22 de julio 2011 - 00:00

Verona y De Diego: sin Sabina, y en el centro

Pancho Verona y García De Diego: «Las canciones sonarán más crudas, con menos arreglo, más cerca del modo en que fueron compuestas».
Pancho Verona y García De Diego: «Las canciones sonarán más crudas, con menos arreglo, más cerca del modo en que fueron compuestas».
Pancho Varona es guitarrista y compositor, y aunque tiene una historia previa como artista de pop y rock siendo integrante de la banda Viceversa, se hizo conocido a partir de que integra, desde hace 29 años, el grupo de Joaquín Sabina. Antonio García De Diego, también es histórico compañero del cantante de Úbeda, aunque un poco menos -»apenas» 22 años-. Del mismo modo, tiene sus antecedentes con el pop y el rock, y es compositor y multiinstrumentista.

Cualquiera que haya visto algún show o escuchado algún disco de los muchos que hizo Sabina en todo este tiempo, los habrá visto y escuchado. Son caras familiares para el público argentino. Sin embargo, no es habitual que se independicen de su líder y que salgan solos a hacer lo suyo. En España ya lo han venido haciendo, y ahora será la Argentina el lugar en que presentarán sus «Noches salineras», en algunas ciudades del interior, y en La Trastienda de Buenos Aires mañana y el domingo. Dialogamos con ellos:

Periodista: ¿Cómo fue que salieron a ocupar el centro del escenario?

Antonio García de Diego: Es un aprendizaje a marcha forzada. Desde hace mucho, nuestro lugar ha sido el de estar unos metros detrás. Nos ha tocado ser protagonistas y es una experiencia a la vez agradable y pesada.

Pancho Varona: Joaquín dice siempre que lo nuestro -o lo suyo en verdad- ha sido siempre más un grupo en sí que un montón de músicos que acompañan a un solista. Por su generosidad, por el lugar que nos ha dado y nos hemos ido tomando, tanto Antonio como yo -como en otro momento fue la cantante Olga Tomán- hemos sido mucho más que su banda de apoyo. Por todo esto, porque buena parte de las canciones que él interpreta han sido compuestas en todo o en parte por nosotros, nos animamos a salir solos.

A.G.D.: Nuestro modo de hacer estas canciones que son conocidas por el público, aunque no tengan claro que también son nuestras, es más crudo, más despojado, con menos arreglo, más cerca del modo en que fueron compuestas.

P.: Igualmente, aunque en una proporción menor, Sabina siempre les ha dado algún momento para su lucimiento personal.

A.N.G.: Un poco para tomarse un pequeño descansito en medio de los conciertos y otro por esa generosidad de la que hablábamos, él siempre sale una o dos veces del escenario y nos permite mostrarnos a Pancho, a Olga, a mí, frente a su público.

P.V.: Desde que se ha difundido la prohibición de fumar en todos los sitios, además, estos cortes le sirven a Joaquín para fumarse un pitillo. Pero independientemente de eso, yo he trabajado con otros cantantes y esa generosidad para permitir el lucimiento de sus músicos no ha sido la misma.

P.: En los últimos tiempos se ha visto a Sabina mucho más tranquilo y más saludable, pero todos recordamos sus tiempos de mayor vértigo. ¿En qué medida han sido ustedes parte de eso?

A.G.D.:
Todos éramos parte de ese vértigo, y venir a Buenos Aires era como una gran invitación para estar tres días sin parar. Pero eso fue en otros tiempos.

P.: ¿Cuál es la idea con este dúo? ¿Volverán ante una convocatoria de Sabina?

P.V.: Joaquín hizo un corte y es por eso que nosotros salimos a tocar juntos con Antonio. Y no sabemos cómo sigue porque no sabemos tampoco cómo será en el futuro la rutina de Joaquín.

A.G.D.: Con Pancho nos conocemos muy bien y era natural salir a tocar. Pero en lo personal, yo me sigo considerando un músico y no una referencia, de modo que me sigo sintiendo fundamentalmente un músico de Sabina. Incluso, aquí en Argentina nos tratan como a grandes figuras, pero en España somos nosotros mismos quienes tiramos los cables, armamos los instrumentos y cargamos las cosas.

P.: ¿Cómo es este show que veremos en Argentina?

A.G.D.: Es un concierto dividido en dos partes. En la primera, de más o menos una hora, hacemos varias de las canciones del repertorio de Joaquín que la gente conoce y muchas de las cuales fueron escritas por nosotros. En la segunda parte, abrimos el micrófono para que cante el público. La gente pide y nosotros funcionamos como acompañamiento instrumental para que se den el gusto de divertirse y pasarla bien «con los músicos de Sabina».

Entrevista de Ricardo Salton

Dejá tu comentario