Como ironizó este miércoles un experto del negocio global de los hidrocarburos de Wall Street, frente a la publicación del diario The Wall Street Journal (WSJ) sobre la negociación entre Shell y BP, pareciera que después de pasar años insistiendo en el sector, alguien más también se dio cuenta de que las acciones de energía se cotizan a PE (Price/Earnings) de un solo dígito.
Petróleo: surgen nuevos rumores de que Shell negocia comprar BP
El diario financiero Wall Street Journal publicó, en exclusiva, que ambas petroleras estaban conversando una posible fusión que podría ser de u$s80.000 millones. ¿Quién está detrás?
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Un acuerdo entre Shell y BP sería solo el último de una ola de fusiones y adquisiciones en el sector energético.
El WSJ informó que el gigante energético europeo Shell estaba en conversaciones iniciales para adquirir el otro gigante energético europeo, BP, en lo que sería el mayor acuerdo petrolero en una generación y uno de los mayores acuerdos de fusión de todos los tiempos por alrededor de u$s80.000 millones. Como dato curioso, detrás de bambalinas aparece un viejo conocido de los últimos gobiernos argentinos, el fondo buitre Elliott Investment Management (EIM) de Paul Singer, recordado por el juicio ganado al país por el default del 2001, especialista en deuda soberana bajo estrés. Cabe señalar que desde Shell desmintieron las conversaciones.
La nota de Ben Dummett, Lauren Thomas y Jenny Strasburg del WSJ señala que si bien las conversaciones entre los representantes de las compañías están activas, BP está considerando el enfoque cuidadosamente ya que la compañía resultante sería una de las mayores compañías de energía del mundo; pero la adquisición de BP pondría a Shell en una base más firme para desafiar a competidores más grandes como Exxon Mobil y Chevron, y sería una combinación histórica de dos de las llamadas supergrandes compañías petroleras.
Un vocero de Shell le dijo al WSJ que estaban fuertemente concentrados en capturar el valor de Shell al continuar enfocándose en el rendimiento, la disciplina y la simplificación, mientras que a la agencia Bloomberg le respondió que esto es pura especulación del mercado, que no había conversaciones. Los rumores dicen que vienen estudiando el tema desde mayo pasado.
Acuerdo petrolero corporativo: eventuales alcances
Si bien no se pudieron conocer los términos potenciales de ningún acuerdo y la fusión es incierta, BP está valorada actualmente en unos u$s80.000 millones, y considerando la prima de adquisición habitual, un acuerdo podría convertirse en el mayor acuerdo petrolero corporativo desde la megafusión de u$s83.000 millones que creó Exxon Mobil a principios de siglo. También sería fácilmente la mayor operación de fusiones y adquisiciones del año, y una de las más importantes del siglo, en un mercado sacudido por la guerra comercial del presidente Trump y otras tensiones geopolíticas. De concretarse, la adquisición sería una de las más grandes en la historia europea, con el potencial de crear un gigante petrolero capaz de rivalizar con los gigantes estadounidenses ExxonMobil y Chevron ya que la empresa combinada produciría casi 5 millones de barriles diarios de petróleo equivalente y dominaría el mercado de gas natural licuado. Claro que podría generar preocupaciones antimonopolio en los mercados minoristas de combustibles. Pero lo cierto es que, de ser así, Shell llega a las negociaciones de adquisición desde una posición de fortaleza, con un rendimiento claramente superior al de BP en los últimos años. Shell, que al igual que BP tiene su sede en el Reino Unido, pero opera en todo el mundo, tiene un valor de mercado de más de u$s200.000 millones. Los expertos recuerdan que BP ha sido la rezagada entre las grandes petroleras que incluso un fallido intento de abandonar los combustibles fósiles por las energías renovables casi significa la ruina. Esto, además, de provocar una fuerte caída de sus acciones la sumergió en años de turbulencias en la gestión y desastres operativos.
En este contexto, el inversor activo EIM, propietario de más del 5% de las acciones de BP, viene impulsando cambios en la compañía energética desde febrero pasado, lo que pone de relieve la exposición de la productora de petróleo y gas a una posible oferta pública de adquisición por parte de un rival. Desde entonces, señalan los expertos, BP ha adoptado varias medidas para intentar disipar la frustración de los inversores: a principios del 2025 anunció planes para impulsar la producción de petróleo y gas y recortar drásticamente las inversiones en energías limpias. Cabe señalar que la presencia accionaria de Singer es la que viene avivando el fuego de las especulaciones sobre una posible adquisición de la petrolera británica.
Mientras BP ha enfrentado dificultades, Shell se ha centrado en sus operaciones más rentables, comprometiéndose a extraer más petróleo y gas y a reducir sus objetivos de energía renovable. El director ejecutivo de Shell, Wael Sawan, afirmó recientemente que la vara de la compañía para grandes operaciones sería alta. En mayo, Shell anunció un plan multimillonario de recompra de acciones, el último de una larga serie de grandes recompras de acciones. Mientras tanto, Shell ha estado trabajando con bancos en una posible venta de sus activos químicos en Europa y Estados Unidos, según había informado WSJ.
¿Qué implicaría para Shell la compra de BP?
Para los analistas, la compra de BP le requeriría años de integración a Shell, complicados por conflictos culturales y la posible venta de activos superpuestos. Sin embargo, destacan, un acuerdo podría ampliar el alcance del negocio comercial global de Shell y reforzar su dominio en áreas como el gas natural licuado. Analistas e inversores también ven una buena combinación en las operaciones de ambas compañías en el Golfo de México. La adquisición de BP también ofrecería a Shell la oportunidad de distribuir costos entre una base operativa más amplia y desbancar a sus competidores. Shell también resultaría políticamente más atractiva para los reguladores británicos, quienes podrían oponerse a que un comprador extranjero adquiera BP, una empresa con más de un siglo de antigüedad cuyos orígenes se remontan a la exploración petrolera en Persia durante el apogeo del Imperio Británico.
Un acuerdo entre Shell y BP sería solo el último de una ola de fusiones y adquisiciones en el sector energético, ya que los productores buscan lograr mayores economías de escala. Chevron sigue trabajando para cerrar su mega-operación de u$s53.000 millones por Hess, que se ha visto retrasada debido a los esfuerzos de Exxon por impugnar su legalidad. Mientras tanto, Exxon ya está mejorando su eficiencia operativa tras cerrar un acuerdo de u$s60.000 millones para adquirir el gigante estadounidense de esquisto, Pioneer Natural Resources, y Diamondback Energy selló un acuerdo de u$s26.000 millones para adquirir Endeavor Energy Resources, lo que reforzará su posición en la Cuenca Pérmica.
Por lo pronto, las acciones de BP subieron 10% tras el rumor, borrando todas las pérdidas desde el Día de la Liberación.
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