24 de mayo 2010 - 00:00

Noche de gala se transforma en acto de oposición junto a Macri

La reinauguración del Colón comenzará hoy con un acto en la calle, frente al teatro, y cerrará con la función de gala que encabezará Mauricio Macri.
La reinauguración del Colón comenzará hoy con un acto en la calle, frente al teatro, y cerrará con la función de gala que encabezará Mauricio Macri.
La función especial de reapertura del Teatro Colón -principal festejo del Gobierno porteño por la conmemoración del Bicentenario, que se realizará esta noche- amenaza con transformarse en un acto político que no se esperaba en la agenda para el histórico calendario. No sólo Cristina de Kirchner y su esposo dejarán en soledad a Mauricio Macri al frente de la reinauguración, sino también el gabinete nacional completo y los gobernadores que responden al oficialismo. Ya anticiparon al Gobierno porteño que no van a concurrir. Se transformarán así los palcos y las plateas en una foto de la oposición. A eso se agregará que mañana, cuando la Presidente se concentre en la jornada del aniversario de la Revolución de 1810 (ver nota aparte), coincidan dos tedeum y hasta la Iglesia ya manifestó preocupación por temor a choques entre kirchneristas y opositores. Lo mismo se teme para la gala de hoy, que tendrá una previa abierta al público en la calle, frente al teatro. Ayer, incluso, hubo una protesta de empleados del Colón que reclaman su permanencia. Al margen de esas pujas, sorprendió la multitud que se entregó durante el fin de semana al Paseo del Bicentenario en plena avenida 9 de Julio en el centro porteño, celebración que organizó el Gobierno nacional y que por lo menos hasta anoche permanecía sin tintes partidistas ni entre el público ni entre los expositores. Un gentío volcado a la oferta de festejos, envidiable para la convocatoria de cualquier político, que en los últimos tiempos vienen apelando a ardides variados para abultar las tribunas de sus actos.

Rencillas domésticas

Tal vez Macri considere que exageró en la fórmula de confrontar con Néstor Kirchner al buscar el tono que le lleva adhesiones en su distrito, el más adverso al oficialismo. Quizá el Gobierno nacional en lo susceptible, pero la pelea por la foto en el Colón no sólo tuvo como desenlace el procesamiento del jefe porteño, quien acusa al kirchnerismo de armarle la causa. También hubo rencillas domésticas por el reparto de invitaciones a la gala, tal como anticipó este diario, con reserva del Gobierno de la Ciudad para cursar las entradas y el reclamo de la Casa Rosada por mayor cantidad y el compartir el acto cuando la Presidente confirmó que asistiría. Así es posible que el Gobierno considerara que quedaría reducida su presencia a la concurrencia del matrimonio Kirchner y los ministros, y terminara atrapado en un público opositor que no sabe si podría propinarle un mal rato.

De las 1.200 invitaciones que pretendía la Casa de Gobierno -la mitad de las posibles-, el macrismo cedió unas 140. Tras la decisión, del jueves pasado, de Cristina Kirchner de anular la cita por los dichos de Macri contra su esposo («habrá que estar», se quejó al aludir a la presencia de «su consorte» en la gala), el gabinete kirchnerista o bien no confirmó las invitaciones o comunicó que no concurriría.

De ese modo, Macri que será quien presida la reinauguración, compartirá el palco, en principio con su novia, Juliana Awada, que oficiará de primera dama; el vicepresidente de la Nación, Julio Cobos; el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti; y el presidente de Uruguay, José Mujica. Los organizadores completarán el palco con la asistencia de funcionarios del extranjero. Macri se reservó invitaciones personales, entre ellas para su familia, pero anoche desde la organización del acto se aseguró que Franco Macri no asistiría. En cambio, darán asistencia perfecta todo el gabinete porteño y los legisladores, aunque, además, habrá presencia de empresarios, según está previsto, como también la de Diego Maradona.

La lista de espera que se armó en la Ciudad se achicó a último momento al reemplazar las butacas destinadas al kirchnerismo. Ninguno de los gobernadores comprometió su presencia. Desde la gobernación de la provincia de Buenos Aires, se explicó que Daniel Scioli se mostró disgustado por declaraciones que consideró «desafortunadas». En cambio, confirmaron la asistencia Hermes Binner y Mario Das Neves, aunque de la oposición no irá el gobernador Alberto Rodríguez Saá.

Curiosamente, esas discordias se disimularon, o no fueron tantas, en el festejo oficial. Al menos se vio al ministro de Cultura de Macri, Hernán Lombardi, en el palco de la inauguración de la feria sobre la 9 de Julio que abrió Cristina de Kirchner, o ayer mismo a otros funcionarios del macrismo en la misma tarima que Jorge Taiana, en una sintonía que resultó imprescindible para la organización de la muestra.

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