En general, los eventos geopolíticos tienden a tener un efecto acotado en el tiempo sobre los mercados financieros. Esta vez, sin embargo, dadas las disrupciones que generan en el comercio internacional, las crecientes presiones inflacionarias, la reducción del crecimiento económico, los problemas crediticios, etc. las sanciones impuestas a Rusia podrían sentirse por un largo tiempo. Tan solo para mencionar lo que nos toca: las calificadoras de riesgo redujeron estos días el rating de la deuda soberana rusa a niveles coincidentes con una alta chance de default (“C”), lo que corroboró ayer la directora del FMI al afirmar que esta posibilidad ya no es más “un evento improbable” (la chance implícita de defalco en los CDS rusos supera el 70% a un año y 80% a cinco). Lo interesante es que esto se daría -el miércoles próximo acaecen dos vencimientos por unos u$s120 millones-, no por una imposibilidad o la decisión de no pagar, sino porque el embargo de sus reservas en el extranjero imposibilitaría a Rusia de hacerlo. Hace un par de días Putin sancionó un decreto por el que todos los pagos externos se abonarían en rublos, aun así, la semana pasada venció un bono externo en rublos, pero no se pudo girar el dinero. No es que la deuda rusa sea muy relevante, apenas u$s40.000 millones, la mitad en manos extranjeras, pero está altamente concentrada en “manos fuertes”. Por ejemplo, la gente del PIMCO detenta cerca de u$s1.500 millones en títulos rusos. El problema es que a principios de año -apostando a que no habría guerra-, emitieron CDS por u$s1.100 millones. Así que no solo dejaría de ganar, sino que además debería “garpar”. Mientras no ocurra nada “raro”, esto es “nada” para PIMCO cuya cartera ronda u$s2.200.000 millones. Esta extraña mezcla default interno, como el de agosto de 1998 y que hundió el fondo LTCM, y externa como la decretada por los bolcheviques en febrero de 1918, sería la tercera vez que el país entra en cesación de pagos. Seguimos mañana. Nada exagerado, pero el desenganche de los problemas internacionales de nuestra plaza y especialmente el acuerdo legislativo en torno al FMI (el dólar “blue” cedió 0,73% a $203 y la tasa de riesgo país 2,13% a 1834 pb) motorizaron a los inversores que impulsaron 3,50% al S&PMerval que cerró en 90.283,1 puntos y a los principales ADR en Nueva York que sumaron en promedio 3,22% con 17 alzas y 3 bajas. La duda, el operado en acciones, $1.488 millones repartidos entre 46 alzas, 4 sociedades sin cambio y 13 en baja, que no acompañó.
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