10 de julio 2023 - 00:00

Para empresarios, la obra es “trascendental” y anticipan que permitirá mayor producción

En el acto de inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, el ministro de Economía, Sergio Massa, les agradeció a las empresas del sector privado que llevaron adelante el proyecto “en tiempo y forma”. Del otro lado, las empresas también ven con muy buenos ojos la obra, según afirmaron en diálogo con Ámbito: desde el sector energético, esperan mayor producción y que Argentina se transforme en un jugador regional. Desde el industrial, prevén que la energía más competitiva pueda desarrollar polos industriales y genere más empleo.

Damián Mindlin, presidente de Sacde, una de las empresas constructoras del gasoducto, definió a la obra como “trascendental”, y uno de los puntos que mencionó para destacar fue “el exitoso trabajo conjunto entre el Estado y el sector privado, que servirá de ejemplo para el desarrollo de futuros proyectos”. Es que si bien la construcción fue realizada por empresas privadas, la regulación la llevó adelante la estatal Energía Argentina (ex Enarsa) y el financiamiento fue del Tesoro.

Mindlin agregó que el know how adquirido servirá para próximas obras de infraestructura: “Junto con Techint, utilizamos nueva tecnología por primera vez en el país, y brindamos más de 30 mil horas de capacitación a trabajadores en oficios específicos. Todo ese conocimiento adquirido quedará para nuevas obras que son tan importantes como este gasoducto”. Ámbito recorrió la nueva escuela que abrió Sacde para capacitar a soldadores en el uso de la nueva maquinaria adquirida. Allí, la empresa anticipó que al menos se necesitarán otros 6 gasoductos.

En tanto, Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), destacó la relevancia de la obra: “La energía en el mundo cobró una importancia fundamental, y en Argentina hizo revalorizar Vaca Muerta, con el gas como energía de transición. Será importante para la sustitución de importaciones de energía, para la posibilidad de exportar, para el consumo nacional, y para agregar valor a ese gas”.

De todos modos, ante la consulta de si hacia adelante debería continuarse con el modelo de financiamiento público para las obras, contestó: “Hay que pensar otras alternativas. No es ideológico. Argentina tiene que buscar un partenaire público-privado, que pueden ser obras mixtas, u obra privada, con el Estado con el rol fundamental de la regulación. Porque es mucha la inversión que se necesitará para lo que viene en energía y minería”.

Por su parte, desde TGN otra empresa del sector energético especializada en el transporte, destacaron del gasoducto la posibilidad que se le abre a Argentina de poder ser un “jugador regional” si avanza con las obras que le permitan exportar gas a los países limítrofes. De hecho, desde la compañía indicaron que acaban de finalizar dos obras en Córdoba que serán clave para la “futura reversión del Gasoducto Norte”, lo que permitirá llevar el gas de Vaca Muerta al norte del país, y suplantar el declino de Bolivia. Las obras se realizaron en las plantas compresoras Leones y Tío Pujio, e incrementan el volumen de transporte en un 40%.

En tanto, Luciano Fucello, country manager de NCS Multistage, aseguró que hay una postura unánime entre las empresas productoras de hidrocarburos: “Todo el arco privado y público lo ve como una obra necesaria. No se podía transportar un metro cúbico más de gas, y si la molécula no la podés transportar, vale cero”. Además, celebró que “Argentina esté pensando en el mediano plazo”, debido a que se va a dejar de importar energía desde Bolivia, que tiene su producción en baja.

Por este motivo, anticipó que a partir de la obra se abrirán pozos en Vaca Muerta que las empresas tenían cerrados, sin producir. “En el momento en que vean el funcionamiento del gasoducto, esos pozos que están parados se van a poner en funcionamiento”. Sin embargo, Fucello también destacó que este gasoducto es tan solo “el primer paso” de una serie de obras que deben realizarse.

Como aprendizaje, Fucello consideró: “Esta obra debería haberse realizado en 2019, ya desde ese momento se sabía que iba a terminarse la capacidad de transporte. Hacia adelante el sector espera que esos cuellos de botella se solucionen antes de que exploten. Los más inminentes: la falta de equipos para sostener la actividad, y los 50 mil trabajadores calificados que va a necesitar la industria”.

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