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Otra “amenaza” contra Macri puso en alerta al gobierno
La Policía Federal detuvo a un sujeto que habría “intimidado” al presidente con “llamados telefónicos” realizados hace un año.

Secuestro. En un domicilio de la localidad de Ranelagh allanado por la policía se detuvo a un joven presuntamente involucrada en las amenazas al presidente Macri y se decomisaron varios teléfonos celulares.
A partir de una denuncia anónima que llegó al día siguiente del incidente, la división de Asuntos Internos de la policía bonaerense investiga la posible participación de un "Teniente Primero de la Patrulla de Tigre" que según trascendió "estaría en contra de la gestión de la gobernadora Vidal y de sus políticas de seguridad", y habría sido escuchado refiriéndose a las bombas caseras que haría estallar "en el baño el jueves 24 mientras hablaba por teléfono el miércoles 23". El legajo del oficial señalado ya fue derivado a UFI 1 de La Plata, a cargo de Ana Medina, que investiga los incidentes, pero hasta ahora no se tomaron medidas. Después del ataque, Ritondo desplazó al jefe de inteligencia criminal de la policía Bonaerense, comisario general Héctor Puente.
Efectivos federales y porteños reforzaron desde el fin de semana los operativos de las brigadas en la ciudad de Buenos Aires "para sumar prevención", en las principales avenidas, como Santa Fe, Corrientes, Rivadavia, 9 de Julio, los alrededores de Plaza de Mayo, Casa de Gobierno, Banco Nación, la Casa de la Provincia de Buenos Aires y de Chubut, y las estaciones de subte y los andenes del Ferrocarril Sarmiento. En la ciudad de La Plata ocurrió algo similar en la Casa de Gobierno provincial, el ministerio de Seguridad, el Palacio de Tribunales, y el Parlamento provincial. Además, se dispusieron refuerzos en todas las unidades carcelarias dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Ayer, funcionarios de segunda línea de los ministerios de Seguridad de ciudad y provincia de Buenos Aires compartieron información para bajar la tensión que se vive en algunos sectores internos que tienden a magnificar los incidentes que Ritondo calificó de "atentados", aunque la causa judicial no los califica de esa manera.
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