Obama duda y el régimen envía negociadores

Washington y Bengasi - Barack Obama no quiere entrar en acción inmediata en Libia. Tal mensaje quedó claro ayer cuando la Casa Blanca dijo que no es «aún el momento de tomar una decisión», pese al avance al parecer irrefrenable de Muamar Gadafi sobre los rebeldes, que claman por ayuda. Ante esta impasse occidental, Gadafi repartió ayer emisarios para, aparentemente, negociar con Europa y países árabes, sin datos concretos sobre los términos de las conversaciones.

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, defendió el ritmo con el que su Gobierno ha reaccionado a la situación en el país norafricano, frente a las críticas que denuncian que tanto Washington como la comunidad internacional responden con demasiada lentitud. Carney indicó: «Seguimos revisando todas nuestras opciones. Evidentemente, nos damos cuenta del sufrimiento en Libia y de la violencia que tiene lugar allí».

Mientras Europa y EE.UU. deciden qué hacer, emisarios libios volaron a El Cairo, Lisboa, Atenas y Bruselas con el fin de negociar el fin de la crisis, en un marco en el que el avance bélico del Ejército de Gadafi le permite una relación de fuerzas que torna ilusoria una salida del poder sin condiciones.

El coronel no se apartó de su retórica habitual, pese a estos indicios negociadores: «Quieren colonizar Libia de nuevo. Es un complot colonialista», manifestó, y subrayó que si Occidente decide imponer una zona de exclusión aérea, «el pueblo verá la verdad, que quieren tomar el control de Libia para robarle su petróleo» y «tomará las armas contra ellos».

El canciller italiano, Franco Frattini, confirmó que aviones libios partieron a Bélgica, sede de la mayoría de las instituciones europeas, y a Egipto.

Además, el secretario de Estado del ministerio griego de Relaciones Exteriores, Dimitris Dollis, recibirá hoy a Mohamed Taher Siyala, vicecanciller libio, informó la cancillería griega. Siyala fue recibido ayer por el canciller portugués, Luis Amado, en Lisboa.

Obama conversó el martes por teléfono sobre la situación en Libia con el primer ministro británico, David Cameron. Ambos acordaron que el objetivo común debe ser el «fin inmediato de la violencia y la brutalidad, la ida de Gadafi tan pronto como sea posible». La opción de una zona de exclusión aérea parece haber recobrado fuerza después de que la semana pasada el Gobierno estadounidense expresó un escaso apetito hacia esta medida, pero requeriría el esquivo voto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Agencias EFE, AFP y ANSA