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Una historia corta pero que augura éxitos
-Hace un año no tenían club y no sabían qué iban a hacer. Ahora son campeones, ¿qué sensaciones les deja todo esto?
-Una felicidad muy grande, más que nada por la familia que formamos. Estamos todos unidos y disfrutamos de cada momento, de cada ladrillo que compramos para nuestro club (Mariano Dobal).
-Es una alegría inmensa. Todavía no se cumplió un año de la fundación del club y lograr el doble ascenso y salir campeones es un sueño (Nicolás Álamo).
-Estoy feliz de la vida. Este grupo de gente se juntó para formar un equipo de rugby y lo logramos. Empezamos en la cuarta categoría de la URBA, bien de abajo, y sin quejarnos fuimos a todas las canchas. Posó cuarta, tercera y ahora estamos en segunda. Estamos bien y queremos llegar a lo más alto posible (Ramiro Dobal).
-La alegría que siento es impresionante. Cuando arrancó este club estábamos a la deriva y no sabíamos qué iba a pasar. A medida que fueron pasando los meses se nos dieron los resultados, lo institucional y lo deportivo. Demostramos que Delta es un gran equipo (Nicolás Lovisolo).
-¿El disfrute es aún mayor dado que comenzaron desde cero?
-Tal cual. Comenzamos bien abajo, desde cero, y con mucho sacrificio pudimos lograr el doble ascenso y también salir campeones (Mariano Dobal).
-Hace un año estábamos en la calle, sin saber qué hacer, y tuvimos que unirnos mucho. Entonces, todos tiramos para el mismo lado para llegar a esto que hoy en día disfrutamos (Nicolás Álamo).
-Sí, totalmente. Ahora hay que seguir con la misma humildad, porque si continuamos así vamos a llegar muy lejos. Este club no tiene techo, no sabemos hasta dónde vamos a llegar por eso hay que seguir por el mismo camino (Ramiro Dobal).
-¿Qué les gustaría decirles a toda la gente que confió en ustedes y los apoyó?
-Les quiero agradecer a todas las familias de Delta y a todos los clubes que nos apoyaron. Y todo esto se lo quiero dedicar a mi mamá que me mira desde el cielo (Mariano Dobal).
-Se lo dedico a todos los jugadores. Fui capitán de un equipo bárbaro. Gracias a la gente y a mi familia que nos apoyaron siempre (Nicolás Álamo).
-El apoyo de las familias cuando no éramos nada fue fundamental porque sin saber qué iba a pasar se acercaron y nos acompañaron en todo momento. Lo de la gente también fue impresionante (Nicolás Lovisolo).
-No me alcanza la vida para agradecerlo (Ramiro Dobal).
Delta dejó de ser un sueño. Hoy gozan de los frutos que dio tanto esfuerzo y sacrificio, aunque la familia del club más joven de la URBA es optimista y vislumbra un futuro aún mejor.
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