25 de mayo 2010 - 00:00

Desastre pesquero en tres estados por la mancha de crudo

La costa de Luisiana es una de las más afectadas por el derrame de petróleo provocado el 20 de abril por la explosión y el hundimiento de una plataforma marítima. La fuga aún no pudo ser contenida.
La costa de Luisiana es una de las más afectadas por el derrame de petróleo provocado el 20 de abril por la explosión y el hundimiento de una plataforma marítima. La fuga aún no pudo ser contenida.
Washington - El Gobierno de Estados Unidos declaró ayer «zona de desastre pesquero» en los estados de Luisiana, Misisipi y Alabama, debido al hasta ahora incontrolable derrame de petróleo en el Golfo de México. «La determinación permitirá a las autoridades a movilizar todo su potencial para otorgar la asistencia que los pesqueros y las zonas afectadas necesiten», afirmó el secretario de Comercio, Gary Locke, al anunciar al medida.

A más de un mes de la explosión de la plataforma petrolífera de British Petrolium (BP), el panorama es poco alentador. Ante la irritación de la Casa Blanca, la compañía insiste en que está haciendo todo lo que está a su alcance para bloquear la fuga en el fondo del mar, que vierte 5.000 barriles de crudo por día. Otros expertos afirman que se pierden más de 70.000.

Combustible pesado

Mientras grandes cantidades de combustible pesado ya afectan las frágiles marismas -sitio de desove de langostinos, ostras, cangrejos y peces-, Wa-shington se focaliza en sitiar al gigante de energía con sede en Londres.

«Mantendremos nuestra bota sobre su cuello hasta que el trabajo esté hecho», aseveró ampuloso el secretario del Interior, Ken Salazar, tras recorrer la zona junto a su par de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y un grupo de senadores.

El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, indicó que unos 113 kilómetros de la costa de su estado fue afectada por la marea negra y renovó su pedido a las autoridades nacionales para que envíen más equipos. Más de 1.100 embarcaciones, 24.000 hombres y numerosas barreras de contención fueron desplegados en la operación, la mayor de la historia, según funcionarios locales. «Este es un lío de BP, un horrible lío y es un desastre ambiental inmenso», dijo Salazar. El secretario añadió que BP era legalmente responsable de la contención del derrame, la limpieza de sus efectos y el pago de sus daños económicos.

Asimismo indicó que una investigación en marcha pondrá a la compañía frente a responsabilidades «tanto civiles como las que sean necesarias», por lo que no se descarta la posibilidad de una demanda judicial.

El derrame es un hierro caliente para el Gobierno de Barack Obama previo a las elecciones de noviembre, que se espera erosionen el control del Partido Demócrata en el Congreso.

Muchos científicos advirtieron que la mancha de petróleo podría ser arrastrada por una poderosa corriente oceánica que la llevaría hasta los cayos de Florida, Cuba y la costa este de EE.UU.

Agencias Reuters, ANSA y DPA

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