7 de febrero 2011 - 00:00

Selena, huracán del rock teenager

La multitud que llenó el estadio Geba para ver a Selena Gómez estaba compuesto por hijos en edad escolar (hijas, en verdad) y padres.
La multitud que llenó el estadio Geba para ver a Selena Gómez estaba compuesto por hijos en edad escolar (hijas, en verdad) y padres.
Recital de Selena Gómez & The Scene. Voz solista: Selena Gómez. Con E. Roberts (guitarra), J. Clement (bajo), G. Garman (batería), F. Dane (teclados). (Estadio Geba. 4/2/11).

El público de la rock star Selena Gómez ha dejado hace muy poco de mirar a Barney en la televisión, y ella de interpretar a una de las niñas que acompañaban al dinosaurio morado en sus juegos y lecciones. La mediación entre una etapa y la otra, que aún continúa en paralelo a su carrera musical, fue la serie «Los hechiceros de Waverly Place», típico producto del Disney Channel que hizo de esta nativa de Dallas, de padre mexicano y madre italiana, un ícono teenager tan precoz y resonante que, quizá, ni tiempo tuvo para buscar un nombre artístico de sonoridad sajona.

El grupo con el que debutó el pasado viernes en Buenos Aires, como parte de su primera gira por América Latina, fue fundado hace poco más de dos años y ya cuenta con dos CDs de ventas masivas. En el ínterin, el aparato publicitario comenzó a hacer de ella, aun antes de que cumpliera los 18 años, un objeto de deseo mediático. Selena, a diferencia de su «rival» Miley Cyrus/Hannah Montana, patrocina la pureza, lo cual no ha obstado para que ya se le atribuyeran romances con otros ídolos no menos mediáticos, como Nick Jonas, de los Jonas Brothers, y Justin Bieber.

Así, la multitud que llenó el estadio Geba el viernes (el público era tan compacto que no habría cabido una escolar más), carecía por completo de la franja que va entre los 18 y los 35 años; es decir, era un público compuesto por hijos (hijas, en verdad) y padres, la mayoría de los cuales quizá se habrá enterado de la existencia de la señorita Gómez en el momento de comprar las entradas.

El marco escenográfico del show, las luces, el sonido y la puesta en escena, que no abusó de los efectos especiales, fueron impecables y muy profesionales. Selena apareció en escena, para delirio de sus fans, con apenas cuarenta minutos de retraso, y realizó una performance dinámica, bien coreografiada y amplificada en tres pantallas gigantes. En algunos temas se la percibió más afinada que en otros. Pese a sus ancestros familiares, hizo todas sus introducciones en inglés, lo que obligó a la mayor parte de los chicos a pedir ansiosa traducción a sus padres. Lucía un vaporoso y elegante vestido rojo que no cambió en todo el recital, al igual que la pegadiza e inalterable base rítmica de sus hits nuevos y antiguos (aunque «antiguo» sea sólo una manera de decir), entre ellos «Magic», «Round & Round», «A Year Without Rain». Carismática, prometió volver y no abusó de la frase sobre cuánto le gustaba estar en la Argentina.

Como telonero actuó el grupo local «Highway», también muy vivado por el público, que está compuesto por integrantes de «Zapping Zone» y el Disney Channel de la Argentina. Sin embargo, extrañamente, en sus saludos actuaban como extranjeros.

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