Si todos estuvieron dejando saldos positivos en la rueda de ayer, lo nuestro resultó mucho más notorio. No solamente por lo anotado en los indicadores, sino ratificando tan amplias diferencias -entre ascensos y bajas generales-, como ya lo había denotado el martes. Y es así que actuaron «57» títulos con aumentos, por solamente «6» bajistas. Acaso, el dato más relevante de esta secuencia de inicios de mayo y que está referida a un interesante «derrame» de mejoras: sobre todo calibre de acciones y no sólo en las líderes más líquidas.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Todo lo que asome desde los cotejos de números y resultados, puede remarcarse y con el argumento a la vista. Más difuso es ver qué amaneció detrás de esto, como para que un mercado tan dejado de la mano inversora pueda dar saltos más largos que sus referentes.
Se busca la sincronización entre bonos-acciones, a partir de la energía extra que dio la compra de la ANSES a papeles de deuda. Y que esto alienta también la toma de papeles privados.
Un poco retorcido el dibujo. Antes, preferimos suponer que el organismo estatal -o entidades oficiales- esté también participando en lo privado. No se sabe. Lo único sabido, es que el Merval se llevó de la mano ayer, con el listado del «M.AR», y en los dos casilleros se marcó un aumento del 3,5% para Buenos Aires. Lejos del Dow y Bovespa, apenas por arriba del 1%, y apoyado por $ 56 millones de efectivo, el mercado local fijó otro logro: atravesar la barrera de los «1.400», y cuando venía de superar otra centena pocos días antes. Tomó fuerza el mercado, acaso con alguna «mano invi-sible» dando impulso llamativo. Por ahora se disfruta, más allá de razonamientos. La Bolsa se relame.
Dejá tu comentario