: la inscripción de la abogada Alicia Oliveira como candidata a senadora nacional en las listas porteñas del sindicalista "Momo" Venegas, conductor de las 62 Organizaciones y principal referente de la oposición. Esta aparición fue un bombazo para el kirchnerismo porque Oliveira fue una de las invitadas de Cristina de Kirchner a subir al avión presidencial que llevó a una cerrada comitiva a Roma para la asunción del papa Francisco. Ese gesto fue decisivo en la toma de posición del Gobierno a favor del nuevo papa, pese a que hasta ese momento lo considerasen uno de los jefes de la oposición política. Oliveira es una estrella de la defensa de los derechos humanos con un récord político incuestionable, que defendió a su amigo de 40 años, Jorge Bergoglio, frente a los intentos de descalificación del ala D'Elía-Verbitsky. Anoche Oliveira partió hacia el Vaticano, en donde el viernes tiene una cita con Francisco junto a Sergio Burstein y otros seis familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, organizado por uno de los amigos más estrechos de la abogada, el exjefe de Gabinete de la Cancillería Eduardo Valdés. Éste fue el operador de la subida de Oliveira al avión de Cristina y también, durante una semana, del intento de bajar a su amiga de la lista del "Momo".



Esta candidatura, como todo lo que rodea a Oliveira, es una novela por entregas porque en el Gobierno no descartan que puedan hacerla renunciar. No es lo que dice ella, que el viernes por la noche fue la estrella de una recoleta cena en el comedor principal del hotel Facón Grande, del sindicato del "Momo". Esa noche recién se conocieron Oliveira y el "Momo" y compartieron el menú del acuerdo. "No hay que usar al Papa en la política local", fue la posición de la abogada, que había firmado una semana antes la aceptación de la candidatura a senadora junto al exembajador Juan Archibaldo Lanús. Por cierto que nadie podrá convencerse de que hubo una mano de Bergoglio en esta designación, después de que el Papa interviniese -tácita o expresamente- en la nominación del activista anti-rufianes Gustavo Vera como primer candidato a legislador porteño de la liga Carrió-Solanas. Vera fue recibido la semana anterior por Francisco, lo que se vio como un aval a la candidatura que le ha costado al solanismo un entuerto que no cesó aún porque desplazó de esa postulación al abogado Julio Raffo, que busca reelegir en la banca que lo llevó hasta a ocupar el cargo de jefe de Gobierno interino cuando era vicepresidente de la Legislatura. Raffo es un mendocino peronista, como Oliveira, además de productor, abogado y el hombre de más confianza de Pino, que cedió ante la presión vaticana. En esa cena estaban Carlos Campolongo, que va de primer candidato a diputado nacional en el partido del "Momo", Teresa González Fernández, segunda del sindicalista en la lista de diputados por Buenos Aires, la agrónoma y periodista Susana Merlo, que va por Capital de diputada, el apoderado Martín Borgna, y Carlos "el Chino" Valenzuela -un abogado peronista, también amiguísimo de Oliveira, quien prometió que en la próxima cena irá con su guitarra y que cantará como hacía en el quincho de la Secretaría de Agricultura cuando ocupaba el cargo Felipe Solá-. "Archi" Lanús faltó porque sigue en París de Francia, donde viajó civil y vuelve, como Marcelo de Alvear, candidato. Se perdió de escuchar que Oliveira había firmado la candidatura hacía una semana, oferta que le acercó su amigo Campolongo (se conocieron el siglo pasado, digamos, en Miramar) y que ese mismo día lo había hablado al Papa, a quien le contó lo que hacía. "Te felicito por lo que hacés. ¡Eso es vida", le respondió Bergoglio.

También se perdió de escuchar a Oliveira cuando le dijeron que el tema seguridad estará en el centro de la agenda de campaña. Con ambigüedad eclesial, la candidata dijo: "Sobre eso no me voy a pronunciar porque ustedes saben lo que pienso", y siguió comiendo. La miraron como diciendo que falta algo en esa respuesta, pero nadie se animó a preguntarle, no fuera que se enojase y se fuera. A Oliveira le ha costado estar en esa lista que se salva, dada su condición confesional, porque el partido se lama FE, y porque una hija de ella intentó convencerla de que resignase la oferta, algo en lo que fracasó también Valdés. El principal reproche es que en la lista de diputados figura, y estaba esa noche del viernes en la cena de "Facón Grande", el ex concejal Jorge Pirra, que perteneció a la UceDé y fue procesado por presunto enriquecimiento ilícito. ¿Qué le agrega Pirra a Oliveira? Era la queja de esos entornistas enojados con esta decisión que ya tiene bendición papal.



Fue una noche fuerte que dará para nueva novelas, porque allí nos enteramos de que el Momo importa un asesor de campaña con antecedentes: Juan José Rendón, que le armó la campaña al candidato Henrique Capriles a la presidencia de Venezuela. Eso puede colmar la paciencia de muchos, con Oloveira y ahora Rendón. A este experto se lo señaló como el autor de la buena estrategia de campaña de Capriles, a quien convenció de que se quitase de encima el ropaje derechista y adoptase modos populistas como los de Hugo Chávez y su competidos Nicolás Maduro. Por ejemplo, inspiró las caravanas de Capriles por los estados de Venezuela, un recurso que tenía hasta ese momento la marca de Chávez y le repo rtó un aumento de votos a Capriles.



Entre oficialistas y opositores hubo momentos de fruición facciosa cuando el kirchnerismo del Senado no logró reunir el quórum para aprobar el pliego de la ex ministra Nilda Garré como embajadora en la OEA. Los ajustes de cuentas en el oficialismo señalaron a algunos senadores que, si no operaron, por lo menos lo festejaron, como Aníbal Fernández, que llevó una larga guerra en el gabinete contra Garré, que se quedó en el gobierno y él pasó al senado. "Si no operó, lo festejó", se reía el radical Ernesto Sanz mientras devoraba un pollo a la gallete junto a Juan Nosiglia (hijo de Coti), misionero vicepresidente de la UCR, y Lucio Lapeña, presidente de la juventud radical en "La Rueda", restorán que está cerca del puente a Encarnación en la capital misionera. El senador, que no es candidato a nada en este turno, había viajado a Posadas a levantarle el brazo a los candidatos de las seis listas del partido que compitieron ayer por ley de lemas por concejalías. Festejó Sanz que en esa provincia el partido fuera movido por dirigentes menores a los 30 años, salvo el veterano Ricardo Barrios Arrechea, quien se anotó como candidato a concejal después de ser gobernador. "Va en tercer lugar, para apoyar a los jóvenes", lo justificaron en esa mesa. Sanz felicitó ese empeño pero más el formato del cierre, que fue ese viernes a la tarde con la convergencia de las seis agrupaciones sobre la sede de la UCR local, que tiene un balcón en el segundo piso. Allí lo pusieron al senador con un micrófono para que cerrase el turno de los discursos frente a esa barra. "Por un instante me sentí como si fuera presidente", se derramó Sanz ante el grupo que lo acompañaba en la lucha contra esa forma de preparar el pollo, un invento brasileño que se ha popularizado en la frontera argentina y que consiste en ensartar a la bestia (dígase el pollo) por donde salva sea la parte con un largo espadón en las pechugas y los muslos rellenos de jamón y queso. Esa espeto es colocado sobre las brasas para asarlo y comerlo chorreado de jamón derretido y grasa de pollo salada por el jamón. Todo un desafío para un candidato que debe soportar a veces dos o tres cenas por noche con estómago de bronce.



Más tumultuosa fue otra cena opositora, el jueves en el centro de Ingenieros de la Capital, donde un arco conservador, radical y peronista que se identifica con el sello de Consenso Republicano juntó más de 200 invitados para escuchar reflexiones de Eduardo Duhalde. Fue con tal mala suerte que el ex presidente fue interceptado por un piquete violento de jóvenes que gritaban lemas sobre los asesinados Kosteki y Santillán, que lo corrieron y no le dejaron ingresar al local, algo que también sufrió su ex jefe de la SIDE, Miguel Toma. La mesa esperó un rato, impacientes Guillermo Alchourón, Carlos Brown, Hugo Martini, Mariano Gerván, Alfredo Castañón, Nora Ginzburg, y Jorge Enríquez - son quienes conduce esta marca - por si debían seguir con la cena, que ya humeaba desde las cocinas. Deliberaron en público sobre lo que hacer. "Quieren una foto del ex presidente humillado, no les tenemos que dar el gusto", dijo Alchourón, que sabe de abucheos porque los organizó en la Rural, el siglo pasado, contra Raúl Alfonsín. Alguno pensó que era una convocatoria a salir a la calle y enfrentar a los revoltosos, más aun tratándose algunos de ellos de gente de orden; otros creyeron que debía designarse un grupo de choque aprovechando el imponente sobretodo azul que usa Enríquez, que llevaba además una bufanda al tono. "Honramos el espíritu dialoguista y contemporizador que promovemos, y por eso concurrimos a pesar del escrache", se dijo desde la mesa: "Entonces sigamos comiendo", y lo hicieron sin orador principal -Duhalde y Toma ya estaban a esa altura de la noche en su casa- pero con palabras de todos los organizadores. Sólo el corajudo Diego Ibarbia se animó a mostrarles el dedo mayor de su mano a los manifestantes que, como seguramente no saben inglés, no conocen el significado del "fuck you".



Final con delicias de menú y musica también deliciosa: el embajador de Alemania, Bernhard Graf von Waldersee, y Katerina, su mujer, invitaron a un grupo de diplomáticos y varios amigos a un concierto seguido de una comida y un brindis. En la residencia alemana de la calle Villanueva y Olleros, en pleno barrio de Belgrano, la pianista germano-brasileña Mónica Kudiess tocó un Capricho de Bach y la bellísima y apasionada sonata "Waldstein" de Beethoven. La inmensa casa que hoy alberga al embajador y las oficinas del consulado, conjuga además, con sus líneas posmodernas, un auténtico festival de materiales como piedras, maderas, metales y cristal. Pero el encanto es el jardín, uno de los grandes parques privados de Buenos Aires, casi una plaza de 18.000 metros cuadrados. Allí, en la "Villa Ombúes", los banqueros alemanes Tornquist tenían un castillito. El lugar estuvo abandonado durante años hasta que lo compró el gobierno alemán y construyó un nuevo edificio. En los espacios de color neutro, el embajador Von Waldersee colgó los retratos de sus antepasados que, por formato oval y su estilo, recordaron los de Carlos Enrique Pellegrini, el ingeniero saboyano que en la segunda década del siglo XIX llegó a Buenos Aires y pintó su gente. Sentado en primera fila estaba Everton Vieira Vargas, el nuevo embajador de Brasil en la Argentina que, si bien no presentó todavía sus cartas credenciales, muy pronto se convirtió en el personaje más celebrado de la noche. Vieira Vargas prometió recuperar todo el glamour del palacio Pereda, la residencia de la calle Arroyo. Se recordó entonces a un paladín de la cultura, el embajador Mauro Vieira, que supo tener amigos como Gilberto Gil cantando en sus encuentros de artistas e intelectuales.



Como los invitados demoraban su arribo, María Costantini, hermana de Eduardo Costantini, el presidente del Museo Malba, aprovechó para contar sobre la exposición de Yayoi Kusama, la artista japonesa que a sus 84 años conquistó la gloria. Con sus obsesivas pinturas de puntos y lunares Kusama no sólo cubrió los árboles de la Avenida Libertador y la plazoleta de Salguero, sino además todos los diseños de Louis Vuitton. Para escucharla a Costantini contar que hay en el Malba una instalación imperdible, donde se puede sentir lo que es estar en el cielo y flotar entre las estrellas, estaban Teresa Bulgheroni, Julián Martínez, Facundo Gómez Minujín (Bca Morgan), Norberto Frigerio y Ferdinand Porak, miembro del nuevo Young Committe de ArteBA.



Por su parte, Magdalena Faillace adelantó que la Argentina será la invitada de honor en la próxima feria del Libro de Guadalajara. Faillace agregó poco sobre las feroces internas de la Bienal de Venecia. Pero tan entusiasmada estaba con Guadalajara que, cuando alguien le contó que se había cruzado en Venecia con Boudou (Amado, el vicepresidente), ella respondió no haberla visto a Dudu (Von Thielmann, la baronesa alemana que vive en Buenos Aires y colecciona arte argentino). Los teléfonos descompuestos pueden ser peligrosos para los diplomáticos, pero en este caso sólo provocaron unas sonrisas. Entretanto, el flamante embajador de la Argentina destinado a Alemania, Daniel Polsky contó que hasta hoy fue director de Asia y Oceanía y que ya prepara las valijas para cambiar de latitud y volar hacia Berlín, la ciudad que se apresta para ser la nueva capital cultural de Europa. El delicioso banquete con vinos argentinos abundaba en salmones, tarteletas de anchoas, rolls, y una especialidad de la cocina local: un estupendo revuelto Gramajo. Ya era tarde cuando llegaron los helados de postre, casi la medianoche.



Vamos a terminar con un chiste filosófico-deportivo.

Un hombre, en un bar, les relata a sus amigos:

-Ayer a la tarde estaba mirando el partido cuando vino mi mujer a buscar charla. Como estaban en el entretiempo, nos pusimos a hablar. Ella sacó el tema de qué hacer respecto de la vida y la muerte, el respeto al ser querido, la voluntad de seguir cuando ya no hay ninguna esperanza... Y le dije: "Yo apruebo la eutanasia. Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de una máquina y líquidos que salen de un tubo. Si me ves así, desenchufá los artefactos que me mantienen vivo".

Uno de los amigos pregunta:

-¿Y ella qué te dijo?

-Nada. Se levantó, desenchufó el televisor, y me tiró la botella de cerveza a la basura...

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