11 de diciembre 2003 - 00:00

"LOONEY TUNES: DE NUEVO EN ACCIÓN"

Escena del film
Escena del film
«Looney Tunes: de nuevo en acción» (Looney Tunes: back in action, EE.UU., 2003, dobl. al español). Dir.: J. Dante. Guión: L. Doyle. Int.: B. Fraser, J. Elfman, S. Martin, T. Dalton.

E l público está acostumbrado y ya no se asombra de nada, pero la mezcla de animación con acción en vivo que tiene esta película merecería ser mucho más apreciada. Se marca cierto avance respecto a «Space Jam», al menos en materia técnica, y eso es algo digno de destacar. Lástima que el argumento sea tan flojo. Y no es que parta de una mala idea (ni de malos ejemplos, ya que parece sintonizar con «¿Quién engañó a Roger Rabbit?» y con las dos de «Spy Kids»).

Según esa idea, Bugs Bunny y el Pato Lucas viajan por tres continentes y el espacio exterior para salvar al mundo, mientras un joven amigo trata de salvar a su padre, astro de cine y espía internacional en sus ratos libres. El muchacho y el pato son inicialmente víctimas de una ejecutiva algo acelerada, y todos, prácticamente el mundo entero, arriesgan ser víctimas de un ejecutivo ultra acelerado. El tipo quiere dominar el mundo y convertir a la gente en simios, para que a la mañana todos trabajen como monos, fabricando chucherías Acme, y a la tarde ellos mismos las compren, como humanos sin remedio que son. O viceversa, la verdad que la idea es buena y está en aplicación desde hace rato.

Una de las escenas más logradas de "Looney Tunes: de nuevo en acción", film que mezcla animación y acción en vivo de forma tan asombrosa como para no reparar mucho en el argumento.

Pero una cosa es ese chiste, y otro la historia que lo desarrolla. Por algo los Looney Tunes reinan sólo en el cortometraje.

Para colmo el villano que compone Steve Martin es lo más insoportable del film. Si, pese a esto, la película resulta entretenida, es porque mantiene el sentido del humor de sus personajes, y porque a casi todo lo largo ofrece un juego paralelo: ver de qué otra cinta se están riendo. La referencia más obvia (y mal hecha) es «Psicosis». La más breve, «Madeleine», apenas un plano de unas nenas. La mejor, «Los usurpadores de cuerpos», versión 1956, con el mismo protagonista, al que todos siguen sin creerle. Pero mejor todavía, y hasta antológico, es el paseo bien loco, en viejo estilo, de Bunny, Lucas y Porky por el Louvre (aunque no todos los cuadros que aparezcan en esa escena estén allí). Del resto, cuanto mucho se pasa el rato.

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