9 de junio 2010 - 00:00

UCR apura cumbre para definir candidatos

Ricardo Alfonsín.
Ricardo Alfonsín.
La pelea en el radicalismo por la candidatura presidencial se aceleró y a un ritmo que nadie esperaba a esta altura. Ayer, Gerardo Morales convocó a una reunión del grupo Rosario, que integran desde Ernesto Sanz hasta el cordobés Mario Negri y el propio Ricardo Alfonsín, a una reunión para definir la estrategia por seguir en la elección del candidato presidencial, habida cuenta de que desde el domingo ese grupo controla la UCR de la provincia de Buenos Aires, clave para esa pelea.

Esa cumbre, que se hará en la Capital Federal, será el primer paso para arrancar con el posicionamiento de Alfonsín como candidato presidencial frente a Julio Cobos.

«Cualquiera de los dos candidatos le está dando al radicalismo un plus que no tuvo en los últimos años: la simpatía popular. Pero ninguno puede llegar sin una organización política detrás con territorialidad y competitividad, sin programa y sin acuerdos con otras fuerzas», marcó ayer Ernesto Sanz, el mendocino presidente de la UCR.

La explicación más diplomática al hecho será que el partido comenzará a definir desde ahora una plataforma política para las elecciones que luego pueda utilizar cualquiera de los candidatos.

Mientras tanto, Alfonsín y Julio Cobos seguían alimentando su disputa. El vicepresidente ya le había dicho vía Twitter: «Para ser campeón del Mundial hay que ganar todos los partidos». Ayer, el triunfador del domingo le contestó: «Nosotros nunca cambiamos de camiseta y para ganar todos los partidos primero hay que tener equipo».

Quedó claro que, tras los saludos cordiales entre ambos del domingo a la noche, la interna volvió ayer con toda su furia.

Así, el riesgo de una división quedó claro en el horizonte. Mientras Alfonsín

sigue insistiendo en recomponer el Acuerdo Cívico y Social, queda claro que la posibilidad de una fórmula conjunta podría darse con el socialismo, pero nunca con Elisa Carrió.

Los radicales no están en las mismas condiciones que en 2007, por lo que no resulta lógico pensar hoy en una fórmula liderada por Carrió. Alfonsín está, además, lo suficientemente lanzado, al menos por ahora, como para aceptar esa opción. En cualquiera de esos dos casos, ninguna de las dos fuerzas seguiría a sus líderes.

Más incompatible aparece Cobos en este juego ahora con dos enemigos: Carrió y Alfonsín. Los cobistas, de todas formas, prefieren esperar a que toda la euforia de la elección interna del domingo pasado se decante, antes de organizarle al vicepresidente una gira para reposicionarlo en el radicalismo de todo el país.

Alianzas

Con cautela, pero sin demorarse más, los radicales reunirán entonces a unos 30 dirigentes para redefinir las alianzas partidarias. Al punto que ayer Sanz anunció una de las primeras medidas, sintiéndose ya en la pelea presidencial con el kirchnerismo: «Creo que tenemos la obligación de lograr un acuerdo de gobernabilidad entre el Acuerdo y el PJ disidente ante una potencial segunda vuelta. Todos abonamos a eso. El peronismo disidente ha sido víctima de Kirchner», dijo.

Frente a esos anuncios seguían en el Comité Nacional los festejos por la victoria de Alfonsín. Más que la posibilidad de una candidatura, primaba ayer la euforia por haber desplazado de la conducción real de la UCR bonaerense a Federico Storani y a Leopoldo Moreau, y quizás, también del entorno de Cobos. El error del vicepresidente de haberse asociado a dirigentes con demasiada historia en el vapuleado radicalismo bonaerense también era admitido ayer por buena parte del cobismo como una explicación al resultado.

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