19 de mayo 2014 - 00:00

Fracaso del mercado XV

Fracaso del mercado XV
Si bien toda la evidencia que presentada en esta serie de columnas sugiere que la concentración de la intermediación reduce la calidad de los mercados, la realidad es que no tenemos -ni nadie la tiene- forma de saber "a priori" si la reforma del sistema bursátil argentino, como está encarada, será beneficiosa o no para el país. Estos procesos tienen consecuencias buenas y malas, que se exacerban o minimizan según el modelo que se escoja. Con uno, la competencia vía la fragmentación es quien elimina las ineficiencias, mientras que con el otro la expulsión de las ineficiencias se lograría mediante la concentración del mercado (por ejemplo, el "cash-out" los intermediarios más ineficientes al momento del IPO del nuevo mercado) y una mayor regulación del mercado.

Dependencia

Sospechamos que el primer mecanismo tardaría un poco más pero sería más económico (a la larga), ágil y perdurable, mientras el segundo tardaría menos (los tiempos del proceso son claves) pero sería más costoso, burocrático e inestable (tarde o temprano tendría que "adecuarse" a la libre competencia, duplicando costos y tiempos). Sea cual fuere el sistema, en última instancia ambos dependen de la gente, porque sin importar el modelo, una administración honrada, independiente y capaz puede hacer mucho por un mercado, mientras que otra corrupta, política e incapaz lo condena a la ruina.

En tanto los actores sean gente de buena fe, que busca lo mejor para el mercado -y por ende para el país-, todo se reduce a qué es lo que la sociedad decide escoger y qué costos está dispuesta a sobrellevar y cuáles no. El problema es que el éxito, no éxito o fracaso del mercado argentino, o de cualquier otro, no depende sólo de la consolidación o fragmentación de sus Bolsas. Mañana sigue. A pesar del 0,22% que ganó el viernes, el Dow terminó la semana un 0,55% abajo en 16.491,31 puntos.

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