Hotel para perros

Las destrezas de los perros son lo único que sobrevive en este oscuro film para chicos, sin humor y por momentos angustiante.

Las torpezas humanas de «Hotel para perros» superan largamente a las habilidades caninas. Aunque se supone que es una película para chicos, el guión hurga de tal forma en lo miserable que hasta parece que el objetivo hubiese sido, antes que entretener a su público, angus-tiarlo con un ejercicio de neo-neorrealismo americano (siempre habrá final feliz y moralizador, desde luego, pero hasta que sobrevenga deberá transcurrir un buen rato de escenas sórdidas).

Dos hermanos adolescentes huérfanos (Emma Roberts y Jake Austin), cuyos padres «temporarios» descuidan y maltratan (la madre es Lisa Kudrow, que envejeció muy mal después de «Friends»), se dedican naturalmente al delito y tienen a maltraer al asistente social Don Cheadle (el único héroe y personaje bondadoso de la película, afroamericano desde luego).

Coartada

La coartada para la redención son los perros: los hermanos descubren una noche un hotel abandonado, se instalan allí, y van llevando a los perros callejeros que encuentren para ponerlos a salvo de la perrera. Es el momento del desconcertante «toque mágico y encantador», algo así como si «Okupas» se transformara por un segundo en «Mary Poppins»: con la ayuda de un empleado de una tienda de mascotas, transforman el hotel en un cinco estrellas canino, aunque ni siquiera en esto el film termina de agradar. Tal vez haya sido concebida con fines humorísticos la escena de los sofisticados retretes colectivos para perros, con su correspondiente sistema de depósito de excrementos, aunque termina siendo tan repugnante que sólo a un párvulo Marqués de Sade podría llegar a gustarle.

Es cierto que cualquier película con perros goza de antemano del favor del público (sin ir más lejos, la sosa «Un chihuahua en Beverly Hills» tuvo buena respuesta), aunque no parece seguro que la oscuridad de este producto, con momentos acongojantes para los chicos como aquel en que se amenaza con separar a los hermanos en casas distintas y que la perrera liquide a todos los animales, pueda conformar de la misma forma.