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Porteños irán a las urnas seis veces para elección 2015

Fernando de la Rúa, Aníbal Ibarra
Si Mauricio Macri no integra esa ley de PASO a su tradicional temporada de vetos que suele ocurrir en enero como consecuencia de sesiones maratónicas con paquetazos surtidos de proyectos que se intercambian oposición y oficialismo, la ley regirá para los próximos comicios de 2015 y obligará a los porteños a concurrir en seis oportunidades a las urnas a lo largo de ese año.
Como en la Ciudad de Buenos Aires la elección a jefe de Gobierno no puede realizarse en forma conjunta con la nacional, para la renovación del cargo de Macri, en 2015, los porteños deberán hacer una práctica inusual.
No solamente la votación sería separada por una ley que lo impone, sino que la aplicación de la lista única, una papeleta donde figuran todos los partidos que compiten y los primeros candidatos a legisladores, en este caso, tampoco se podría hacer en un cuarto oscuro simultáneo con los comicios nacionales. Eso será un inconveniente para la renovación de la Legislatura porteña en 2017, ya que la de 2015 se haría junto con la elección de autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, mientras que a nivel nacional, en el distrito se elegirá presidente de la Nación y vice y diputados nacionales.
Entonces, si Macri no veta la norma de las Primaria Abiertas Simultáneas y Obligatorias, la Capital Federal debe prepararse para un cronograma electoral abundante y complicado a la vez por el estreno de nuevos mecanismos.
En principio, las elecciones locales contarían con tres pasos y otros tres posibles para la votación nacional.
Es que otra ley porteña suma a los abultados comicios que ya se pronostican y que deberán afinarse para no superponer campañas ni vedas. La norma impone una segunda vuelta en la elección a jefe de Gobierno y vicejefe, como lo proponen las normas nacionales, pero con la variante que para la Ciudad de Buenos Aires sólo se impone la fórmula con mayor cantidad de votos, siempre que supere la mitad más uno de los votantes. Hasta ahora desde que, en 1996, la Ciudad de Buenos Aires estrenó la autonomía y el intendente comenzó a ser electo por los ciudadanos, hubo una oportunidad en la cual no se dio la segunda vuelta, cuando Aníbal Ibarra en 2000 obtuvo 49,31% de los votos y su rival de entonces, Domingo Cavallo, desistió de darle el segundo desafío y dejó que se coronara jefe de Gobierno en la primera ronda electoral. Fue el segundo intendente electo después de Fernando de la Rúa, que resultó ganador en 1996 con casi el 34% de los votos pero no regía el balotaje.
De esa manera, la elección de autoridades en la Capital Federal comenzaría por las PASO porteñas para la elección de fórmulas de cada partido político o agrupación, la elección general y la segunda vuelta solamente para la categoría de jefe de Gobierno y vice.
De acuerdo con la ley local que impuso las PASO en la Ciudad, deberán participar todos los partidos o alianzas electorales, incluidos los que presenten una sola lista de precandidatos/as para una determinada categoría.
La convocatoria deberá ser realizada al menos 90 días antes de su realización y podrá adherir a la simultaneidad de elecciones prevista en la ley nacional en caso de las legislativas. Las PASO porteñas, además, deberán celebrarse con una antelación no menor a 65 días corridos ni mayor a 120 de las elecciones generales, que usualmente en Capital Federal suelen realizarse en junio, también las hubo en mayo, mientras que las nacionales se celebrarán en octubre.
Para la renovación presidencial y de diputados nacionales en representación del distrito también habrá internas, que rigen en todo el país, luego elecciones generales y de acuerdo con el resultado, podría realizarse una segunda vuelta excepto que la fórmula ganadora en primera instancia obtenga más del 45% de los votos o bien más del 40% y al menos 10 puntos de diferencia con la boleta que quede en segundo término de la grilla de resultados.
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