Cristina de Kirchner volvió a llamar al diálogo tripartito entre el Gobierno, la UIA y la CGT. Fue durante un acto en el que declamó que hay que atar los aumentos salariales a la mayor productividad. Entre el público estaba un impulsor de esta convocatoria, el presidente de la central fabril José Ignacio de Mendiguren. Menos de 24 horas antes, el dirigente había pedido que se reflotara el pacto social, pero su contraparte sindical, Hugo Moyano -con otros temas que lo afligen más, como el acto de mañana y su situación judicial-, lo había hecho a un lado. Ahora, el camionero no tendría más remedio que sentarse a una mesa que siempre despreció. El problema, entonces, pasará a ser la utilidad efectiva de esta convocatoria del Gobierno. (Ver pág. 3.)
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