4 de septiembre 2008 - 00:00

El "dulce" tour de Madonna acusa una inflación de 40%

Muchoscreen que el«Sticky AndSweet Tour»de Madonnaen River serásu últimavisita a laArgentina,pero el costopara verla esmuy alto.
Muchos creen que el «Sticky And Sweet Tour» de Madonna en River será su última visita a la Argentina, pero el costo para verla es muy alto.
Aunque el show que ofreceMadonna el sábado 6 de diciembre en River ya perdió parte de su sorpresa tras los cientos de videos caseros de Youtube tomados por el público en el concierto inaugural de Cardiff y los sucesivos, son legión los fans y simpatizantes que aguardan el recital en vivo.

La gran incógnita radicaba en el precio de las entradas en pesos que deben resultar rentables a los productores: como era de esperar, por el ticket en el campo, que hace dos años y medio en los «Rolling Stones» había costado 150 pesos y en «U2» 165, ahora habrá que desembolsar 215 pesos, es decir, más de 40%. Mucho más aun que la inflación real, no oficial.

Claro que habrá entradas más accesibles de 95 pesos, pero de visibilidad casi nula, en un show cuyo principal atractivo es el despliegue corográficoescenográfico.

Si bien lo ideal es la ubicación en las plateas bajas Belgrano y San Martín o el Campo Vip, los precios podrían disuadir a varios aunque siempre sean las que primero se agotan pese a los 630 pesos. Otras que se mantienen algunos días más en venta son las plateas bajas en sectores más alejados, a nada baratos 475 pesos. Pero entre el campo a 215 pesos y la popular a 95 existe un intermedio, la platea alta, a 175 pesos.

Como en casi todos los shows, habrá que atravesar el trámite de la venta mediante Ticketek, que ya comenzó con el registro de interesados ( hasta mañana), pero eso no garantiza la adquisición del ticket sino sólo agilizar la venta, y la preventa a partir del fin de semana. No hay manera de evitar los engorrosos trámites, con cargo no sólo de envío sino además de «logística». Y si el interesado se acerca a las colas que habrá en los pocos puestos de Ticketek, no abona el recargo por envío pero sí por la «logística».

En cuanto al «Sticky And Sweet Tour», algo así como «pegajoso y dulce», Madonna presenta «Hard Candy» su undécimo y último álbum que debutó en el primer puesto en 27 países, incluyendo Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón. No sólo los fans sino los curiosos de la música en vivo deberían echar un vistazo a una de las mejores puestas en escena en materia de recitales. Además no se cree que Madonna vuelva al país, al menos en el corto plazo, con lo que podría regresar a los 60 años o más, como «Los Rolling Stones», Roger Waters o «The Police». Y ya no será lo mismo. Como en el caso de los antes mencionados, valen más por ver la gloria de lo que fueron aunque sus recitales sean siempre impecables.

De los cientos de videos en Youtube, se cuentan íntimos ensayos previos, subidos por algún asistente o coreógrafo, pero la mayoría reproduce pasajes de las pantallas gigantes, uno donde se la ve encerrada con Britney Spears en un ascensor y el video de la polémica donde se compara al candidato republicano John Mc-Cain con Hitler.

Se sabe también que el recital comienza con «Candy Shop», con varias pantallas en forma de cubo e imágenes de golosinas. Los momentos más deslumbrantes vistos en Internet fueron aquel en el que se paseaba montada en un descapotable blanco, coreada por el rapero Kayne West (estuvo virtualmente), luego, el popurrí en el que «Vogue» aparece precedido por el «tic tac» de «4 minutes», el clásico «Into the Groove» al ritmo del «pole dancing» (baile del caño) y enmarcada en dibujos en movimiento. Se advirtió delirio -según los videos de Internet- cuando una Madonna española y gitana cantó «Spanish lesson» acompañada por «monjes» y cerró con «La ilsa bonita».

Madonna llegó por primera vez a la Argentina en 1993, cuando en el estadio de River presentó «Girlie Show tour», ante más de 50 mil personas. Dos años después, volvió para filmar el fiasco de boletería «Evita» de Alan Parker, cuando salió al mítico balcón de la Casa Rosada vestida como la «abanderada de los humildes». Antes había revolucionado con sus videos «Like a Virgin» o aquel en el que se besaba con Jesús, «Como una plegaria», y más tarde siguió la polémica con el beso en la boca con Britney Spears hasta llegar al video actual donde tilda a McCain de totalitario y se niega a retirarlo del show.

Pero no sólo es polémica lo que vende en Madonna sino su profesionalismo y el talento de una artista completa a la vieja usanza, y no como las actuales que creen saber bailar o cantar y no hacen ni lo uno ni lo otro. Mucho menos componer sus propias canciones.

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