3 de abril 2019 - 00:01

Por recesión, tributaristas piden moratoria fiscal de 10 años

Consideran que la AFIP puede generar un stock de deuda incobrable ante la fuerte caída de ventas y del consumo.

Con el nuevo gobierno de Alberto Fernández la idea es nuevamente afectar la alícuota pasando del 0,25 % al 0,50 % para los bienes declarados por $ 2.000.0000 en adelante.

Con el nuevo gobierno de Alberto Fernández la idea es nuevamente afectar la alícuota pasando del 0,25 % al 0,50 % para los bienes declarados por $ 2.000.0000 en adelante.

Mientras en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) comienzan a ver la posibilidad de implementar algún nuevo plan de pagos si la morosidad de los contribuyentes empieza a crecer, los tributaristas consideran que se necesita ya una medida mucho más fuerte. Hablan de una moratoria por 10 años con eliminación de intereses y multas.

Así lo plantearon en diálogo con Ámbito Financiero los especialistas César Litivn, Ivan Sasovsky, Federico De Luca y Ezequiel Pasarelli.

El lunes pasado, Leandro Cuccioli, el titular de la AFIP, informó que el organismo recaudador tiene “en la calle” para cobrar unos $100.000 millones. Corresponden a atrasos que están en diferentes etapas que van desde un aviso simple hasta el inicio del cobro por gestión judicial. Otros $200.000 millones que tiene la AFIP para percibir son flujos bajo la forma de planes de pago. El titular de la AFIP señaló que si en los próximos meses el stock de morosos crece por arriba del ritmo de la inflación, se podrá analizar alguna nueva facilidad. Durante 2018 estuvo vigente el Plan Puente, de hasta 48 cuotas.

Litvin señaló que “hoy el remedio más apropiado no es un plan de pagos, sino una moratoria” en tanto indicó que “es la forma de ayudar al contribuyente que no pudo pagar”.

Pero advirtió que “como es un privilegio, tiene que tener contrapartida incuestionable, un premio para el que pagó bien todo, porque si no se torna injusta para los que pagaron en término”.

A criterio del tributarista, un premio podría ser la posibilidad de que el contribuyente no pague alguno de los anticipos, teniendo en cuenta que haya pagado los anteriores. El ejemplo que toma es el del sinceramiento fiscal de 2016 que premiaba al que blanqueaba eximiendo por tres año del pago del Impuesto a los Bienes Personales. En rigor, al final no se cumplió debido al ajuste fiscal.

Litvin señaló que “la AFIP y todos los organismos de control tienen que ayudar a los contribuyentes que tienen voluntad de pago, es decir, lo que quieren pagar pero no pueden por la baja del consumo y la morosidad de la cobranza”.

En tal sentido aclaró que “ayudar es ayudar a que los contribuyentes puedan pagar, porque normalmente en una empresa cuando tienen escasez de dinero primero se paga a los proveedores y con lo que queda le pagan a la AFIP”.

En tal sentido, explicó que “cuando va creciendo la mora y esa mora sigue siendo ascendente, se convierte en stock que tiene grandes posibilidades de ser incorbrable”. Por esa razón consideró que “generar un buen plan de pagos convierte al stock en un flujo”.

El tributarista indicó que cuando una empresa se comienza a atrasar con los pagos es muy difícil que recomponga la situación porque se le hacer “una bola de nieve” imposible de afrontar.

Por su lado, Sasovsky manifestó que “el Estado debe plantear una gran moratoria con plazos e intereses razonables porque lo que el fisco no recaudó es muy difícil que lo pueda recaudar mas tarde”.

“Lo mejor que se puede plantear es un escenario de un financiamiento a 10 años que permita de alguna manera igualar el punto de partida. Plantear la necesidad de que los contribuyentes empiecen a cumplir al salir de la crisis”, añadió.

Aclaró que “así como la AFIP no es un banco (que da créditos a las empresas), los contribuyentes tampoco tenemos que pagar por los que están en la informalidad”.

Sasovsky estimó que “cuando venga la etapa de recuperación económica va a ser más fácil recaudar lo que ahora no se está recaudando”.

Por su parte, De Luca dijo que “se necesita una moratoria que condone multas e interés por esos dos años de crisis muy profunda”. A su entender eso debería contemplar la reducción de los intereses y la condonación de deudas, generada por la propia baja de la actividad,

De Luca, ingualmente, no rechaza la idea de un plan de pagos. “Hasta tanto no se reactive la economía se necesita un plan de 60 cuotas con una buena tasa de interés para el contribuyente.

Cuccioli lo dijo claramente que hay $100.000 millones que la AFIP no puede cobrar y por la baja de la actividad. En una recesión las empresas se financian no pagando los impuestos, agregó.

Por su lado, Pasarelli consideró también la necesidad de que se implemente una moratoria; el obstáculo es que tiene que salir vía Congreso, porque se debe implementar por ley. La AFIP no tiene facultades para condonar impuestos. En un año electoral sería muy raro que pudiera prosperar. “El gran problema al cual nos enfrentamos en este año electoral: un plan especial de este tipo tiene que salir por ley. La AFIP no está facultada a implementar condonaciones de intereses, multas, sanciones penales, etc. El Presidente podría intentar, como tantas veces ha hecho, hacerlo por la vía del decreto y, luego, ponerlo a consideración del Congreso para que éste lo ratifique”, imaginó Pasarelli.

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