Muchas veces cuando vemos una película nos emocionamos o nos reímos al ver una escena, y en muchas oportunidades esto es gracias al sonido que la acompaña. No todos llegan a apreciar la importancia y el arte de la música para películas, por lo que es necesario seguir este tópico con la obra de un artista único.
La historia de Ennio Morricone, el compositor de una de las canciones más memorables de la historia del cine
El italiano es uno de los nombres imprescindibles cuando se habla de música para películas. Su vida, estudios y logros.
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Y es que un día como hoy nacía Ennio Morricone, uno de los compositores de música para cine más recordados de la historia. Autor de la icónica canción El Bueno, el Malo y el Feo, así como el score de otras películas galardonadas son muestra de lo que fue su talento artístico.
Ennio Morricone, uno de los compositores más talentosos de la historia del cine
Morricone nació el 10 de noviembre de 1928 en Roma. Su primer instrumento fue la trompeta y a los seis años ya había compuesto su primera obra, por lo que su padre y músico, Mario Morricone, decidió inscribirlo a los nueve en la Academia Nacional de Santa Cecilia. A los 12 años comenzó un programa de conservatorio enfocado en armonía que duraba cuatro años y lo completó en seis meses.
Tras recibir su diploma de trompeta en 1946 comenzó su carrera profesional y compuso la música de Il Mattino (La mañana). En paralelo fue escritor fantasma de obras que terminaron siendo publicadas a nombre de otros grandes autores de la época, y ganó popularidad por la composición de música de fondo para programas de radio. En 1950 recibió un diploma por instrumentación y más adelante el mismo reconocimiento por composición.
En 1955 se dedicó a arreglar la música de otros compositores que ya estaban establecidos en el cine, y poco tiempo después Sergio Leone, director que había sido compañero de Ennio en el colegio, le propuso ser el compositor de la banda sonora de sus próximas películas. Allí nació una dupla soñada, que cambió la forma del género western en todas sus variables, con títulos como Por un puñado de dólares (1964) y Giù la testa (1971).
En las décadas del 80´y 90´siguió componiendo, tanto para películas de su compañero Leone como para otras grandes películas. Allí destacan C´era una volta in America (Érase una vez en América) de 1984 y Cinema Paradiso de 1988, ambas consideradas de las mejores bandas sonoras de la historia. También hizo la música también de Los intocables (1987) de Brian De Palma y, más adelante, la de Kill Bill (2004) de Quentin Tarantino.
Como si fuera poco, fue un compositor multipremiado. Ganó dos premios “Grammy”, tres “Globos de Oro”, cinco “BAFTA”, diez “David de Donatello”, once “Nostro d’argento”, el premio de “Música Polar” en 2010 y dos “Oscar” de los cuales uno fue por su carrera honorífica. El otro fue a Mejor Banda Sonora por The Hateful Eight (2016), también de Tarantino.
Sus obras están cargadas de emoción y matices, que muestran su versatilidad para componer en base a distintos géneros. Además, sus brillantes melodías aportaban un condimento extra a las películas en las que participó. En 2020, una caída en su casa le provocó una fractura de fémur que en unos pocos días le trajo complicaciones de salud, y el 6 de julio falleció a los 91 años.
"El Bueno, el Malo y el Feo", la canción más conocida en la historia del cine
Antes recordamos a la dupla Leone-Morricone, pero no mencionamos su obra maestra. Para la película Il buono, il brutto, il cattivo (El Bueno, el Malo y el Feo) de 1966, el compositor romano creó una de las canciones más recordadas en la historia del cine. Bajo el título homónimo del film, Morricone desplegó toda su habilidad para construir una banda sonora para el recuerdo y un tema que todo el mundo reconoce al instante.
Suenan los bombos, que anteceden a la icónica flauta que reproduce la famosa melodía. Una vez pasados 15 segundos de canción, ya nos podemos sumergir al mundo western que creó Morricone con sus instrumentos. El Bueno, el Malo y el Feoconstituyó el sonido de la película, con dos frases como leimotiv de todo el largometraje así como una mezcla de instrumentos como la ocarina, la guitarra acústica y la flauta que generan un ambiente único.
Según Leone, hasta el 40 % del éxito de una película dependía de la música. Exótica pero simple, la música de Morricone traspasó la pantalla grande y muchas generaciones.
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