Luna Sujatovich se define como "porteña, judía y tana". Dice, también, que no se siente del todo "local" en el folklore. Eso no le impide ejecutarlo con maestría. A sus 31 años, la compositora, pianista, arregladora y cantante transita los primeros pasos de una aventura solista más que interesante.
Luna Sujatovich: folklore y libertad, en el inicio de una auspiciosa aventura solista
La joven artista acaba de lanzar "Como callan los tractores", un EP de 4 canciones instrumentales en las que, a través de su piano, indaga en diversos ritmos autóctonos. Primeros pasos de una prometedora carrera en soledad.
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Tras el éxito de "Desafío Guerrero", disco debut que vio la luz en 2021 y que obtuvo dos Premios Gardel, la artista dio un golpe de timón y lanzó "Como callan los tractores", un flamante EP de cuatro canciones instrumentales, donde el folklore es apenas el punto de partida de una serie de ritmos cambiantes, que tienen al piano en el centro de la escena.
Antes de presentarlo el miércoles 12 de octubre en Café Berlín, Sujatovich reflexiona junto a Ámbito sobre los desafíos y beneficios de trabajar en soledad y lo que significa hacer música por fuera de las tendencias. Además, repasa las principales aristas de su naciente obra.
Periodista: "Como callan los tractores" tiene apenas dos meses de vida, ¿qué recepción tuvo en ese tiempo?
Luna Sujatovich: La verdad es que viene siendo muy bien recibido. Sorprende porque por ahí es un tipo de música que no está de moda o no es lo que se está haciendo usualmente. De alguna forma, la gente se sorprende de que las tradiciones de la música instrumental y folclórica en el piano se sigan conservando, se sigan queriendo escuchar y tocar. Eso es llamativo. Hay mucha gente agradecida. "Qué bueno que haya música", "qué bueno que se siga haciendo esta música". En ese sentido, estoy muy contenta. Además, mucha gente me pide la música. Tengo las partituras a disposición para quienes quieran tocar la música.
P.: Hablás de que hacés una música heterodoxa a los tiempos que corren. ¿Te sentís una outsider?
L.S.: Sí, re. Siempre estuve medio outside, no me es nuevo. Yo sigo mi camino, intento siempre ser muy fiel con lo que me tire el cuerpo y el corazón, digamos.
P.: Venías de presentar un disco al que le fue muy bien, ¿por qué te volcaste por el formato EP esta vez?
L.S.: Porque estas músicas son músicas que yo venía componiendo hace bastante, mucho antes que mi primer disco, "Desafío Guerrero", que es un disco de canciones, digamos. Estas son cuatro piezas, entonces preferí enmarcarlas en este EP, que es el comienzo de mi faceta como compositora de música instrumental. Como era todo música para piano, quise englobarla en los tractores.
P.: ¿Qué te impulsó a publicarlo ahora?
L.S.: Por un lado, me gustó que sea este momento, que es el inicio de mi proyecto solista. Un poco también para seguir presentándome como música; seguir mostrando mis facetas como música y compositora en el inicio de mi carrera. Sobre todo porque es una música que compuse mucho antes que mis canciones. Quise empezar mi camino con las canciones, pero esta cuenta pendiente la tenía que saldar y no quise esperar mucho. De hecho un año después ya quise mostrar esta parte mía, que es mucho anterior. Y también porque tengo ganas de tocar esa música y que la gente la conozca.
P.: ¿Sentís que está agotado el disco?
L.S.: No, es un disco super nuevo, que la gente recién está empezado a conocer. Además, siento que el show, al integrar ambos mundos, se transforma en otro tipo de show; algo mucho más ecléctico y versátil, para distintos públicos y ocasiones. Me gusta llevar a los dos discos bajo el brazo.
P.: Trabajaste con Fito Páez, ahora lo hacés con Coti. También participás del proyecto "La Colmena". En esta aventura solista, ¿qué beneficios y limitaciones encontrás?
L.S.: Beneficios, el poder hacer mi música. Eso es un disfrute muy grande. Es donde uno pone la creatividad más genuina, más propia o, tal vez, más arriesgada. Por otro lado, es muy difícil el camino de lo propio porque todo depende de uno. Eso es un trabajo muy grande, a diferencia de tocar en otros proyectos, donde la energía está más dividida o hasta incluso no depende de vos. Tocando con Coti Sorokin es como que me ocupo netamente de lo musical y, después, todo lo demás depende de otras personas o de él. Con La Colmena, por ejemplo, las tareas se distribuyen mucho más. Con mi proyecto estoy aprendiendo y conociendo lo que es tener un proyecto propio y todo lo que conlleva extramusicalmente.
P.: En tu presentación decís que te animás al folklore pese a ser "porteña, judía y tana". ¿Qué choque ves ahí? ¿Hay una ganancia en eso?
L.S.: Lo decía porque no dejo de sentir ahí algo de no sentirme local. Hay algo de no haber nacido en un contexto o en una familia que tenga esa cultura o esas tradiciones. Eso me hace un poco sentir que lo hago con mucho respeto y con lo que tengo para dar. También siendo un reflejo de lo que fue la inmigración hace más 100 años y de las consecuencias que tuvimos de eso. Yo, que tengo esos orígenes, esa historia y ese linaje, de repente me encuentro muy familiarizada con ese folklore. Y tal vez más que gente que haya nacido en Santiago del Estero. Hace poquito me crucé con una colega que me dijo "mi papá siempre cantó folklore pero a mí me gusta el funk, yo hago funk". A mí me pasó al revés: mi viejo siempre tocó rock, jazz y tango, y yo estoy tocando folklore. Nunca nadie me había mostrado esto, llegué por mi cuenta.
P.: ¿Qué te atrajo del folklore?
L.S.: Empecé escuchando al Dúo Salteño por un profesor del colegio que me mostró esa música. También por amigos, por compañeros de la facultad que curtían mucho ese palo. iban a muchas peñas y yo no había ido nunca a una. Me llevaron ellos y me enseñaron a bailar. Un amigo mío, Santiago Segret, que viene de familia más cercana al folklore y al tango. Él, que es bandoneonista, me mostró un montón de música para piano de folklore, como Carlos García, por ejemplo. En su casa tenía un bombo legüero, entonces él tocaba el piano y yo el bombo legüero. Por 2012 entré a un taller vocal de Luna Monti que era de música latinoamericana y folclórica. Ahí terminé conociendo un poco más. Fui entrando de a poco y cada vez más.
P.: En las cuatros canciones indagás en cuatro subgéneros distintos del folklore, ¿fue premeditado esto?
L.S.: En realidad, quise buscar ritmos que se asemejaran. Me pareció que el ritmo de vidala se condecía con la primera de las obras. Busqué ritmos que se asemejaran a la obra. Eso fue casi a último momento, antes de subirlo a las plataformas. Pasó un poco eso.
P.: ¿Cómo es bajar tu formación académica a los ritmos populares?
L.S.: También en un punto es reflejo de los intereses musicales. A mí siempre me gustó tocar música académica. Lo que pasa es que el folklore apareció solo, yo no lo fui a buscar. Yo me sentaba en el piano y aparecían esos ritmos. Lo siento como algo que se me presentaba. No es que yo me sentaba al piano y decía "quiero componer un folklore". Las cosas que iban surgiendo me llevaban a buscar esos ritmos y esas melodías. Después surgió que terminé componiendo música folclórica, pero yo no lo busqué. Se dio solo porque es la música que yo escuchaba en ese momento. Como a mí me gusta mucho tocar el piano, toqué el piano toda mi vida, hay herramientas del instrumento que quise explotar. Llevarlas a lo complejo.
P.: ¿Con qué se va a encontrar el público en Café Berlín el 12 de octubre?
L.S.: Va a ser una noche re linda, porque voy a tocar ambos discos. Voy a tocar con la banda todas las canciones de Desafío Guerrero y algunas canciones nuevas. En un momento voy a tocar sola el piano; como hay un piano de cola muy lindo, voy a aprovechar y voy a tocar ese piano. Además van a haber algunos invitados y, bueno, cositas...sorpresa.
P.: En la última edición de los Premios Gardel ganaste dos. ¿Qué significan para vos?
L.S.: Estoy re contenta. Siento que le dio más visibilidad al proyecto. A veces una no sabe por qué pasan las cosas que pasan; si es una cosa u otro. La verdad, tuve muy lindas repercusiones en función de eso y mucho reconocimiento. Estoy muy agradecida. El camino recién empieza. Para mí el mayor premio es poder compartir la música con la gente y que la gente la conozca: ese es el mayor premio de todos.
Luna Sujatovich se presenta el 12 de octubre en Café Berlín, Villa Devoto, CABA; el 16 de octubre en Mar del Plata y el 26 de octubre en Quilmes.
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