31 de diciembre 2013 - 00:00

El terrorismo islamista se ensaña con Rusia: dejó 14 muertos un nuevo atentado

El transporte público fue ayer, una vez más, blanco de los terroristas islamistas del Cáucaso ruso. El presidente Vladímir Putin enfrenta una campaña violenta de gran intensidad en la antesala de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi.
El transporte público fue ayer, una vez más, blanco de los terroristas islamistas del Cáucaso ruso. El presidente Vladímir Putin enfrenta una campaña violenta de gran intensidad en la antesala de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi.
Volgogrado - La explosión de una bomba por parte de un terrorista suicida destruyó ayer un trolebús en Volgogrado, en el sur de Rusia, dejando 14 muertos y 41 heridos en el segundo ataque fatal en la ciudad rusa en 24 horas y aumentando el temor al extremismo islamista contra los Juegos Olímpicos de Invierno.

El presidente Vladímir Putin, quien apostó fuerte a los Juegos de febrero y minimizó las amenazas de chechenos y otros extremistas islamistas en el Cáucaso Norte, ordenó reforzar la seguridad nacional luego de la explosión que ocurrió en la hora de mayor movimiento de la mañana.

Los investigadores dijeron que creían que un hombre con una bomba había causado la explosión, un día después de que un ataque suicida similar -perpetrado por una mujer- dejara al menos 17 muertos en la estación central de trenes de una ciudad que sirve como entrada al sur del territorio ruso, limitado por los mares Negro y Caspio y las montañas del Cáucaso.

El trolebús azul y blanco quedó reducido a un amasijo de hierros, y cadáveres y restos se esparcían en la calle.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia condenó el ataque como parte de una campaña "terrorista" mundial y agradeció una declaración de solidaridad emitida el domingo por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad de los estallidos. No estaba claro tampoco por qué la ciudad, que albergará partidos del Mundial de fútbol de 2018, fue blanco de los dos ataques. Sin embargo, su centraría a regiones conflictivas y su importancia histórica habrían contribuido a ello.

Volgogrado tiene un lugar en la identidad nacional de los rusos desde que, cuando se la conocía como Stalingrado, sus defensores soviéticos mantuvieron alejados a los invasores alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Los ataques consecutivos aumentan el temor a una campaña concertada de violencia antes de los Juegos Olímpicos de Invierno, que comienzan el 7 de febrero en Sochi, ubicada unos 690 kilómetros al suroeste de Volgogrado.

Putin, un gran aficionado a los deportes de invierno, quiere utilizar el encuentro para legitimar su poder a ojos de la comunidad internacional y para modernizar su país, al igual que ocurriera con Corea del Sur en los Juegos Olímpicos de 1988.

El Gobierno pretende presentar a Sochi y a la Copa Mundial de Fútbol de 2018 símbolos del nuevo desarrollo ruso, y busca convertir a este país en una de las principales potencias después del trauma que supuso la desaparición de la Unión Soviética.

En un video publicado en internet en julio, el líder de los insurgentes que quieren imponer un Estado islámico en el Cáucaso Norte, en una serie de provincias musulmanas al sur de Volgogrado, instó a los milicianos a usar "la fuerza máxima" para evitar que se celebren los juegos.

"Los terroristas en Volgogrado pretenden aterrorizar a otros en todo el mundo, para que se mantengan alejados de los Juegos Olímpicos de Sochi", dijo Dmitri Trenin, un analista del Moscow Carnegie Centre.

El Comité Olímpico Internacional expresó sus condolencias y su confianza en la capacidad de Rusia de hacer que los Juegos se realicen en un ambiente seguro.

"Desafortunadamente, el terrorismo es un fenómeno global y ninguna región está exenta, por lo cual la seguridad en los Juegos es una prioridad máxima para el COI", dijo una portavoz en la sede del comité en Lausana.

En un comunicado, la cancillería rusa instó a las potencias mundiales a luchar juntos contra "terroristas". Estados Unidos y el Reino Unido le ofrecieron a Rusia ayuda en materia de lucha antiterrorista.

"No daremos marcha atrás y continuaremos con nuestra persistente lucha contra el enemigo insidioso que sólo podemos derrotar estando juntos", dijo la cancillería en Moscú.

Relacionando los ataques en Volgogrado a los ocurridos en Estados Unidos, Siria, Afganistán y otros lugares, criticó además a aquellos que buscan justificar ese tipo de violencia, en una aparente indirecta a las potencias occidentales que han apoyado a los insurgentes sirios y que, al menos en la década de 1990, mostraron simpatías por los rebeldes chechenos.

Agencias Reuters, EFE, DPA

y AFP, y Ámbito Financiero

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