24 de noviembre 2015 - 18:29

En San Pablo esperan que Macri devalúe 24% en 2015

• APUESTAN A SUBA DE TASAS Y QUE EL CEPO NO SE LEVANTARÁ EN EL CORTO PLAZO.
• DILMA LO INVITÓ A BRASILIA ANTES DEL 10-D.

Dilma Rousseff
Dilma Rousseff
 Ya con el resultado final del balotaje ayer temprano los analistas de los principales bancos brasileños lanzaron informes especiales a sus clientes sobre la situación argentina, sobre la que destacaban que no veían margen para postergar una devaluación dado el bajo nivel de las reservas del BCRA y su tendencia a la baja. Es más, según sus estimaciones, el tipo de cambio oficial (hoy en $ 9,67) se ubicaría en $ 12 a fin de año, lo que implicaría una depreciación del 24%.

El pronóstico contempla un nivel de inflación del 28%. Pero además consideran que para evitar que el tipo de cambio y la inflación entre en una espiral ascendente que debilite aún más el panorama cambiario, la política monetaria será, probablemente, más estricta, esto es, una tasa Badlar a fin de 2015 en un 30% (hoy, un 23,4%). Con relación al cepo, desestiman que los controles sobre las compras de divisas se eliminarán en el corto plazo, aunque probablemente se aflojen un poco.

De acuerdo con el diagnóstico paulista, la devaluación es un problema fundamentalmente inflacionario. Destacan el bajo nivel de endeudamiento en términos del PBI y que gran parte del ajuste del déficit fiscal no tiene que pasar por el Congreso, como los subsidios. Esperan que aumente significativamente la confianza de las empresas frente a un entorno político más amistoso y predecible.

Para los bancos brasileños la atención en los próximos días estará en el anuncio del equipo económico y la rapidez con la que planee implementar la devaluación, elimine los controles de capital y de llegar a un acuerdo con los holdouts.

Con vistas a 2016, opinan que la evolución de las variables financieras dependerá en gran medida de la capacidad del Gobierno de Macri para atraer fondos del exterior (de argentinos o extranjeros). En tal sentido proyectan que el tipo de cambio al final del próximo año estará en $ 15,8, lo que no implicará una depreciación real adicional desde el nivel de fin de 2015.

Sobre el conflicto con los fondos buitres, los economistas brasileños no lo vislumbran en el corto plazo, creen que el nuevo Gobierno pedirá probablemente a los tribunales neoyorkinos una suspensión temporal (stay) de la sentencia contra la Argentina. Con ello, el Gobierno sería capaz de acceder a los mercados de capitales internacionales mientras negocia una solución con los bonistas y buitres, y con el Congreso.

En resumen, sostienen que el impacto negativo de la devaluación sobre los salarios reales y el endurecimiento de las políticas macro seguramente se compensará con los beneficios del aumento de la confianza en el corto plazo. Sin embargo, pronostican una caída del PBI en 2016 del 0,5%, como el costo del ajuste, lo que permitiría un repunte de la actividad después de 2016, con una disminución de la inflación.

Ayer cumpliendo con el protocolo la presidenta Dilma Rousseff (mientras mantenía una reunión de gabinete) se comunicó al mediodía con Macri para felicitarlo. Hablaron por espacio de 10 minutos, según el Planalto. El propio Macri confirmó que su primer viaje internacional como presidente electo será a Brasilia, tras la invitación de Dilma, antes del 10 de diciembre. Ambos reafirmaron su compromiso para revitalizar el Mercosur (el 21 de diciembre Macri representará a la Argentina en la cumbre del bloque, en Paraguay) y las relaciones bilaterales. Al respecto, desde el ministro de Economía, Joaquim Levy, hasta varios representantes del arco empresario paulista se manifestaron positivamente sobre el triunfo de Macri y consideraron que sería beneficioso para la economía brasileña (que según el sondeo del BC caerá más del 3% este año y 2% el próximo).

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