10 de diciembre 2009 - 00:00

“O acabamos con la deuda o ella acabará con nosotros”

Giorgos Papandreu, jefe del Gobierno griego, trató ayer de llevar un mensaje de tranquilidad a los mercados sobre la marcha de la economía de su país.
Giorgos Papandreu, jefe del Gobierno griego, trató ayer de llevar un mensaje de tranquilidad a los mercados sobre la marcha de la economía de su país.
Atenas - El Gobierno de Grecia busca restablecer la confianza de los mercados internacionales en la economía del país, luego de que se haya reducido la calificación de su deuda pública y se desplomara la Bolsa de Atenas. «O acabamos con la deuda, o la deuda acabará con nosotros», reconoció ayer el jefe del Gobierno griego, el socialista Giorgos Papandreu, en declaraciones hechas durante una reunión del Consejo de Ministros transmitida por la televisión nacional. «El callejón sin salida fiscal de Grecia amenaza a nuestra soberanía nacional por primera vez desde 1974, cuando se restauró la democracia en Grecia tras siete años de Junta militar», agregó.

Por su parte, el titular de Economía, Giorgos Papaconstatinos, prometió «hacer todo lo posible para recuperar la confianza con medidas determinadas para reducir el déficit y controlar la deuda pública que alcanza el 113% del PBI». Destacó que para este año prevé un déficit del 12% del PBI.

El ministro de Trabajo, Andreas Loverdos, reconoció ayer que el desempleo podría alcanzar el 18%. Entre las medidas destinadas a salvar la economía griega, el ejecutivo socialista anunció la reducción en un 10% de los gastos públicos, congelar las nuevas contrataciones en el sector público en 2010 y reducir los contratos en 2011, así como inyectar unos 600 millones de euros para frenar el creciente desempleo. También instrumentará políticas de impuestos más severas para aumentar los ingresos al Estado y un sistema fiscal de mayor justicia social.

En tanto, el sindicato mayoritario de trabajadores del sector privado, Gsee, se comprometió a mantener «la paz social» hasta el próximo enero, cuando el Gobierno presente ante el Parlamento el Programa de Estabilidad y Desarrollo, que luego deberá ser aprobado por Bruselas. Con estos anuncios, Grecia reaccionó a la impactante reducción de la credibilidad crediticia anunciada el martes por la agencia Fitch, que rebajó el «rating» de la deuda soberana de Grecia de «A-» a «BBB+», así como la calificación de los principales bancos helenos, causando un shock en los mercados financieros. Es la primera vez en una década que la economía helena queda calificada por debajo de A, revelando a Grecia como el más débil de los 16 socios de la zona euro.

La noticia despertó el temor a que la deuda de Grecia -que también fue puesta en vigilancia negativa el lunes por la agencia Standard & Poors- pierda la posibilidad de ser tomada como garantía y afecte a otros países en un efecto dominó. Según el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, la difícil situación de la economía griega debe ser motivo de preocupación para toda la zona europea, mientras que el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, pidió a Atenas una estricta disciplina presupuestaria. También el presidente del Bundesbank (Banco Central de Alemania), Axel Weber, dijo que Grecia debe reducir su elevado endeudamiento.

«Los responsables en Grecia tienen la necesidad de comenzar pasos de consolidación, no hay otra alternativa», insistió Weber.

Las Bolsas mundiales reaccionaron con caídas generalizadas el martes, y la de Atenas cerró con un desplome de más del 6%, con las mayores pérdidas en el sector bancario, y abrió ayer a la baja. El Gobierno griego recordó que la economía del país se encuentra en recesión después de muchos años y la deuda fiscal está fuera de órbita con problemas estructurales enormes. El ejecutivo que subió al poder después de las elecciones de octubre pasado achacó al gabinete conservador anterior parte de la debacle.

Agencia EFE

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