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"Los cambiabilletes": nueva estafa a abuelos
-¿Quién habla? ¿Martín?
-Claro abuela, soy Martín. Y te llamo por algo urgente.
-¿Qué pasó Martincito?
-Tenés que cambiar los dólares, abuela. O vas a perder todos tus ahorros. A partir de mañana no corren más los viejos billetes de 100, los que tienen la cara de Franklin chiquita, hay que cambiarlos por los que tienen la cara más grande. Y los pesos también. Los de Roca no van más. Sólo van a servir los que tienen a Evita. En diez minutos van a pasar unos empleados del banco a cambiarte los billetes. Son de confianza, van a ir de mi parte. Prepará todo, poné los ahorros en una bolsa.
El diálogo de recién no es ficción. Es parte de un expediente judicial que tramita en la Justicia de Instrucción porteña y de una realidad que tiene como víctimas a los más vulnerables: los ancianos.
Es el nuevo cuento del tío con el que los más inescrupulosos pueden llegar a obtener un botín a veces millonario. Son "los cambiabilletes".
La única inteligencia previa que suelen hacer es llamar a domicilios con gente de la tercera edad. Y con un simple celular con internet, pueden obtener de distintas guías web, los números telefónicos y los nombres de las personas que viven en la cuadra que están recorriendo.
Luego, es cuestión de que atienda algún abuelo. Todo va a depender de la habilidad que suele tener el estafador para engañarlos. Se hacen pasar por el hijo, el nieto o hasta por el gerente del banco donde cobran su jubilación o tienen sus ahorros.
Hace tres meses, el fiscal Carlos Velarde, a cargo de las fiscalías de instrucción 42 y 43 de la Capital Federal, emitió un comunicado de prensa para alertar a la población sobre esta nueva modalidad de estafa a los mayores. Estando de turno en los barrios de Palermo y Recoleta, tuvo tres casos en diez días.
Pero ya en 2013 hubo una banda de gitanos "cambiabilletes" a los que se les atribuyeron tres casos en los que se robaron más de medio millón de dólares y lo más sorprendente es que terminaron excarcelados por la Justicia.
Esta banda no sólo hacía el cuento de los billetes viejos, sino que apelaba a otro artilugio para provocar el pánico inmediato de sus víctimas. Les decían "vuelve el corralito", y los abuelos no sólo les entregaban los billetes que hubiera en la casa, sino que también se subían a un auto con los estafadores, iban hasta sus bancos y sacaban los ahorros de su vida de las cajas de seguridad.
Esta banda cayó detenida el 7 de mayo de 2013 cuando uno de los abuelos se dio cuenta de la estafa, lo tiraron de un auto en movimiento y todo derivó en una persecución que terminó a la vuelta de la comisaría 19, en Barrio Norte, con tres gitanos detenidos.
La jueza a cargo calificó la causa como "robo simple" y ello permitió que a los pocos días los tres imputados terminaran excarcelados, pese a que tres fiscales se oponían.
La mejor prevención es la información. Lo mejor es hablar con nuestro padres y abuelos para advertirles que no caigan en la trampa y guarden bien sus ahorros porque tengan la cara que tenga, sus billetes valen igual.
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