A partir del 1 de enero próximo, comenzará a regir una reducción de retenciones para decenas de productos agrícolas vinculados a las economías regionales. Según el decreto 851, publicado en el Boletín Oficial, se dispuso que el maíz pisingallo pasará de tributar 5% a 0% y la harina de maíz en bolsas de hasta 20 kilos de 5% a 3%.
Tras baja de impuestos, economías regionales podrían exportar más
El Gobierno redujo -y en algunos casos eliminó- las retenciones para actividades específicas. La medida no tendría impacto en los precios internos de los alimentos.
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El almidón de trigo y de maíz, los copos de cereales y las féculas de papa y de mandioca dejarán de tributar 4,5% y ya no pagarán derechos de exportación. Lo mismo ocurrirá con la remolacha azucarera, los aceites de tung y uva, cera de abejas, aceitunas, conservas de legumbres, harina de papa y de legumbres, y frutos secos.
Una de las producciones regionales más beneficiadas fue la del maní, que obtuvo reducciones y quitas impositivas. De hecho, desde la Cámara Argentina del Maní (CAM) destacaron que “esta medida mejora la competitividad de los productos con una desgravación arancelaria progresiva a medida que se va a agregando valor al producto”.
En tal sentido, Ivana Cavigliasso, presidenta de la Cámara Argentina del Maní, aseguró a Ámbito que “con la reducción de retenciones en maní crudo del 7% a 4,5% y en el blancheado de 7% a 3% logramos tener la diferenciación entre ambos productos que tanto reclamamos. Y en los productos elaborados el impuesto bajó a cero. Esto era lo que el sector pedía”.
En cuanto a las perspectivas para el próximo año, Cavigliasso destacó que “son alentadoras, a pesar de que la campaña 21/22 ya esta sembrada. De todas maneras, esperamos seguir posicionando al maní argentino en el nivel más alto y manteniendo las exportaciones”.
Orgánicos
Además de las actividades mencionadas, tampoco pagarán retenciones “los productos que revistan la condición de ecológicos, biológicos u orgánicos, debidamente certificados y autorizados por el organismo competente, en los términos de la Ley N° 25.127. En tanto, las exportaciones con certificación orgánica de grano y harina de trigo, maíz, poroto, harina, pellets y aceite de soja y margarinas, tendrán un rebaja de 5 puntos”.
Adrián Poletti, consultor de cultivos especiales, destacó en diálogo con Ámbito que cuando hace algunos meses se bajaron las retenciones a las legumbres, el impacto fue muy positivo. “Este año vemos los resultados, porque gracias a esas medidas se aumentó en producción y exportación en casi todas las variedades. Cuando se bajan los impuestos, aumenta la producción y el sector esta respondiendo a los estímulos. El impacto fue muy bueno”. Ahora se avanzó en otros productos muy específicos, como harinas y derivados con valor agregado.
Vale recordar que cada vez que el Gobierno dispuso quitar o reducir impuestos, el sector respondió con mayor productividad. Es que este tipo de medidas suele tener un impacto positivo, porque da señales y certidumbre a quienes deben tomar decisiones de inversión.
Beneficiados
Otro de los sectores beneficiados fue el de los exportadores de semillas. Alfredo Paseyro, Presidente de la Asociación de Semilleros de la Argentina (ASA) explicó a Ámbito que “cualquier reducción a la presión impositiva es buena” y precisó que “la semilla tiene beneficios directos e indirectos. En lo que es reducción de impuestos en semillas el beneficio es directo. En el caso de las reducciones en el cultivo, en realidad pasa a ser un beneficio indirecto para los semilleros, porque esa medida luego fortalecerá al cultivo. Si la producción crece porque mejora la rentabilidad del negocio, nosotros vamos a vender más semillas”.
Para el campo, la ecuación es muy clara: menos impuestos implica más inversión y al mismo tiempo mayor recaudación del estado, porque se asegura que lo que deja de ingresar por una reducción, se compensaría con una mayor productividad. Son muchos los empresarios del agro que insisten en el concepto de la “curva de Laffer” (bajando impuestos se pueden recaudar más ingresos), sin embargo queda pendiente un pormenorizado análisis de la matriz impositiva, para que sin desfinanciar al estado se puedan dar estímulos como los que acaba de anunciar el Gobierno para un sector del campo.
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