12 de septiembre 2016 - 00:09

“Somos como una plaga de teatro”

• CRISTINA BANEGAS CELEBRA 30 AÑOS DEL EXCÉNTRICO CON UN CICLO GRATUITO
•El festival, que se extenderá hasta noviembre, incluirá producciones propias, obras nacionales e internacionales y shows musicales para celebrar tres décadas de una de las tres salas independientes pioneras.

BANEGAS. “Los vecinos enloquecían con nuestros ensayos nocturnos, que tenían mucho de salvajes”. Foto: Diego Kovacic.
BANEGAS. “Los vecinos enloquecían con nuestros ensayos nocturnos, que tenían mucho de salvajes”. Foto: Diego Kovacic.
"En nuestra sala nos atravesaron todos los problemas por los que pasó el país durante estos treinta años: la híper, los carapintadas, el menemato, 2001, en fin. La historia de El excéntrico de la 18 nos da un sentido de supervivencia muy desarrollado. Somos como ratas de teatro. Somos una plaga", dice Cristina Banegas, fundadora de un espacio pionero del teatro independiente que celebra desde hoy sus 30 años de "supervivencia" con un festival gratuito. Cuando nació la sala eran tan sólo tres, hoy llegan a 200 los teatros independientes.

El festival que tiene como lema "30 encuentros para festejar 30 años" es abierto, con entradas disponibles una hora antes de cada función. Incluye trabajos de alumnos, producciones propias, obras nacionales e internacionales, encuentros de reflexión y algunos shows de música. Confluirán, además, las cuatro generaciones de artistas: Nelly Prince, su hija Cristina Banegas, la hija de ésta Valentina Fernández De Rosa (al frente del teatro durante los últimos 20 años) y su hija Sofía Stead, comunicadora en las redes sociales. La apertura hoy a las 19 tendrá un concierto a cargo de Banegas y Prince. Entre las obras que podrán verse se destacan "Molly Bloom" y "Eva Perón en la hoguera", con Banegas, "Amaramara" y "Cachetazo de campo", entre muchas otras. Dialogamos con Banegas.

Periodista: ¿Cuáles fueron los momentos más importantes de El excéntrico?

Cristina Banegas:
El inicio del espacio como teatro fue con "El padre" de August Strindberg y "Antígona" de Sófocles con dirección de Alberto Ure. Las ensayamos un año y medio sin apoyo, no existía el Instituto Nacional del Teatro, estábamos en la más absoluta indigencia, lo que, sin embargo, da mucha libertad para hacer lo que uno quiere. Fue una travesía ensayar un año y medio, con muchos problemas con los vecinos porque lo hacíamos en el galponcito del fondo que todavía no tenía cielorraso, por lo que los vecinos enloquecían con nuestros ensayos nocturnos, que tenían mucho de salvaje. Esa etapa fue muy crítica, nos llegaban denuncias por ruidos molestos, venían inspectores todos los días a ese lugar que, además, era nuestra casa.

P.: Tuvieron varios padrinos, comenzando por Ure, además Cacho Vázquez o Tano Durante, arquitectos que reformaron el espacio...

C.B.:
Ure le puso el nombre, Excéntrico y "la 18" era la circunscripción política. Votábamos en la 18, desde hacía muy poco. La democracia recién empezaba. Otra de las madrinas fue mi madre Nelly Prince y su marido, quienes me prestaron el dinero para hacer toda la reforma y construir nuestra casa. Vivíamos con mi hija Valentina ahí, que sólo funcionaba como taller de alumnos de teatro y las dos obras mencionadas. Cacho Vázquez y el Tano Durante, ambos arquitectos, rehicieron el patio y la entrada. Y por fin tuvimos aire acondicionado.

P.: ¿Qué momento recuerda como el auge del Excéntrico?

C.B.:
Fuimos teniendo diferentes auges, la apertura fue uno, que comenzamos con "El padre" y "Antigona" y terminaron en el San Martín. Fue una remada muy fuerte y una situación fundante que nos marcó, porque la técnica de improvisación que inventó Ure se convirtió en marca y método que tomamos para enseñar. De hecho sale ahora por editorial Leviatán un libro que está en imprenta llamado "Antígona por Ure", con el texto de la obra en traducción de su esposa, están las bitácoras que escribimos durante ese año y medio de ensayos y fotos de Andrés Barragán.

P.: Destaca que el espacio dio lugar a toda clase de vínculos, inclusive los más insólitos.

C.B.:
Sí, hubo de todo. Recuerdo hace cinco años una función con Gabi Saigón, actriz y docente del espacio, luego de un año de ir a la cárcel donde está la carrera de sociología para presos. Dábamos un taller y los presos ensayaban "El acompañamiento" de Gorostiza. Entonces vinieron al teatro traidos de la cárcel con el carro en donde viajan los presos. Había como 17 policías recocrriendo las entradas y salidas para controlar. Uno de los actores conoció esa noche a su hija recién nacida porque la mamá no quería que fuera a la cárcel. El excéntrico es un lugar donde se fundaron familias, amigos y proyectos.

P.: ¿Cómo evaluá el momento actual para la dramaturgia local? ¿Y la producción? Muchos dicen que son cautos porque no tienen buenos augurios.

C.B.:
Más allá de crisis y el desastre, la gente en momentos de crisis se vincula, se apropia más de su capacidad de acción y creatividad. Como decía Ure, no hay como tener un enemigo, no hay como plantear una estetica y ética contra alguien. Estamos resistiendo como corresponde. En ARTEI estamos viendo cómo hacemos para seguir sostieniendo los espacios pese a la crisis y los tarifazos, pero también nos preocupa la crisis de desmantelamiento de los espacios culturales.

P.: ¿En qué otros proyectos de teatro, cine o TV está involucrada?

C.B.:
Por ahora voy a hacer en El excéntrico "Eva Perón en la hoguera" y "Molly bloom", también "Amaramara" en Córdoba y aquí lo pondremos en Hasta Trilce. Este año me dediqué a dirigir "Señorita Julia" en el CCC. Estoy haciendo eso, no actuando. Soy un poco chúcara, estoy mayor y si no siento el deseo y la necesidad de hacer ciertos proyectos, prefiero no hacerlos.

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