Turquía y Damasco - Un devastador terremoto sacudió ayer una franja de Turquía y el noroeste de Siria, con un saldo hasta anoche más de 2.400 muertos. Si bien el número de víctimas es aún incierto, el gélido clima invernal se sumaba a la difícil situación de las miles de personas que quedaron heridas o sin hogar y dificultó los esfuerzos por encontrar supervivientes.
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Devastador terremoto sacudió a Turquía y Siria (fue el más grave en 84 años)
Según un ingeniero turco, el sismo tuvo la potencia de 130 bombas atómicas. El clima invernal complica las tareas de rescate de supervivientes.
El sismo, de magnitud 7,8, fue el peor que ha sacudido Turquía en lo que va de siglo, ya que tuvo la potencia de 130 bombas atómicas, afirmó el experto turco Ovgun Ahmet Ercan, un ingeniero geofísico, al medio turco Hurriyet. También se sintió en Chipre y Líbano.
El terremoto derribó bloques de departamentos enteros en ciudades turcas y sumaba más devastación a los millones de sirios desplazados por años de guerra.
Posteriormente, un segundo terremoto de magnitud 7,7 sacudió la región de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del país.
“Fue como el Apocalipsis”, dijo Abdul Salam al-Mahmoud, un sirio de la ciudad septentrional de Atareb. “Hace mucho frío y llueve mucho, y la gente necesita que la salven”.
El segundo sismo fue lo suficientemente grande como para derribar más edificios y, al igual que el primero, se sintió en toda la región, poniendo en peligro a los trabajadores de rescate que luchaban por sacar a las víctimas de entre los escombros.
El terremoto fue el de mayor intensidad registrado en todo el mundo por el Servicio Geológico de Estados Unidos desde un temblor en el remoto Atlántico Sur en agosto de 2021.
Las deficientes conexiones a internet y las rutas dañadas entre algunas de las ciudades más afectadas del sur de Turquía, donde viven millones de personas, dificultaban los esfuerzos para evaluar y hacer frente al impacto.
Se trata ya del mayor número de víctimas mortales de un terremoto en Turquía desde 1999, cuando un temblor de magnitud similar devastó la densamente poblada región oriental del mar de Mármara, cerca de Estambul, causando más de 17.000 muertos.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, lo calificó de desastre histórico y el peor terremoto que ha sacudido Turquía desde 1939, es decir, en los últimos 84 años, pero afirmó que las autoridades estaban haciendo todo lo que podían.
“Todo el mundo se está esforzando al máximo, aunque la estación invernal, el frío y el hecho de que el terremoto se haya producido durante la noche dificultan las cosas”, afirmó.
Imágenes difundidas en Twitter mostraban dos edificios vecinos derrumbándose uno tras otro en la ciudad siria de Alepo, llenando la calle de polvo. Dos residentes de la ciudad, muy dañada por la guerra, dijeron que los edificios se habían derrumbado en las horas posteriores al terremoto.
En la ciudad siria de Jandaris, en la provincia de Alepo, controlada por los rebeldes, un montículo de hormigón, barras de acero y fardos de ropa ocupa el lugar en el que antes se levantaba un edificio de varias plantas.
“Había 12 familias ahí debajo. No salió ni una. Ni una”, dijo un joven delgado, con los ojos muy abiertos por la conmoción y una mano vendada.
Raed al-Saleh, de los Cascos Blancos sirios, un servicio de rescate en territorio controlado por los rebeldes conocido por sacar a personas de las ruinas de edificios destruidos por ataques aéreos, dijo que estaban en “una carrera contra reloj para salvar las vidas de los que están bajo los escombros”.
La televisión estatal siria mostró imágenes de equipos de rescate buscando supervivientes bajo una intensa lluvia y aguanieve.
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