1 de junio 2012 - 00:00

Un puñado de gestos en busca de que Cristina libere goteo

Los productores se movilizaron a La Plata y tras la aprobación de la ley anunciaron un paro por 9 días.
Los productores se movilizaron a La Plata y tras la aprobación de la ley anunciaron un paro por 9 días.
Daniel Scioli cosechó, otra vez, los beneficios de flotar en el centro: el PRO y el FAP, unidos en un tropel escenográfico, facilitaron ayer el quórum imprescindible para aprobar la reforma tributaria bonaerense. Centrista, Scioli sumó por derecha y por izquierda.

Al mediodía, diputados del binnerismo y el mix macrista-PJ disidente del PRO-Peronismo desfilaron sin titubeos hasta el recinto para habilitar la sesión. Al rato, en el Senado, oportunas ausencias y presencias de las mismas tribus allanaron los dos tercios.

El operativo consumió casi 12 horas: de las 9, cuando se retomó la negociación con la oposición, a las 20.45, hora en que los senadores convirtieron en ley el paquete impositivo bonaerense.

A las 10.30, el jefe de Gabinete sciolista, Alberto Pérez, fue notificado por sus operadores en el palacio de que el FAP y una porción del PRO-Peronismo garantizaban el quórum.

Horacio González, el jefe de la Cámara, se encargó de los demás aprontes: que la oposición se amontone, antes, en el Salón de los Pasos Perdidos para bajar en malón. Las virtudes del tumulto.

A las 11, puntual, como estaba agendado, el gobernador notificó de la firma del decreto a un batallón de 60 intendentes y a los ministros que, al pie del decreto, sumaron sus rúbricas. Los juntó en el comedor de la residencia que da a la calle 5.

La UCR, crujiente tras la crisis de anteayer, puso a sus legisladores en las bancas más tarde. La interna del 24 de junio, por el control del Comité Provincia, entre Alfonsín-Posse y Moreau-Meoni-Gutiérrez, estorbó, pero no abortó el plan Scioli.

Desde anoche, el gobernador deshoja la margarita. Cumplió con cada una de las pautas que le pidió la Casa Rosada: asumió el costo de imponer el revalúo por decreto sin acceder a las demandas de los chacareros. Dato: al final, la promocionada avalancha rural a La Plata fue apenas simbólica.

Estará atento, ahora, a que se destrabe la última cláusula gatillo: que Cristina de Kirchner le ordene al secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, que incremente el goteo de fondos hacia la provincia. En unos días tiene que pagar los sueldos de mayo.

Mes a mes, el Gobierno bonaerense destina unos $ 6.000 millones en salarios. El momento caótico será julio, cuando se apilen las partidas de junio y el medio aguinaldo.

Para todo el período, según la cifra que el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, recogió en La Plata, Scioli necesita $ 3.300 millones para superar sin trastornos -es decir: sin desdoblar el pago o emitir patacones- el trámite salarial de mitad de año.

La asistencia es el tercer vértice de un proceso que comenzó con el decreto y siguió con el quórum.

El kirchnerismo se muerde la lengua a la espera de una emboscada. «Hay que ver cuánto le manda... Y cuándo», dicen. El sciolismo es, por naturaleza, más optimista: «Siempre, cuando nos tuvieron que asistir, lo hicieron», confió anoche un ministro.

Hace años, desde Carlos Ruckauf en adelante, la provincia está atada a los giros federales: lo padeció Felipe Solá y lo sufre, cada mes, Scioli.

¿Y el impacto de la reforma impositiva? Un soplido en una tempestad: por mes, en promedio, la provincia levantará

$ 200 millones extras cuando empiece a regir el «impuestazo» que incrementa el Inmobiliaro Rural en el 38% de los campos y aumenta alícuotas de Ingresos Brutos.

Hoy mismo, el decreto firmado ayer a la mañana y la ley aprobada anoche serán publicados en el Boletín Oficial para que la reforma esté vigente.

Apuestas

El del revalúo no fue el único decreto que gestó la provincia en estos días. A través de otra resolución administrativa, el Gobierno de Scioli dio el primer paso para licitar el sistema on line de Loterías de la provincia de Buenos Aires, que hace años maneja la empresa Boldt.

El contrato entre el Estado provincial y la firma a la que Amado Boudou acusó de maniobrar el affaire Ciccone vence a fin de año. Apenas Cristina de Kirchner decidió custodiar a su vice, el sciolismo entrevió que la continuidad de Boldt en Loterías era inviable. No es el único expediente sobre el juego que el gobernador tiene encajonado en su escritorio: desde cuarteles K le sugieren que imponga un incremento en el canon que pagan los bingos, actualmente del 34%, para mejorar sus ingresos.

Hay más jugadores. Un intendente, que se ufana de conocer el negocio, estima que subir el porcentaje al 51% le permitiría a la provincia recaudar, junto con la extensión de licencias, entre $ 5.000 y

$ 7.000 millones anuales.

Scioli habla, más seguido de lo que se cree, con ese alcalde.

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