Cuando la CGT ya se encontraba en virtual receso (que se prevé seguirá hasta las elecciones) el fallo de la Corte motivó a los dirigentes a adherir al acto en Plaza de Mayo tras una reunión con la Iglesia.
Reflexión. El triunvirato de la CGT compartió un desayuno de trabajo con la cúpula de la Iglesia Católica. Luego definió su adhesión a la marcha de hoy contra el fallo de la Corte. El mismo día ya lo habían repudiado.
La CGT resolvió ayer adherir a la marcha a la Plaza de Mayo de esta tarde para repudiar el fallo de la Corte Suprema que habilitó el cómputo del denominado 2x1 para un represor de la última dictadura condenado por delitos de lesa humanidad. La central obrera, que había entrado en un informal receso después del paro nacional del 6 de abril, informó de su adhesión a la convocatoria tras una breve deliberación que concluyó que no se trataba de un acto en contra del Gobierno. También participarán de la movilización las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli.
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"La desafortunada decisión de la Corte, tomada por simple mayoría, aplica erróneamente normas del derecho penal común a los delitos contra la humanidad. Los delitos de desaparición de personas como los secuestros de bebés son de ejecución permanente hasta tanto aparezcan las víctimas; por lo tanto resulta a todas luces arbitrario que los responsables de tales delitos aberrantes recuperen la libertad, mientras el delito se sigue cometiendo. Por ello a todas luces para la CGT esta decisión constituye un fenomenal paso atrás para nuestro país en la condena a un período trágico de nuestra historia", señala un comunicado que se distribuyó por la tarde.
La central obrera ya había manifestado un repudio tempranero a la resolución del máximo tribunal el mismo miércoles pasado, cuando se firmó. En ambos casos se pronunció a través de comunicados que suscribieron los miembros del triunvirato de líderes, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, el secretario de Derechos Humanos de la organización, Julio Piumato, y el de Prensa, Jorge Sola.
La adhesión se produjo cuando pocos dirigentes sindicales apostaban por una nueva presencia callejera de la CGT tras la movilización del 7 de marzo pasado, que si bien fue masiva concluyó con incidentes. De hecho, como consecuencia de esos episodios la organización montó para el 1 de mayo, Día del Trabajador, un acto a puertas cerradas en el estadio Obras Sanitarias, al que sólo se podía acceder con invitación.
Tras el repudio del miércoles pasado los gremialistas decidieron sumarse a la protesta en la Plaza de Mayo ayer mismo, tras un encuentro que parte del Consejo Directivo mantuvo con la Comisión Episcopal de la Pastoral Social de la Iglesia católica. Terminó de convencerlos que funcionarios del propio Gobierno se pronunciaran en contra del fallo y que el oficialismo impulsara en el Congreso un proyecto de ley para acotar sus alcances.
"En tanto las decisiones de la Corte Suprema no son obligatorias para los tribunales inferiores salvo en el caso juzgado por ella, esperemos que los magistrados de todas las instancias defiendan los principios del Derecho Penal Universal aplicable a los delitos de lesa humanidad como los cometidos por los genocidas de la última dictadura", amplía la comunicación de ayer. La CGT se concentrará hoy a las 16 en la esquina de Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen.
Con la cúpula de la Iglesia, en tanto, los referentes de la CGT analizaron la situación social y económica, y los índices de pobreza, indigencia y empleo. "Les ratificamos a ellos la agenda de reclamos que le hicimos al Gobierno", dijo Schmid al término del desayuno de trabajo. Y agregó: "los obispos nos pidieron que sumemos la participación de los movimientos sociales y ver cómo a través del diálogo se pueden encontrar algunos caminos alternativos.
El camino es ver como podemos trazar alternativas".
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