7 de agosto 2013 - 00:00

La Iglesia pide voto memoria en provincias

José María Arancedo
José María Arancedo
[El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, emitió ayer un documento en el que pidió a la sociedad, de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, asumir los comicios "con el significado de una pregunta que compromete una respuesta, en orden al bien común de la Patria", algo que requiere, según consideró, de "una participación lúcida".

Arancedo aseguró que "actuar como ciudadanos es una cuestión de madurez que hace al bien de la comunidad", y destacó: "Cuando a la política se la vacía de contenidos ideales y de valores, queda encerrada en el juego del poder. Esto significa que no se puede dejar de lado los principios e ideas que expresan una visión del hombre, del mundo y de la sociedad. Yo no puedo renunciar a mi cosmovisión cristiana cuando voto".

Por otra parte, el titular de la Conferencia Episcopal Argentina señaló que no se está en un mundo "de lo mecánico, sino de la mediación humana", y manifestó que "la política, como parte de la ética, es la mediación entre la idea y la realidad, llevada a cabo por personas con sus límites y grandezas".

El prelado santafesino también dijo que en las PASO "se votan ideas, pero sobre todo, personas", y detalló: "La relación entre ambas es la coherencia y esto es, esencialmente, una cuestión moral. Es importante en este camino de discernimiento el conocimiento de plataformas y personas, como la existencia de un diálogo respetuoso que nos ayude, desde nuestra identidad, a definir el voto que vamos a emitir".

Arancedo manifestó que "todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente, ha de ser ante todo un testigo", y agregó: "El testimonio personal, concluíamos, como expresión de coherencia y ejemplaridad, hace al crecimiento de una comunidad. La política es, en este sentido, un acto de caridad social al servicio del bien común".

Por último, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina resaltó: "Yo no puedo renunciar a mi cosmovisión cristiana cuando voto. Lo vivo como un acto de amor y de servicio con el que enriquezco a mi Patria. La fe, lejos de alejarme de la realidad, me compromete con la vida y dignidad del hombre en lo concreto de la sociedad, sobre todo con quienes son más pobres y vulnerables. La Patria nos habla de encuentro y concordia en la verdad y la Justicia. La diversidad no se opone a la unidad".

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