Hugo Moyano y los organizadores del paro del sindicalismo opositor del martes 30 buscarán darle continuidad a la protesta con el emplazamiento, al día siguiente, de ollas populares en un acto frente al Monumento al Trabajo, en Paseo Colón e Independencia, a metros de la CGT. La convocatoria servirá, además de desafío a la actual conducción de la central obrera, como intento para quitarle visibilidad a la “retención de tareas” prevista para el 1 de mayo por parte de los sindicatos del transporte público de pasajeros, enfrentados con Moyano.
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Moyano "piqueteará" también el 1-M
Tras el paro del 30-A el camionero se unirá a movimientos sociales para una protesta al día siguiente frente al Monumento al Trabajo.
El acto, por el Día del Trabajador, contará con organizaciones sociales del denominado “triunvirato de San Cayetano” que integran Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular. La protesta del 1 de mayo y la movilización que acompañará el paro del día anterior forman parte de un plan del Frente Sindical por el Modelo Nacional para darle volumen a sus protestas y compensar la deserción de la CGT y de la Confederación del Transporte (CATT).
La modalidad del paro y de la marcha del 30, así como del acto del 1 de mayo, quedará resuelta entre hoy y mañana en varios encuentros que tendrán los organizadores. En la biblioteca del gremio de Camioneros, en el barrio de Caballito, se reunirán hoy dirigentes intermedios de ese sindicato, de la Asociación Bancaria, de los mecánicos del Smata, de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y de las dos versiones de la CTA (de los Trabajadores y Autónoma) para pulir los aspectos logísticos de las convocatorias. En tanto que mañana se encontrarán los dirigentes de esos gremios por la mañana en La Bancaria, adonde brindarán una conferencia de prensa desde las 11.30 para explicitar los detalles.
La idea de marchar (por ahora, a la Plaza de Mayo) estaba presente desde el inicio de la gestión del paro del 30 pero recién terminó de acordarse el martes. Ricardo Pignanelli, jefe del Smata, era de los más renuentes por entender que una movilización masiva de esas características quedaría expuesta a eventuales incidentes y a la aparición de infiltrados. Moyano, por su parte, tenía esa preocupación y también advertía del costo de lanzar a los afiliados a la calle pero terminó de convencerse al entender la movilización como un mecanismo para darle más fortaleza a la huelga frente a una posible declaración de ilegalidad por parte del Gobierno.
El líder camionero había explorado mecanismos de cobertura frente a esa eventualidad. Pero esta semana fracasó una gestión con el titular formal de la CATT, el portuario Juan Carlos Schmid, para que unificara el 30 de abril la retención de tareas de ese sello dispuesta para el día siguiente, el feriado del 1 de mayo, en contra del impuesto a las Ganancias. Schmid, que había vuelto a acercarse a Moyano (fue en carácter de portavoz del camionero que se hizo del cargo de triunviro de la CGT en 2016) en las últimas semanas, optó finalmente por recostarse en los sectores tradicionales de la central obrera y en los dos dirigentes de mayor peso de la CATT, Roberto Fernández (UTA, colectiveros) y Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad). El propio Moyano hizo más fácil esa elección cuando la semana pasada se burló de la protesta de la CATT en un feriado nacional.
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