26 de febrero 2013 - 00:47

Lorenzino irá a audiencia contra los fondos buitre

• El ministro viajó anoche por orden de Cristina de Kirchner

George W. Bush
George W. Bush
Una crítica a las calificadoras y la mención al esfuerzo económico del país para cumplir con las obligaciones financieras desde 2003. La posibilidad de abrir el canje de deuda en las mismas condiciones, no mejores, que el llamado de 2010. Y la amenaza de un aumento inmanejable de u$s 43.000 millones en la demanda externa si el fallo es negativo. Cristina de Kirchner dio estas instrucciones en persona al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, este fin de semana. Éste, junto con el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, y el subsecretario Legal y Técnico, Matías Isasa, estarán hoy en la sede del estudio Cleary, Gotlieb, Steen & Hamilton que representa a la Argentina, para terminar de diseñar la estrategia final que mañana se planteará ante los tres jueces de la Cámara de Apelaciones de Nueva York. El ministro -con su equipo- fue enviado por la jefa de Estado para que esté presente en la audiencia y, minuto a minuto, informe personalmente a Buenos Aires.

El encargado de presentar la posición del país será Johnatan Blackman, uno de los dos abogados del estudio Cleary, Gotlieb, Steen & Hamilton, que vienen llevando el caso desde sus comienzos en 2006 en la corte de Thomas Griesa. El otro profesional que delegó el estudio, Carmine Boccuzzi, también estará en la Corte, pero por la escasez de tiempo se determinó que sea Blackman el que hable mañana. Ambos estuvieron ayer en contacto vía videoconferencia con el equipo económico encabezado por Lorenzino y Cosentino para terminar de preparar el escrito en el que se basará la presentación de la posición argentina ante los jueces. Éstos serán Daniels Barrington Parker (republicano, especialista en delitos penales económicos y quien escribió el fallo contra la Argentina del 26 de octubre pasado), Reena Raggi (republicana, especialista en delitos comerciales) y Rosemary Pooler (demócrata, amiga personal de Hillary Clinton, en principio más benevolente a la posición argentina). Aunque hay especulaciones, ayer en Economía se aseguraba que nadie puede anticipar ninguna tendencia sobre cuál podría ser el fallo final. La única pista podría darse en el momento en que las partes expongan su posición, ya que las preguntas que hagan los tres jueces luego de los 15 minutos reglamentarios podrían dar una impresión sobre el camino que podría tener la resolución. Blackman hablará luego de los demandantes. Esto es, los fondos buitre y los holdout (NML Elliot de Paul Singer), que tendrán sus 15 minutos de planteos. El abogado que defenderá al fondo será otro republicano, Ted Olson, famoso por haber hecho el planteo en 2000 para que George W. Bush sea elegido presidente por encima de Al Gore.

Hay una curiosidad histórica que tendrá este caso. El abogado que defenderá a la Argentina pero a nombre de los bonistas que ingresaron al canje encabezados por el exfondo buitre Fintch del mexicano David Martínez Sepúlveda será David Bois, que en esa disputa electoral de 2000 defendió al demócrata Gore. Ya Bois le dijo a Boccuzzi en diciembre, luego del fallo de Griesa contra la Argentina y el "stay" de la Cámara frenando esa decisión de pagar al contado los u$s 1.300 millones antes del 15 de ese mes, que para él se trataba de una "revancha".

La orden de Cristina de Kirchner es plantear que más allá de la imposibilidad e injusticia de fallar en contra del país cuando más del 93% de los bonistas aceptaron los dos llamados para reestructurar la deuda en default, existen serios riesgos de multiplicación de los pedidos de estos bonistas. Es el planteo de los "we toos", o nosotros también, que reclamarían las quitas que sufrieron en los canjes de 2005 y 2010, no sólo en Nueva York sino además en el resto de los mercados financieros internacionales donde se presentaron ambos canjes. El propio Lorenzino ya había adelantado que el número de ese potencial pasivo se acercaría a los u$s 43.000 millones, sumando los algo más de u$s 8.000 millones de reclamos de los fondos buitre y unos 13 bonistas que se sumaron al juicio de Singer, otros u$s 22.000 millones de deuda reestructurada emitida en Nueva York y otros u$s 13.000 millones en el resto del mundo. Ésta sería la suma que la Argentina tendría que pagar si la Cámara sostuviera el fallo de reconocerles el 100% de la deuda en un pago al contado a los fondos buitre, tal como había fallado Griesa en noviembre pasado. Si se tiene en cuenta que ayer las reservas en el Banco Central llegaban a los u$s 41.837 millones, es claro que es utópico que la Argentina pueda atender una fallo semejante.

Cualquier otra decisión de la segunda instancia judicial sería un problema financiero para el país e implicaría un juego de plazos y pagos difícil de diseñar. De la misma manera se descarta que un fallo en contra de Elliot y sus socios sería rechazado por los fondos buitre. En ambos escenarios, cualquiera sea el fallo, lo más probable es que el perdedor decida reclamar ante la Corte Suprema de los Estados Unidos. Se especula con que ese Tribunal aceptaría tratar el tema, ya que hay un antecedente (un fallo de 2012 sobre la inembargabilidad de las reservas del Central), y la cantidad y calidad de implicados en el caso (el Gobierno norteamericano, el Bank of New York Mellon, Anne Krueger, la comunidad financiera de Wall Street, el Club de París, etc).

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