- ámbito
- Edición Impresa
Joaquín Torres García: un punto de inflexión

«América invertida» (1943), dibujo de Joaquín Torres García que integra la muestra del Museo de la Universidad Tres de Febrero (Muntref).
El proyecto expositivo abarca dos muestras simultáneas: «La ciudad y los signos», que comprende 50 obras del artista uruguayo; y otra con 22 obras de los alumnos del taller de Torres García «Norte en el Sur, el legado de Joaquín Torres García», curada por Laura Malosetti. Para entender los orígenes de éste gran pintor rioplatense nos trasladamos a Europa donde Torres se trasladó a Barcelona y se integró en un grupo de intelectuales catalanes liderados por el pensador Eugenio DOrs
Hacia 1913 comienza a experimentar la influencia de vanguardias al tiempo que conoce a Piet Mondrian. Mondrian junto con Kandinsky iban a dar a luz a una nueva escuela, la Bauhaus. En 1915 en Moscú -ciudad natal de Kandinsky-, iniciaba Malevich un camino propio con su Cuadrado negro sobre fondo blanco. A las formas imprecisas de Kandinsky y otros abstractos (Delaunay, Marc, Kupka, Picabia), opuso Malevich los trazos rigurosos de la geometría. Dos años más tarde, en el Manifiesto de la escuela de vanguardia, Malevich bautiza como suprematismo al arte que preconizaba y al que había llegado a través del cubismo y del futurismo. Ese creador, sin embargo, queda subsumido en el constructivismo, que entre 1920 y 1930 reúne a artistas como Malevich, Tátlin, Lissitsky, Rodchenko y Gabo.
Entre tanto, la abstracción geométrica -así denominada para diferenciarla de la abstracción orgánica o lírica de Kandinsky-recibe dos grandes impulsos: el neoplasticismo de los holandeses Mondrian y Van Doesburg, del belga Vantongerloo y el
alemán Vordemberge-Gilde, que surgen hacia 1917, y las investigaciones del Bauhaus (1919-23), donde enseñaban Moholy-Nagy, Klee y Albers.
n hecho culminante fue la exposición internacional de artistas abstractos organizada en París, en 1930, por el pintor uruguayo Joaquín Torres García y el crítico Michel Seuphor, fundadores de la fugaz revista «Cercle et carré». Al mismo tiempo, Van Doesburg, separado del grupo, acuña para una publicación que edita en 1930, el nombre de arte concreto. Cuando Torres García retorna al Uruguay en 1934, funda la Asociación de Arte Constructivo y edita Círculo y Cuadrado, segunda época entre 1936 y 1943. En ese año, abre un taller de enseñanza donde introduce en el Constructivismo a decenas de alumnos.
La década del 40, en la que se inicia la consolidación del arte argentino, los hitos de entonces son el Manifiesto de los Jóvenes contra la figuración, emitido en 1941 por Claudio Girola, Alfredo Hlito y Tomás Maldonado; la edición en Buenos Aires, en 1943, de Universalismo constructivo, de Torres García -que sucede a su muestra y sus conferencias de 1942, que sirven para estrechar las relaciones con sus admiradores argentinos; la publicación, en 1944, del único número de «Arturo - revista de artes abstractas», y órgano de los nuevos creadores; y, en 1945-46, el cisma: la Asociación Arte Concreto-Invención (Maldonado), y el Movimiento Madí (Arden Quin).
A la muerte del artista, en 1949, sus alumnos más cercanos continuaron con la publicación de la revista Removedor, creada en 1945, y mantuvieron la actividad de su taller, que se cerró en 1967. Si bien mantuvieron las premisas básicas enunciadas por el maestro, sus discípulos buscaron lenguajes pictóricos individuales. Entre los más destacados están Augusto y Horacio Torres (sus hijos), Francisco Matto, José Gurvich, Manuel Pailós, Gonzalo Fonseca, Uruguay Alpuy, Edgardo Ribeiro, Manolo Lima, Alceu Ribeiro y Jonio Montiel. Varios de estos artistas vivieron largos años en el exterior, como Onseca (radicado en Nueva York) y Alpuy (en París).
La segunda parte de la muestra en la Muntref exhibe los trabajos de los alumnos de Torres García. Sus enseñanzas tomaron, en cada uno de estos artistas antes mencionados, un camino diferente, como es lógico, pero con un punto de partida en común y una homogeneización de los principios del gran maestro.
Para finalizar, cabe destacar lo importante que desde una Universidad pública en la Provincia de Buenos Aires, se realicen éste tipo de exposiciones, generando otros polos culturales fuera del circuito tradicional de la Capital y facilitando el acceso a grandes e importantes muestras como la que relatamos. Gracias Jozami, cuyos esfuerzos permitieron la creación del Museo de la Universidad Tres de Febrero que cuenta con edificios reciclados a nuevo de gran diseño y altamente equipados para tal fin. «Torres García. Utopía y tradición» está acompañado por la publicación de un libro catálogo del mismo nombre, que reúne los ensayos curatoriales de Peluffo y Malosetti, más una serie de artículos de Edward Sullivan, de la Universidad de Nueva York; Jacqueline Lacasa, de la Universidad de la República en Uruguay, y Norberto Griffa y Pablo Jacovkis, de la Untref.
Dejá tu comentario