20 de mayo 2014 - 00:00

Fracaso del mercado XVI

Fracaso del mercado XVI
Mark Twain decía que "la historia no se repite, pero tiende a rimar". Tal vez sea por esto que una de las mejores maneras de entrever los resultados de una medida cualquiera, es comparando con lo que sucedió allí donde se aplicó esta misma medida o una afín. El símil más cercano a la nueva ley del mercado de capitales argentino -dejando de lado las apreciaciones políticas- es la Ley de Mercado de Valores Venezolana de 2010. Entre fines de 2009 y 2013 la capitalización de la Bolsa de Caracas creció de u$s 3.400 millones a u$s 7.200 millones (todos los números en dólar libre; según el dólar oficial la variación fue de u$s 9.400 millones a u$s 71.300 millones), merced al 368% que subió el índice de la Bolsa de Caracas (1.500% a dólar oficial; la suba se explica por la falta de alternativas de inversión, la política de dividendos de los bancos oficiales -las principales cotizantes- y/o una clásica burbuja especulativa).

Desploma

Esto parecería hablar del gran éxito de la nueva legislación, pero en el ínterin el número de empresas listadas se redujo de 63 a 39 y el volumen negociado anualmente se desplomó de u$s 6.400 millones a u$s 18 millones, con un promedio de 6 papeles al día y días en los que no se negocia ninguno (26 papeles -67%- cotizan menos de una vez al mes o no lo hacen desde 2010), lo que en la práctica significa que el sistema bursátil venezolano se volatilizó.

En cuanto a la estructura del sistema, es cierto que aún se habla de 63 intermediarios, pero luego del "apriete" de 2009 (48 agentes independientes fueron "intervenidos" y varios terminaron en prisión por más de dos años, sin ninguna acusación formal) y el desplome de los volúmenes, apenas 14 agentes -básicamente los bancos- tienen alguna presencia en el mercado.

Difícilmente esto se repita en la Argentina, pero como el antecedente más importante y afín al nuevo marco regulatorio, no es de lo más auspicioso. Continúa. Ayer el Dow avanzó el 0,12% a 16.511,86 puntos.

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