Para el Banco Central, el retroceso del oro fue otro motivo para sus ya de por sí jaqueadas reservas. Diariamente informa el valor en dólares de éstas, y, lógicamente, al caer la cotización del oro, caían las reservas. Mucho margen de acción ya no le queda al BCRA: no tiene demasiado sentido desprenderse de las tenencias tras el derrumbe observado.
Los datos económicos en EE.UU. fortalecieron las acciones globales, en tanto el índice japonés Nikkei alcanzó su cierre más alto en seis años, a la vez que reforzaba las convicciones de que la Reserva Federal seguirá reduciendo su programa de estímulo monetario.
Los futuros del oro en Estados Unidos a entregar en febrero avanzaron un 0,5%, a u$s 1.203,30. El oro al contado operó en u$s 1.198,23 dólares la onza, con leves cambios respecto del lunes. El lingote había caído a un mínimo en seis meses de u$s 1.185,10 el viernes, después que la Fed dijera que comenzaría a reducir sus u$s 85.000 millones mensuales en compras de bonos el mes próximo, antes de recuperarse levemente.
Las tasas de interés históricamente bajas en Estados Unidos alentaron a inversores a poner dinero en activos sin intereses y fortalecieron el alza del oro a un máximo histórico de u$s 1.920,30 la onza en 2011. El metal ha caído un 28 % este año, con lo que dejó atrás 12 años seguidos de incrementos.
Agencia Reuters y Ámbito Financiero |
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