18 de junio 2014 - 00:32

Felipe, esta noche rey; antes ve a González, Aznar y Zapatero

• HOY CESA JUAN CARLOS.
• MAÑANA SERÁ EL DÍA DE LAS FORMALIDADES INSTITUCIONALES.

Felipe, esta noche rey; antes ve a González, Aznar y Zapatero
Madrid - Muchos viven soñando con todo lo que harían si fueran reyes. Algunos se apuran por hacer lo que no podrán concretar cuando lo sean. Por ejemplo, encerrarse un par de horas entre cuatro paredes con los principales políticos a los que será difícil convocar después de coronado. Felipe de Borbón será rey a medianoche de hoy (7:00 PM hora argentina), cuando se cuelgue en internet la edición electrónica del Boletín Oficial con el decreto que habrá sancionado, a media tarde, su padre. Lo que ocurrirá mañana en las Cortes, prestar el juramento, sólo perfeccionará de manera simbólica la designación que ostentará desde esta noche.

Eso le da relieve principal a la cita que tendrá el futuro Felipe VI al mediodía de hoy con un grupo de políticos, entre quienes estarán los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Era un compromiso formal agendado hace meses pero el príncipe avisó que quería confirmar su presencia en la reunión que hará el Real Instituto Elcano, uno de los "think tanks" más importantes de este país con el Borbón como presidente del Patronato. Felipe tiene decenas de designaciones simbólicas y no operativas en decenas de instituciones, fundaciones, clubes y otros sellos, pero esperan hoy las autoridades del RIE que les anuncie que conservará el cargo que tiene allí, entre pocas otras dignidades como la de príncipe de Girona, que mantendrá como una señal hacia la comunidad catalana que le está presentando hoy a España su principal problema político por el proyecto de secesión.

Para recibir a Felipe, las autoridades del instituto instalaron una carpa en el jardín del petit hotel que ocupa a metros de la plaza del Marqués de Salamanca, frente al viejo edificio de la Cancillería española (hoy desalojado por contaminación con asbestos y en trámite de restauración). Se tratará de una carpa de lona blanca donde se hará, después de la sesión formal del patronato del RIE, una recepción reservada a no más de 40 personas a cuya presencia el protocolo ha intentado quitarle toda visibilidad. En el que será el último acto como tal, el príncipe tendrá tiempo y espacio reservados para conversar con los tres expresidentes del Gobierno que han manejado el país desde 1982, que tendrán el privilegio de escucharle algo más que consignas metafóricas y de intención simbólica, que es lo habitual en los monarcas o quienes están en camino de serlo.

De la reunión participará el club de los principales empresarios de España que auspician sus actividades, entre ellos Borja Padró (ENDESA), Luis Gallego Martín (Iberia), Isidre Fainé (La Caixa) y Sabino García Vallina (TSK), el extitular del BID Enrique Iglesias (durante años, además, secretario de la oficina que organiza las cumbres de presidentes iberoamericanos) y el vicepresidente del RIE, el exembajador en la Argentina Rafael Estrella, que fue durante varios mandatos senador y diputado por el PSOE.

El instituto es uno de los centros predilectos de Felipe, que se nutre de los estudios que realiza en los campos de la política y la economía desde un ángulo multipartidario. En esa charla Felipe tomará conocimiento de una encuesta que se le atribuye al INE y que le pone piso al esfuerzo que desde esta medianoche comprometerá el nuevo rey: un 56% del público adhiere a la monarquía. El INE está dirigido por Enrique Lamo de Espinosa, un sociólogo con todos los laureles del oficio, y los datos que esa institución aporta son una tabla de mareas para muchas decisiones de los gobiernos. Una encuesta del diario ABC dio mejores números (adhesión a la sucesión borbónica del 80%); ayer el Senado aprobó la ley de abdicación por el 90% de los votos. Un paseo.

Felipe, además, ha sabido mantener reuniones de trabajo con investigadores de esta casa que hoy albergará la reunión política más importante antes de que asuma el nuevo rey. Para el acto de mañana ante la Asamblea Legislativa, lo que los monárquicos llaman "la coronación", Felipe tiene prometido un discurso al que todos escucharán buscando claves en las entrelíneas. Lo prepara en estas horas un equipo de asesores que coordinan los entornistas máximos de la Zarzuela, el diplomático Rafael Spottorno Díaz-Caro, jefe de la Casa Real de Juan Carlos y que seguirá con Felipe -un experto con años de corte que sería como el Zannini del rey, y Jaime Alfonsín, el secretario privado del príncipe que equivaldría al Parrilli del nuevo jefe de Estado. Ese grupo maneja la pluma del discurso en consulta con asesores. Aunque no decir nada concreto es lo que más hace a un rey, el mensaje tendrá una dirección, seguramente en el sentido al que marcó Juan Carlos en el mensaje de abdicación, que aún hoy, pasadas dos semanas, los hermeneutas regios siguen leyendo desculando entrelíneas. Lo que ha logrado poner en evidencia es la insistencia en la renovación, de personas, pero también de instituciones.

Los más audaces, sin prueba alguna, imaginan que Felipe podrá pronunciar en ese discurso frases en catalán, gallego y vasco, idiomas que el nuevo rey, como su padre, domina y ha usado en visitas a esas regiones. Otros que puede darle carne a esa dirección reformista la matriz de un cambio constitucional, algo sobre cuya necesidad acuerdan los partidos mayoritarios que hoy no ven que haga peligrar a la monarquía pero que podría avanzar en soluciones para conflictos no resueltos. Algunos tienen carácter simbólico, como establecer la igualdad de la mujer en la sucesión real ante el hijo varón. Otros se demoran desde las últimas enmiendas, como darle al Senado una funcionalidad como foro de los territorios que hoy no tiene o establecer reformas electorales que saquen al sistema del caciquismo que hace, por ejemplo, que las candidaturas a cargos electivos se resuelvan en las élites partidarias. El sistema ha funcionado cuando las cosas han andado bien. Ahora que no van tan bien, surgen los reclamos de igualdad y elecciones primarias. Nadie tiene la fórmula, salvo las imitaciones de formaros ajenos, y lo sabe la Argentina, que tiene una ley de PASO que sigue permitiendo el festival de la lista única y el cuentapropismo electoral sin haber abierto el debate dentro de los partidos.

Quienes creen, y son muchos, que el principal problema hoy de España es el separatismo catalán, confían en que una reforma constitucional que avance hacia una monarquía constitucional con un Estado federal como en Bélgica. Eso impediría que prospere el proceso en el que se embarcó el Gobierno catalán de Artur Mas, a quien le ilegalizaron un referéndum separatista para noviembre próximo y que ha puesto a los demás partidos autonómicos en una carrera de maximalismos que ha deteriorado la firmeza de su administración, como se demostró en los pobres resultados de su partido en las elecciones europeas del 25 de mayo.


Enviado especial a España.

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