La amenaza, expresada directamente en un diálogo telefónico, se produjo después de que se conociera que la ofensiva lanzada por el régimen sirio contra reductos rebeldes en esa ciudad, la segunda del país, afectó severamente a dos hospitales.
Esos ataques, de los que las potencias occidentales responsabilizan a Damasco y su aliado Moscú, se produjeron sólo horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU, en una cita ya prevista, se reuniera precisamente para discutir la escalada de las agresiones contra instalaciones y personal médico.
"Imaginen un matadero. Esto es peor. Incluso un matadero es más humano. Hospitales, clínicas, ambulancias y personal médico en Alepo son atacados sin pausa", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Advirtió de que los autores de esos ataques "saben exactamente lo que están haciendo" y son conscientes de que están cometiendo "crímenes de guerra".
Médicos Sin Fronteras (MSF), que daba apoyo a los dos hospitales atacados, confirmó en Nueva York los bombardeos y dijo que en ellos murieron al menos dos pacientes y dos trabajadores resultaron heridos. Ambas instalaciones se vieron obligadas a detener sus actividades, por lo que en el este de Alepo -la zona de la ciudad bajo control de milicias rebeldes apoyadas por Occidente- únicamente quedan ahora dos centros que presten servicios quirúrgicos.
"No podemos acostumbrarnos a estas atrocidades mientras Rusia y el régimen llevan a cabo su nueva ofensiva", señaló Michele Sison, embajadora adjunta de EE.UU. en la ONU. "Siria y Rusia tienen toda la responsabilidad de estas atrocidades", apuntó su homólogo británico Peter Wilson.
Kerry "informó al ministro de Exteriores ruso que Estados Unidos está haciendo preparativos para suspender la cooperación bilateral en Siria", afirmó el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby. Esa suspensión tendrá lugar "a no ser que Rusia dé pasos inmediatos para acabar con el asalto a Alepo y restaurar el cese de hostilidades" acordado por Washington y Moscú y que dejó de estar en vigor hace más de una semana.
En tanto, el Kremlin se esforzó en bajar los decibeles a la disputa, aunque sin asumir el compromiso que le reclama Occidente de detener las acciones del régimen sirio.
"Después de la entrevista telefónica, el presidente Vladímir Putin encargó al Ministerio de Relaciones Exteriores y al de Defensa que estuvieran listos para seguir trabajando de manera conjunta con nuestros socios estadounidenses", declaró el general Viktor Poznijir, alto jefe del Estado Mayor ruso.
Una ruptura entre las dos potencias le cerraría la puerta al establecimiento del "Centro de Implementación Conjunta", un mecanismo con el que ambos países planeaban coordinar los ataques en Siria al Estado Islámico y al Frente Fateh al Sham (ex Frente al Nusra, filial de Al Qaeda) una vez que se asegurara el cumplimiento de una tregua y la entrega de ayuda humanitaria durante una semana.
Agencias AFP, DPA, ANSA y EFE |
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