2 de diciembre 2019 - 00:00

Iván Navarro: la abstracción que no oculta el dramatismo

Las violaciones a los derechos humanos del pinochetismo se reflejan, a su decir, en varias obras que sólo parecen fríamente geométricas.

Iván Navarro. “Enterrar y callar”, o el geometrismo de denuncia.

Iván Navarro. “Enterrar y callar”, o el geometrismo de denuncia.

“Bifocal” es la primera muestra individual del artista chileno Iván Navarro (1972) que se exhibe en el MACBA en colaboración con las galerías Templon (París), Isabel Aninat (Chile), Luciana Brito (San Pablo) y Revolver (Perú). Conocimos en 2006 la obra de este artista en Nueva York, “Homeless Lamp”, un carrito de compras con tubos fluorescentes que se paseaba por las calles de Manhattan; en la Bienal de Venecia 2009, un trabajo impresionante llamado “Death Row” (El corredor de la muerte), portales de luz, espejo y neón; y en 2019, en el Km 19 , sede de la Embajada de Brasil de Bienalsur, cuya obra se destacaba en una muestra colectiva titulada “Hogar, Dulce Hogar”.

En el primer y segundo subsuelo del MACBA se exhiben instalaciones, por ejemplo: tres fosos o túneles abismales que crean la ilusión de gran profundidad creada por espejos ocultos y las palabras ODIO, ECO, ÉXODO en luces de neón. También hay obra como “Totem” (2013), que puede remitir a una cabina de vigilancia; “Farándula de charlatanes”, inspirada en una obra de Goya, o “Murió la verdad”, títulos que lo alejan de toda trivialidad y en los que las temáticas de índole social y política impregnan todo su hacer.

Es posible que el espectador desprevenido sólo vea sus obras como una experiencia estética pero, al investigar su trayectoria, verá que está atravesada por la historia de su país ya que creció durante la dictadura militar. Al llegar a Nueva York en los 90 comenzó a comprender la magnitud del trauma cultural que lo rodeó en su infancia. En sus declaraciones, Navarro se refiere a que su inspiración se debe al uso de la electricidad y la luz como herramienta de control: la tortura, la luz como vigilancia y los apagones que tuvieron lugar en la época pinochetista, así como el espejo que se utiliza en los interrogatorios.

Cuando estamos frente a la obra de Navarro no se puede dejar de pensar en Dan Flavin (1933/1996) escultor neoyorquino, el primero en utilizar la luz fluorescente, uno de los representantes más conspicuos del minimalismo entre cuyas premisas estaba la utilización en serie de objetos inapropiados que más tarde se elevaron a categoría artística. Otras de las premisas eran la redefinición de la obra de arte con el espacio y el espectador así como el uso de materiales y técnicas industriales.

Tampoco la obra de Dan Flavin podía ser considerada como un objeto bonito ya que también tenía connotaciones políticas, por ejemplo: su monumento a Vladímir Tatlin o su “Monumento 4” en honor a los muertos en una emboscada en 1996.

También el consumismo y la producción masiva fue otra de sus críticas a través del concepto minimalista.

Es imposible no asociar su obra a la del artista estadounidense Dan Flavin, el escultor de la luz fluorescente y uno de los representantes más conspicuos del minimalismo, entre cuyas premisas estaba elevar a categoría artística objetos inapropiados, el uso de materiales y técnicas industriales, redefinir la obra de arte con el espacio y el espectador. Iván Navarro , a través de una obra estéticamente bella y también potente reflexiona, sobre las iniquidades del mundo actual. (MACBA. San Juan 328. Lunes a viernes de 11 a 19, sábado y domingo hasta las 19.30. Clausura en marzo 2020).

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