21 de marzo 2012 - 00:00

Gales obtuvo la Triple Corona

El mejor de todos. Gales se consagró campeón invicto, obtuvo el 36º título y el Grand Slam número once.
El mejor de todos. Gales se consagró campeón invicto, obtuvo el 36º título y el Grand Slam número once.
Esto le permitió al Dragón desahogarse de lo acontecido en el Mundial, donde primero perdió en semifinales con Les Bleus y después Australia lo venció en la pugna por el tercer puesto.

Pero la venganza fue terrible, ya que con un equipo joven, ambicioso y ganador demostró que es el mejor de Europa: ganó todos sus partidos y se posicionó en la cima de los más ganadores del 6N con 36 (la misma cantidad que Inglaterra).

Pero no sólo los resultados merecen ser destacados sino que también la actitud y el temple que tuvieron los dirigidos por Warren Gatland ya que tuvieron que jugar tres partidos sin su capitán Sam Warburton por una lesión en la rodilla y también sobreponerse a situaciones que fueron apareciendo en su camino como por ejemplo la baja de James Hook, por varicela, horas previas a enfrentar a Ingla-terra. De todas formas, Gales fue superando cada adversidad con ímpetu y un nivel parejo a lo largo de todo el torneo.

Un escalón por debajo de los galeses se ubicó la Rosa, con ocho puntos, que si bien contó con un juego renovado y un entrenador interino, Stuart Lancaster, tuvo destellos de buen rugby. De hecho, fue el único rival que le ofreció resistencia y tuvo entre las cuerdas a Gales pero dejó pasar su chance al perder sobre la hora con el posterior campeón del Seis Naciones. Igualmente Inglaterra tuvo un buen certamen y su segundo puesto es sumamente merecido.

Francia tenía la chapa de candidato y un plantel de primer nivel, con regresos importantes como el de Lionel Beauxis, pero en las fechas decisivas se quedó sin nafta e indefectiblemente el título cada vez se le fue alejando más.

El primer tramo del 6N había sido fructífero pero luego comenzó el declive. Un empate y dos derrotas consecutivas fueron los últimos resultados de Les Bleus, los cuales desembocaron en una nueva y repetida frustración europea. Al igual que Irlanda que tampoco conformó.

En tanto que Italia cerró su participación con una sonrisa ya que por cuarta vez en su historia le escapó a la indeseada Cuchara de Madera y condenó a Escocia a quedarse con esa estatuilla tras vencerlo en Roma. Ese fue el primer y único triunfo de la Azzurra, distinto a la realidad del Cardo, que perdió todos los encuentros que jugó.

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