El capítulo II de la ley ómnibus, titulado “privatización de empresas públicas”, incluye 41 compañías estatales que serán sujetas a privatización. Allí se encuentra Nucleoeléctrica Argentina S.A., que ya funciona como sociedad anónima, y es la empresa que opera las tres centrales nucleares que funcionan en Argentina. En caso de que se aprobara la ley, y finalmente se privatizara, sería la única vez en la historia que este sector generador de energía se encontraría en manos privadas.
Centrales nucleares: por primera vez, podría privatizarse la estatal que las opera
El proyecto de ley ómnibus incluye entre las empresas a ser privatizadas a Nucleoeléctrica, que es la sociedad manejada por el Estado que opera las 3 centrales nucleares en Argentina y lleva adelante un reactor nuclear que podría exportarse por millones de dólares.
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El artículo 8 de la ley ómnibus declara “sujeta a privatización” a empresas y sociedades de propiedad total o mayoritariamente estatal de las que se encuentran en el Anexo I. En ese listado, está Nucleoeléctrica S.A, (NASA), y Dioxitek S.A., también manejada por el Estado, que produce insumos para abastecer a centrales nucleares.
En el mismo capítulo también hay otros dos artículos que modifican la ley nacional de la actividad nuclear. El artículo 10 deroga el 35 de la ley nuclear que planteaba que Nucleoeléctrica en caso de ser privatizada tenía que mantener hasta un 20% de su capital o 1 acción como mínimo en poder del Estado. Además, el artículo 11 de la ley ómnibus sustituye otro artículo de la ley nuclear que le daba lugar al Estado en caso de una privatización.
El nuevo artículo dirá: “A los fines de las privatizaciones señaladas se constituirán sociedades anónimas, en las cuales el Poder Ejecutivo nacional podrá conservar una (1) acción con derecho a veto en las decisiones que impliquen el cierre de la actividad”.
Centrales nucleares
La empresa NASA opera las 3 centrales nucleares que existen en Argentina: Atucha I y Atucha II, en Zárate, y Embalse, en Córdoba. De la oferta de energía eléctrica, está a cargo del 7% a nivel país, producto de que estuvo con paradas en Atucha II por un desperfecto en uno de sus reactores.
En el 2024 estaba previsto la extensión de vida para Atucha I y aumentar la capacidad de almacenamiento en seco de elementos combustibles gastados, para la cual el Ministerio de Economía les había garantizado u$s 600 millones. Más allá de en manos de quién quede la compañía, desde NASA explicaron que tiene el "financiamiento asegurado" porque lo hacen vía fideicomiso financiero.
En diálogo con Ámbito, un ex director de NASA, que prefirió no ser mencionado, aseguró que no es la primera vez que se intenta privatizar la compañía, sino que el mismo debate ya había ocurrido durante los años noventa. Uno de los puntos que deberían mirarse en caso de pasar a manos privadas es la seguridad: “Ante un accidente o daño civil, ¿quién va a responder de manera final, quién se hará cargo de los riesgos y los costos?”, se preguntó una de las anteriores autoridades.
Ante la consulta de cómo funcionan las centrales nucleares en el mundo, fuentes del sector explicaron que existen dos modelos. Por un lado, en Estados Unidos, que es el país con mayor cantidad de centrales nucleares del mundo, tiene un esquema de operadores privados. Pero las fuentes del sector aclaran: “Con un ente regulador muy fuerte”.
Del otro lado, el país que tiene en su matriz mayor proporción de energía nuclear es Francia, siendo que más del 80% de la generación eléctrica es nuclear. La empresa operadora es Electricite de France (EDF), propiedad del Estado francés.
CAREM: reactor for export
Otro de los puntos que resaltan en el sector nuclear es el rol de NASA para promover el desarrollo tecnológico y la cadena de valor. Junto con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), NASA participa de la construcción del mega proyecto CAREM. Se trata de una “mini” central nuclear diseñado y construido en Argentina. El reactor tiene una tecnología que solo realizan 3 países y que podría exportarse por cifras millonarias, en un contexto donde la transición energética favorece a la energía nuclear, que no genera dióxido de carbono.
El Carem comenzó a construirse en 2014 y ya debería haberse terminado, pero se fue retrasando con los cambios de Gobierno. Durante el gobierno de Cambiemos, realizaron una licitación y quedó a cargo de Techint. En el 2019, volvió a manos del Estado.
Rafael Grossi, el argentino que dirige el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), clave para monitorear el buen uso de la energía nuclear en el mundo (con rol protagónico en la guerra Rusia-Ucrania) aseguró meses atrás que hay un “fuerte interés en los reactores pequeños y modulares” y que “Argentina es uno de los pocos países que lo desarrolla”. Incluso, Bill Gates tiene una empresa que busca realizar uno, mencionó.
Grossi se encuentra de visita en Argentina y fue recibido por el presidente, Javier Milei. “Honrado de intercambiar puntos de vista sobre el fortalecimiento de cooperación entre Argentina y la IAEA. La experiencia de Argentina es crucial para el desarrollo nuclear a nivel global”, escribió en su cuenta de X.
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