24 de mayo 2007 - 00:00

Maria Bethânia santificada en buen documental

Bien pensadoy realizado ycon momentosrealmenteemotivos,«MariaBethânia,música yperfume»brinda unretratoidealizado dela cantantebrasileña.
Bien pensado y realizado y con momentos realmente emotivos, «Maria Bethânia, música y perfume» brinda un retrato idealizado de la cantante brasileña.
«Maria Bethânia, música y perfume» ( María Bethânia, música é perfume, Francia-Suiza, 2005, habl. en portugués.). Dir: George Gachot. Documental.

Inevitablemente, los documentales sobre artistas tienen un contenido apologético, y «María Bethânia, música y perfume» no es la excepción. Nacido en Francia y residente en Suiza, el ingeniero electrónico, pianista, musicólogo y cineasta Georges Gachot tiene ya una importante experiencia en la realización de documentales sobre músicos (trabajó, por caso, sobre Martha Argerich y sobre el cellista Beat Richner). Ahora llegó el turno de una de las principales figuras de la música de Brasil.

Fiel a la apología, el film muestra a la cantante bahiana como una mujer sin dobleces, impecable en sus opiniones, incuestionable en todos los aspectos de su vida. Quizá sea ése el único punto reprochable del film, ya que nadie descubrirá en él el carácter fuerte, las rabietas o las veleidades de gran estrella que cualquiera que haya frecuentado a la artista conoce, por ejemplo.

Por el resto, el documental es impecable. La cámara recorre la escenografía semi rural del Santo Amaro da Purificaçao natal de la cantante, las festividades populares (hay una escena religiosa, con Bethânia, su madre y su hermano Caetano Veloso que emociona profundamente), los escenarios en los que ha estado presentando sus últimos discos («Brasileirinho» y uno de homenaje a Vinicius), sus ensayos, su trabajo de estudio.

Además de sus propios relatos que sirven de eje al documental, están los de sus amigos y colegas, de su madre, de Caetano -que también canta, estupendamente como siempre-, de su director musical Jaime Alem, de Chico Buarque, Gilberto Gil, Nana Caymmi -dueña de una simpatía arrolladora- y Miúcha. Terminada la película, no será posible conocer todo el universo de María-Bethânia, pero sí buena parte de su mundo y de su entorno. Y, fundamentalmente, recuperar el placer de verla y escucharla cantar; solamente su interpretación de «Olhos nos olhos» de Buarque justifica todo el film.

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