Cuando George Lucas anunció que las tres películas originales de “Star Wars” iban a ser continuadas por dos nuevas trilogías, reconoció --en una entrevista con este diario-- que la leyenda acerca de que estaban inspiradas por el cine de samurais de Akira Kurosawa era cierta. La mezcla de humor, aventuras y violencia de los clásicos protagonizados por Toshiro Mifune, como “Yojimbo”,”Sanjuro”, y en especial “La fortaleza oculta”, probablemente la más divertida. De ésta Lucas tomó no sólo el tono general, y las togas de los Jedis, además de sus sables luminosos -nunca hubo dudas, entre los fans de “Star Wars”, de que los Jedis eran samurais cósmicos- sino también la trama básica acerca de una princesa secuestrada por un shogun opresor que debe ser rescatada por un guerrero renuente, acompañado de dos extraños personajes un poco torpes pero bien intencionados y graciosos (éstos fueron los orígenes de Han Solo, el personaje de Harrison Ford y de los dos robots mas queribles de la historia del cine, TRCPO y R2D2).
Un “Obi Wan Kenobi” a la altura de la tradición
Disney+ estrenó su nuevo spin-off de “Star Wars”, con un excelente Ewan McGregor en el papel protagónico.
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La expectativa para ver la serie más importante en la nueva cosmogonía de “Star Wars”, titulada “Obi Wan Kenobi” y con Ewan McGregor como protagonista –la primera vez que un actor de ese nivel de nivel de popularidad es la estrella de una producción de la etapa Disney de La Fuerza- se vio además acrecentada por la demora que provocó la pandemia.
Los primeros episodios de esta serie en 6 capítulos que retoma las dramáticas aventuras del máximo maestro Jedi de la primera trilogía, si bien no se pueden comparar con una producción para cine, y mucho menos si con una obra maestra que revolucionó el Hollywood de su época y que sigue vigente, tienen momentos que están a la altura de la creación de George Lucas.
Bastaría mencionar, spoileando lo menos posible, una escena tensa que culmina con un brutal ataque en la que una mano es cortado por la espada Jedi, y que remite al “Yojimbo” de Kuroswa y revela la astucia que tuvo Lucas al imaginar esos sables jedi luminosos que, a diferencia de la katana de un samurai, no derraman sangre al desmembrar un enemigo, ya que funcionan con calor y no con filo metálico. Esto apoya la idea de regresar al espíritu del primer “Star Wars”, aunque la excelente serie anterior, “The Mandalorian”, también dirigida por la talentosa Deborah Chow, alentaba de igual modo el ritmo y el drama en las escenas de acción y suspenso dramático.
En los primeros tres episodios no todo es igual de parejo; lo que no convence tanto es la manera en la que están rodadas las escenas de diálogos, que a veces lucen demasiado televisivas: El contraste entre una escena donde Obi le explica a la pequeña princesa Leia que la galaxia está cambiando y él es su único apoyo, ya que ningún ejército de su padre podría rescatarla, es excelente en guión, pero no tiene el mismo visual del resto de la serie.
Luego, hay dos elementos argumentales que terminan redundado en un conjunto recomendable aun para quien nos sea un fan: la actuacion de Ewan Mc Gregor, que logra una misión imposible como la de estar al nivel de un Alec Guinness en “El puente sobre el rio Kwai” y “Lawrence de Arabia” de David Lean, factor que le da sentido por sí mismo a los episodios de “Obi Wan Kenobi”. Y luego la sorprendente Moses Ingram -de “Gambito de Dama”- quien marca todo un hito en el universo Star Wars al convertirse en la terrible, obsesionada con Kenobi Inquisidora Reba, transformándola en una atípica y enorme villana de la era del streaming.
“Obi Wan Kenobi” (EE.UU., 2022). Dir.: D. Chow. Int.: E. McGregor, M. Ingram, H. Christensen (Disney+)..
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