23 de agosto 2001 - 00:00
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Poco importa si la platea ríe o se ofende, lo cierto es que hablar de la crisis, de debacle económico y del descrédito de tala política, funciona. Con su personaje Porelorti, Fernando Peña encarna a un político corrupto. Los Macocos representan a una familia de clase media venida a menos que acepta prostituir a una hija y vender los órganos de otro hijo, construyéndose sobre un crudo humor negro.
Su director, Javier Rama, dijo a este diario: «Hablar de la situación patética que vive hoy la Argentina tiene un riesgo: que no venda. Está en cada artista darle la vuelta de tuerca al tema para que el público lo tolere. En nuestro caso apelamos al humor, y la gente no sólo lo tolera sino que lo disfruta y lo aplaude porque no busca un mensaje optimista al estilo década del '70".
Fabio Posca ofrece uno de los shows más crudos y violentos. Comenzó hace diez años con «El perro que los parió» y presenta desde principios de año «Mamá está presa» a sala llena en el Complejo La Plaza. Posca hace alusión a la crisis desde un travesti que se dirige al público de espaldas y agachado, dejando que hable su trasero desnudo y también encarna a una mujer del interior que va matando a sus hijos.
«La gente a veces se levany se va porque me viene a ver a mí y no sabe lo que le espera. Pero la mayoría se ríe de lo que muestro, que no se limita sólo a la denuncia. Yo trabajo mucho la estética, la luz, el vestuario de mis espectáculos y en cuanto al contenido, es lo que me dan ganas de decir en este momento», explicó Posca.
En los sketches espontáneos que surgen en cada función de Match de Improvisación se cuelan a menudo términos acu-ñados por el imaginario popular: riesgo-país, recesión, dolarización, son moneda corriente, casi obligada, en funciones a las que asiste un público predominantemente joven.
El director de los Match, Mosquito Sancineto, expresó: «Los jóvenes son ignorantes en materia política, en general piensan que los políticos son corruptos y lo que surge en las improvisaciones no tiene connotaciones ideológicas. Creo que si en otras épocas se expresaba el descontento de un modo más poético, eso responde a que en el pasado había más arte».
Los Macocos planean seguir presentando su obra hasta marzo del año que viene. Fabio Posca piensa continuar hasta fin de año. La Banda de la
Risa trabaja ininterrumpidamente desde 1985 y los Match de Improvisación hace cuatro años que están en cartel. El humor político con el que Enrique Pinti satirizó al país (dicho sea de paso es el autor de la murga final que canta La Banda de la Risa) parece haberse regenerado en jóvenes que se valen de un humor menos crítico y más apolítico pero con recepción probada en un público que se permite divertirse a costas del piquetazo y la recesión.
Rama sintetizó: «Yo esperaba que se levantara más gente de nuestro espectáculo, por el humor negro, pero el público lo digiere porque se amplió el espectro de la violencia. Un ejemplo más de realidad que supera la ficción».
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