23 de mayo 2025 - 11:05

El INCAA de Javier Milei: la primera gestión con "cero películas aprobadas"

La motosierra del Presidente llegó al Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA). Sin Comité de Precalificación y con una cuota de pantalla modificada, la industria está mayormente paralizada.

La motosierra de Javier Milei llegó al Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA).

La motosierra de Javier Milei llegó al Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA).

En el Día del Cine Nacional se conmemora la primera película de ficción argentina: “La Revolución de Mayo”, dirigida por Mario Gallo que se estrenó el 23 de mayo de 1909. En otras palabras, se festeja el nacimiento del cine argentino. Sin embargo, hoy hay poco para celebrar, ya que la industria cinematográfica protagoniza un desconsolador escenario. Diferentes referentes de la industria dialogaron con Ámbito sobre la situación actual.

“Trabajo desde los 15 años en la industria audiovisual y nunca vi tanta devastación como en este momento”, afirma Guadalupe Docampo, actriz que forma parte de la Comisión Directiva de Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes (SAGAI). En 2024, la participación del cine argentino en la taquilla fue de 2,19%, la más baja desde 1997, representando una caída del 19,09% con respecto al año anterior.

Según un estudio realizado por SAGAI, el 60% de los actores y actrices debe trabajar en actividades ajenas a la actuación y el 78% no alcanza a cubrir la Canasta Básica con sus ingresos. “Hay mucha gente que ha cambiado de profesión, ya no se dedica más al cine”, afirma el director Juan Schnitman, integrante del Colectivo de Cineastas.

El INCAA en la era Milei

El INCAA fue creado en 1947 por la Ley de Cine para fomentar y regular la actividad cinematográfica del país a través de diferentes mecanismos, como la cuota de pantalla, que en la nueva gestión sufrió modificaciones. Antes, se debía proyectar una película nacional por sala, en todas sus funciones y al menos una semana por cada trimestre del año. Sin embargo, ahora los cines con más de ocho pantallas deberán ocupar el 6% de su programación con films nacionales y los que cuenten con menos de ocho pantallas, el porcentaje baja al 4%. Para cumplir con esto, las películas seleccionadas deberán exhibirse en dos funciones diarias en horario central durante toda la semana. Mientras que, en las ciudades con menos de 100.000 habitantes, será suficiente con una función diaria en el mismo horario.

“El Presidente del INCAA fijará la cuota de pantalla de películas nacionales de largometraje y cortometraje que deberán cumplir las salas y demás lugares de exhibición del país, pudiendo segmentar la cuota sobre la base de las características de las salas alcanzadas”, detalla el Decreto 662/2024 publicado en el Boletín Oficial. La "media de continuidad", que garantizaba la continuidad en pantalla si alcanzaba un mínimo de espectadores, fue eliminada. Hoy la decisión está en manos de Pirovano.

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Carlos Pirovano, titular del INCAA desde marzo de 2024.

Carlos Pirovano, titular del INCAA desde marzo de 2024.

Por otro lado, el organismo fomenta la actividad a través de comisiones. Uno de ellos es el Comité de Clasificación de Películas Terminadas que otorga subsidios a producciones ya finalizadas. El mismo las evalúa y clasifica para garantizar la correcta exhibición de la película. Sin embargo, la comisión principal del INCAA siempre fue la de Precalificación, la misma que Pirovano decidió ponerle fin. Esta era la encargada de financiar proyectos audiovisuales para que tengan los recursos necesarios y así comenzar a filmar.

El pasado 15 de abril, el Espacio Audiovisual Nacional (EAN) presentó un balance del primer año de gestión de Pirovano. “Se ha convertido en el único presidente del INCAA en tener el récord histórico de CERO PELÍCULAS ARGENTINAS aprobadas durante su gestión”, expone el informe. Pirovano negó los hechos y aseguró que habían aprobado 236 películas, sin especificar que los mismos habían recibido previamente un subsidio a través del comité que él mismo disolvió.

Antes era necesario presentar una carpeta con todos los detalles de la película y lograr una aprobación del comité para recibir un subsidio. Ahora, es viable recibir un apoyo solo con el film ya terminado. Pero ¿es posible hacer cine de esta manera? Por otro lado, el ente ofrece créditos bancarios y microcréditos, dinero que luego se tiene que devolver.

Hacer películas sin el INCAA

“Los únicos rodajes que hay son los que tienen financiamiento de plataformas de streaming y alguna que en gestiones anteriores logró apoyo del exterior y se quedó sin el argentino. Entonces, una película que iba a ser nacional se transformó en una mayoritariamente europea, pero que se filma en el país”, explica el director Juan Schnitman, quien además integra el Comité de Películas Terminadas. Desde su rol, afirma que hasta el momento aprobaron producciones de “gestiones anteriores y son solo efectos de subsidios de sala”, dinero que pone el organismo por cada entrada vendida. Entonces, solo es rentable para las películas que tengan una expectativa de taquilla importante, algo que cada vez es más complicado. Por ejemplo, en 2024 el único film en superar los 100 mil espectadores fue “El Jockey” de Luis Ortega y este año “Mazel Tov” de Adrián Suar pudo alcanzar los 300 mil.

En este contexto, aparece “el cine de guerrilla”, una alternativa que se caracteriza por presupuestos bajos y el uso de cualquier recurso, ubicación y equipo disponible. Un cine más parecido al que se hacía en momentos donde acceder al fomento parecía imposible. “Como espectador uno exige también otro tipo de cine", afirma el director Maximiliano Acosta, ya que la realidad es que, aunque se trate de producciones valiosas, el público no deja de tener pretensiones.

Maximiliano Acosta no solo se considera exigente como espectador, sino también como documentalista. El año pasado estrenó “San Pugliese”, un documental sobre el pianista argentino que no solo fue elegido como lo mejor del INCAA, sino que también había recibido subsidios a través del Comité de Precalificación. “Sin este apoyo, el resultado no iba a ser como el que se consiguió, ni en términos estéticos ni de audiencia”, el director sostiene que el financiamiento estatal no se trata únicamente de materia económica. “Comienza la película y está el sello del INCAA, ni más ni menos que la bandera argentina. Tiene un peso muy grande a nivel global y ya le da un estatus. Y, además, el organismo también da difusión a nivel nacional”, explica el director. “San Pugliese” logró estar un mes en la cartelera del Gaumont, uno de los espacios INCAA.

“El Instituto no tiene que ahorrar plata, tiene que gastar porque esa es su única misión”, sostiene Juan Schnitman. Desde que Pirovano está al frente del organismo, su plan de recorte también consistió en despedir a 500 empleados.

En sus últimas medidas, el INCAA abrió un Concurso Audiovisual Multiplataforma. “¿Tu creatividad explota en TikTok, Instagram, Spotify, YouTube, Twitch y más? Si tenés entre 18 y 28 años y querés llevar tu creatividad al siguiente nivel, esta es tu convocatoria”, propone el ente. Pirovano decide priorizar a los creadores de contenido, mientras la industria cinematográfica está mayormente paralizada.

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La ausencia del cine argentino recién empieza

En 2024, el cine argentino tuvo una de las cuotas de mercado más bajas registradas. Pero esta disminución también se vio reflejada en la poca participación de las películas en los festivales nacionales e internacionales. “Hemos tenido primeras ganadoras del Oscar, premios en festivales importantes y no porque el cine argentino esté tocado por una varita mágica, sino porque hacemos mucho y hay una parte de ese mucho que es bueno”, sostiene el director Juan Schnitman.

“El corto generó repercusión por la ausencia de otras películas que generalmente suele haber en Cannes”, explica Juan Ignacio Ceballos, director de “Tres”, la única producción audiovisual nacional presente en el emblemático festival francés.

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El equipo de

El equipo de "Tres" en el Festival Internacional de Cine de Cannes.

En abril tuvo lugar el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), donde de 290 películas, hubo 116 nacionales. Sin embargo, se trata de producciones que se filmaron en años anteriores, cuando Pirovano no estaba al frente del INCAA y todavía existía el Comité de Precalificación y la histórica cuota de pantalla. “¿Que va a pasar en 2027 o en 2028 con el cine argentino? ¿Qué tipo de cine argentino va a haber?”, se pregunta Juan Schnitman.

El futuro del cine argentino

“De todos los rubros en los que se desempeñan los actores y actrices, el cine ocupa el último lugar. Siendo un país que supo llevar adelante más de 200 producciones cinematográficas al año, este dato para mi es particularmente doloroso”, detalla la actriz Guadalupe Docampo, quien forma parte de la Comisión Directiva de SAGAI.

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Guadalupe Docampo, una de las integrantes de la Comisión Directiva de SAGAI.

Guadalupe Docampo, una de las integrantes de la Comisión Directiva de SAGAI.

“Cuando el INCAA no funciona, todos estamos perdiendo plata. Es un montón de dinero que el Estado inyecta en la economía real, que se distribuye. Hacer películas significa tocar miles de personas en cada producción que reciben ese dinero”, explica el integrante del Comité de Películas Terminadas, Juan Schnitman. Semanas atrás, el director estrenó en el BAFICI su nueva película “Nuestra parte del mundo”, que el 29 de mayo llega a las salas del país. Sin embargo, está preocupado porque se puede tratar de “su última película o por lo menos en mucho tiempo”.

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"Nuestra parte del mundo", la nueva película de Juan Schnitman

Aunque al documentalista Maximiliano Acosta le cuesta ver el vaso medio lleno, considera que el cine argentino va a continuar filmando: “Yo voy a seguir, tengo cámara y equipos, así que saldremos a rodar”. El director Juan Ignacio Ceballos coincide con esto, ya que percibe que “quienes tienen la posibilidad de filmar lo están haciendo porque también hay muchas ganas de no dejar que esto caiga”.

El Estado, que por muchos años apoyó al cine argentino, hoy le soltó la mano. Un INCAA que no otorga subsidios ni garantiza la exhibición de las películas, es uno que no fomenta la actividad cinematográfica, pero ¿acaso no es la principal tarea del organismo? El renacimiento de alternativas económicas, como "el cine de guerrilla”, comprueba que se está haciendo lo posible para sobrevivir. Sin embargo, ¿hasta cuanto se puede aguantar? Los que pueden, seguirán filmando. Los que no, mantendrán su rol de espectadores siempre y cuando las películas estén en cartelera.

Desde que llegó el poder, Javier Milei hizo recortes en el INCAA. Su gestión con Carlos Pirovano en el frente se convirtió en la primera con "cero películas aprobadas". La industria cinematográfica, que nació el 23 de mayo de 1909 y logró destacarse tanto en el país como en el mundo, hoy atraviesa un escenario de incertidumbre. No es la primera crisis que atraviesa, pero ¿será la última?

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