21 de mayo 2009 - 00:00

Norman Foster, Príncipe de Asturias de las Artes 2009

El famoso arquitecto británico, de larga vinculación con la Argentina, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por «una obra de alcance universal», según el jurado.
El famoso arquitecto británico, de larga vinculación con la Argentina, recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes por «una obra de alcance universal», según el jurado.
El arquitecto británico Lord Norman Foster ganó ayer el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2009, por «una obra de alcance universal, que combina calidad estética, reflexión intelectual y diálogo entre territorio y ciudadanía, a través de un original dominio del espacio, la luz y la materia», según dictaminó el jurado presidido por el político y empresario español José Lladó Fernández-Urrutia. La candidatura de Foster llegó a las últimas rondas de votaciones junto con la actriz inglesa Vanessa Redgrave, el escultor estadounidense Richard Serra, el cineasta español Carlos Saura y el cantautor catalán Joan Manuel Serrat.

Foster, quien recibirá unos 50.000 euros y una escultura creada por Joan Miró, es el cuarto arquitecto que obtiene el premio después del brasileño Oscar Niemeyer (1989) y los españoles Francisco Javier Sáenz de Oiza (1993) y Santiago Calatrava (1999). «Es un maravilloso reconocimiento de la importancia del diseño como catalizador en la mejora de la calidad de vida», dijo ayer en Londres.

El famoso arquitecto siempre estuvo vinculado a la Argentina, y lo sigue estando. Invitado por el CAYC, Foster estuvo en 1998 en Buenos Aires cuando se organizó una bienal, y fue jurado del edificio del Museo Constantini. Actualmente, está construyendo un nuevo hotel para la cadena Alan Faena en Puerto Madero, asociado con los arquitectos locales Cherny y Berdichevski. Un diseñador de su estudio concurrirá a Buenos Aires la primera semana de octubre, en ocasión de la Bienal de Arquitectura, para mostrar anticipos de esa obra.

Foster estudió arquitectura en la Universidad de Manchester y obtuvo después una beca para proseguir sus estudios en Yale. De regreso en Inglaterra, trabajó durante un tiempo con el arquitecto Richard Buckminster Fuller y fundó en 1965 el estudio de arquitectos Team 4, junto con su primera esposa Wendy, Richard Rogers y la esposa de éste, Sue. Dos años más tarde el nombre del estudio fue cambiado y quedó en Foster and Partners.

Los proyectos iniciales de Foster se caracterizan por un estilo «High-tech» muy pronunciado. Más adelante las líneas de sus edificios se suavizan y desaparece en buena parte ese carácter técnico llevado al extremo. En todo caso, los proyectos de Foster y sus socios llevan un marcado sello industrial, en el sentido de que emplean en los edificios elementos que se repiten multitud de veces, por lo que son fabricados en lugares alejados de la obra.

Frecuentemente se diseñan componentes para un edifico ex profeso, reflejando con ello un estilo de buena manufactura. Foster fue armado caballero en 1990 (Sir Norman Foster) y en 1997 se le confirió la Orden de Mérito. En 1999, La reina Isabel II le otorgo el título nobiliario vitalicio de Barón Foster de Thames Bank (Lord Foster of Thames Bank). También ha recibido varios premios importantes de arquitectura, como la medalla de oro del instituto americano de arquitectura y, en 1999, el prestigioso premio Pritzker.

En cuanto a su vida privada, en 1996 se casó con Elena Ochoa (a quien le lleva 23 años), una psicóloga española famosa por presentar un programa de televisión sobre sexo. Foster había enviudado en 1989 y tenía cuatro hijos. Su primer trabajo de importancia en España fue la torre de comunicaciones de Collserola en Barcelona (1991), puesta en marcha con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992. En 2007, Norman Foster ha diseñado su primera bodega, Portia, para el grupo vinícola español Faustino en la localidad burgalesa de Gumiel de Izán.

Actualmente, el estudio de Foster y sus asociados tiene oficinas en Londres, Berlín, Singapur y tiene previsto abrir otro en Madrid, con una plantilla de 500 personas. Uno de sus últimos proyectos es la creación, dentro del Campus de la Justicia de Madrid, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y de la Audiencia Provincial de Madrid.

Su corriente arquitectónica no olvida sus predecesoras vanguardias, y se mantuvo bastante fiel a una estética «minimal», buscando una sencillez y simplismo que en realidad proviene de la obra de Mies Van Der Rohe, cuya influencia se observa en toda su obra, pero sobre todo en su primera etapa. Sus proyectos llevan un marcado sello de manufactura, empleando en sus edificios elementos que se repiten multitud de veces. Su obra destaca como el máximo exponente de la arquitectura «High Tech» o alta tecnología, investigando en el uso de materiales ligeros, de componentes industrializados y del control de tiempos, costos y calidad, al modo de producciones industriales.

Foster se encuentra próximo a la idea utópica de Banham, en cuanto a la desaparición de los componentes formales en la arquitectura y en la gran valoración de las tecnologías e instalaciones. Todos estos componentes de su arquitectura fueron evolucionando en su obra, desde la concepción a la manera de Mies y el ideal de Banham, al racionalismo y el organicismo, a través de la experimentación, la adopción de nuevos materiales y la inclusión de superficies curvas.

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