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“Que lo muestren a Duhalde”, desafió Kirchner a Macri
No ocupó tiempo en acusar recibo de la salida de Carlos Reutemann y Roxana Latorre del bloque oficialista del Senado que le habían comunicado pocos minutos antes. Pero sí incluyó en la crítica a Mauricio Macri, aunque sin nombrarlo, pero recordando la gestión de la empresa de su padre en el Correo Argentino.
El discurso de Kirchner comenzó, como siempre, con un repaso de los logros de su Gobierno desde 2003: «Nosotros no ocultamos a quienes nos acompañaron. En 2003 nos acompañaba Duhalde y en 2005 lamentablemente abandonó la lucha junto a nosotros», dijo. «No hacemos como hacen hoy algunos dirigentes que tienen miedo de mostrarlo. Ahora hacen nuevas alianzas. Los está dirigiendo Duhalde y lo muestran por el costado. Si están de acuerdo con Duhalde, que lo muestren a la gente».
En la parrafada contra el peronismo disidente, Kirchner habló de «neomenemismo» y «de alianza residual» para definir los dos armados que enfrentan hoy al Gobierno: el acuerdo De Narváez-Solá y la sociedad entre Elisa Carrió y el radicalismo.
«Ahora hablan en nombre de la ética los que ante el primer derrumbe no se quedaron para estar al frente del pueblo y salieron en helicóptero», insistió, como desde hace cinco años.
El mensaje, que incluyó por primera vez el reconocimiento de la crisis por la inseguridad que se vive en la provincia de Buenos Aires -justo cuando todos los sondeos indican que ese tema está a la cabeza de los que horadan la imagen de su esposa-, eludió un reconocimiento directo de la merma de dirigentes que sufre el oficialismo y que ayer tuvo su punto más alto con la renuncia de Reutemann. (Ver pág 13.)
De ahí que remarcó que «no es momento de activar banderas electorales. Les pido a los argentinos que seamos serios. Hay que cuidar el empleo, garantizar la salud y la inclusión social».
Luego definió a la crisis internacional: «Empezó con las hipotecas de mala calidad, explotó el globo financiero, se cayeron los bancos y las economías de los primeros países del mundo y despiden gente a mansalva», arrancó. «Pero nuestra presidenta, tranquila, serena, dijo: lo primero que vamos a cuidar es la actividad, el empleo. Guay con tocar un solo puesto de trabajo». Imposible que frente a esa definición no levantara la euforia de los presentes, incluidos Daniel Scioli, Alberto Balestrini; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; y el intendente de Avellaneda, Baldomero Álvarez de Olivera. En el medio del escenario lo escuchaban también Adriana Puigross y la radical storanista Silvia Vázquez, convertida desde hace tiempo en furiosa kirchnerista.
Como lo viene haciendo su esposa en los últimos actos, en los que hasta comparó la llegada de Barack Obama a la presidencia con la de Néstor Kirchner a la Casa Rosada, el ex presidente también comparó las medidas que tomó Washington contra la crisis con las que anunció Cristina de Kirchner: «Es lo mismo que acaba de firmar en Estados Unidos, con sus características, el presidente Barack Obama. La inversión pública no es un gasto, como sostenían los neoliberales que hoy están escondidos en esas alianzas», reforzó mezclando allí una crítica al acuerdo UCR-Carrió.
También al igual que la Presidente, les habló a los empresarios con ánimo paternalista: «Acá no se ajusta más por abajo», dijo. «Si hay que ganar un poquito menos, que ganen un poco menos, pero acá se cuida a nuestros compañeros. Los empresarios van a ser solidarios».
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