21 de noviembre 2016 - 22:00

La Sinfónica apuesta con acierto al talento joven

• INTERESANTES OBRAS DE BINELLI Y JEREZ LE CAM<br>El concierto, dedicado a creaciones de dos compositores que viven en el exterior, tuvo especial brillo del joven director Mariano Chiacchiarini.

ABARCADOR. La Sinfónica con los solistas que interpretaron la algo reiterativa cantata “Las voces del silencio”.
ABARCADOR. La Sinfónica con los solistas que interpretaron la algo reiterativa cantata “Las voces del silencio”.
En una línea de la que no escapan muchos organismos sinfónicos del mundo, la Orquesta Sinfónica Nacional viene sumando a su repertorio obras nuevas -muchas de ellas en primera audición- escritas por compositores jóvenes que muchas veces navegan por igual las aguas de las músicas clásicas y las populares. Y en este caso se trató de un concierto íntegramente dedicado a las novedades, con trabajos de Daniel Binelli y de Gerardo Jerez Le Cam.

Hace tiempo que Binelli vive en Nueva York y, desde allí, reparte su tiempo y su interés entre las composiciones "cultas", sus dúos con su esposa pianista Polly Ferman y sus presentaciones como reconocido y muy solicitado músico de tango. En este caso presentó dos obras con unos cuantos puntos en común: la utilización de una orquesta reducida con las cuerdas como base, la utilización de muchos instrumentos solistas en los bronces y las maderas, un discurso más apuntado al diálogo entre los miembros de la orquesta que a los "tutti", el abundante uso de la percusión afinada o no (sobre todo en "Contrabando") y estéticas que cruzan el siglo XX, con referencias neoclásicas, a Bartók, a los impresionistas franceses y, por supuesto, al tango, que aparece con mayor claridad en alguno de los solos de bandoneón. Para esa primera obra empleó además un piano para completar el dúo solístico, papel que Ferman desempeñó muy bien. Para "Alma iluminada" -dedicada al papa Francisco-, el otro solista fue el organista Ezequiel Menéndez, de buen desempeño aunque poco exigido como una suerte de complemento al "organismo" de cámara del bandoneón.

La segunda parte resultó menos interesante con la interpretación de una obra, ahora ampliada para orquesta sinfónica y varios solistas, del pianista y compositor también argentino Jerez Le Cam, que vive en Nantes hace dos décadas. Allí construyó su carrera mezclando estilos, géneros y lenguajes, de nuestro folklore a los sonidos gitanos de Europa Oriental, y metiéndose constantemente en el mundo de los ciclos clásicos de cámara y de orquestas grandes. La cantata "Las voces del silencio" es una obra extensa, de unos 50 minutos, y quizá esté allí su mayor problema. Apeló a la música de los Balcanes, a nuestro folklore, al sinfonismo europeo tradicional y hasta al tango piazzolleano. Utilizó una recitante, varios instrumentos de orígenes distintos -entre los que hay un antiguo címbalo-, una cantante y la orquesta en pleno, también con fragmentos solísticos o camarísticos dentro de ella. El leit motiv, con los textos de Lecko Zamora, es el abandono y la discriminación que sufre el pueblo wichi, aunque en esa suma de cosas las palabras no siempre logran sintonizar con lo que suena. La obra deja ver buenas ideas y un buen manejo técnico de semejante cantidad de elementos, pero pierde contundencia en la reiteración de ciertos recursos compositivos y tímbricos.

Un pequeño párrafo aparte merecen los muchos solistas que participaron de este concierto y, sobre todo, el papel del joven director argentino Mariano Chiacchiarini, que sin duda estudió profundamente las obras y pudo manejar con eficiencia semejante cantidad de cosas.



=Ciclo de conciertos de la Orquesta Sinfónica Nacional. Obras de D. Binelli y G. Jerez Le Cam. Dir.: M. Chiacchiarini. Solistas: D. Binelli, Santiago Arias (bandoneón), P. Ferman, G. Jerez Le Cam (piano), E. Menéndez (órgano), M.Trestian (címbalo), I. Maciuca (violín), M. de Humahuaca (canto) y O. Zamora (recitado). (Sala Sinfónica del CCK; 18 de noviembre).

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