Un ídolo popular, una carrera arrasadora, una puerta cerrada a su intimidad y, a la vez, toda una vida transitada a la luz del público mundial. Quizás esto sea sólo una parte del éxito de “Luis Miguel, la serie”, donde la realidad se hizo ficción para mostrar el recorrido que atravesó el cantante mexicano que con 50 años ya acumula 40 de actividad.
"Luis Miguel, la serie", temporada 2: mano a mano con el elenco
César Bordón, Fernando Guallar, Macarena Achaga y Pablo Cruz Guerrero dialogaron con Ámbito sobre la nueva entrega de la serie de Netflix que aborda la vida de Luis Miguel.
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"Luis Miguel, la serie", temporada 2: los momentos clave
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Cómo es la transformación de Diego Boneta en Luis Miguel que dura hasta 6 horas
Diego Boneta y César Bordón en la piel de Luis Miguel y Hugo López, representado y representante, pero casi padre e hijo
La temporada dos de la serie de Netflix se estrena este domingo 18 de abril y cuenta con ocho episodios. La misma se narra en dos líneas de tiempo e incorporó nuevos personajes.
En momentos en que alcanza la consagración absoluta Luis Miguel (Diego Boneta) queda a cargo del cuidado de sus hermanos tras la muerte de su padre. Hugo (César Bordón), representante y figura paterna para Micky, lucha contra el cáncer, y un nuevo representante, Patricio Robles (Pablo Cruz Guerrero), agita las cosas en la agencia de talentos. A nivel profesional y personal aparece Mauricio Ambrosi (Fernando Guallar), quien ejerce un rol central en la vida del cantante. Mientras intenta descifrar la misteriosa desaparición de su madre, Luis Miguel sana su propia herida paterna al reconectarse con su hija Michelle Salas (Macarena Achaga), a quien no ve desde hace más de una década.
A días del ansiado estreno, Ámbito dialogó César Bordón, Fernando Guallar, Macarena Achaga y Pablo Cruz Guerrero sobre los ejes principales de la historia.
El secreto del éxito de “Luis Miguel, la serie”
Para César Bordón, fue clave “la audacia que ha tenido Luis Miguel para contar su historia descarnadamente y ponerla sobre la mesa”.
Pablo Cruz Guerrero destacó cómo la serie fue más allá del mito y la leyenda alrededor del artista. “Todo el mundo quería saber más, pero nadie sabía nada. Ahora el mundo tiene la oportunidad de volverse familiar de un personaje como es Luis Miguel, de tenerlo en su sala, interpretado por Diego Boneta, que lo hace de una manera excepcional”, aseguró.
En la misma línea, Fernando Guallar resaltó que la producción de Netflix cuenta “la historia B de un personaje del que prácticamente todo el mundo conoce una historia A”. “Contar esa parte oculta y humanizar al personaje es la clave para que tanta gente conecte con la historia”, sostuvo el actor.
Por su parte, Macarena Achaga mencionó la importancia de que se trate de un personaje contemporáneo, donde el público puede involucrarse a partir de sus propias vivencias. “Parte de la clave es cuánto se integra la gente y cómo se siente parte de la historia porque de alguna manera lo fueron”, expresó.
La relación de Luis Miguel y Michelle Salas
La segunda parte de la serie aborda el interrumpido vínculo de este ícono de la canción con Michelle Salas, su hija. “Me parece que cómo público se van a sorprender con cómo se va desarrollando la historia y cómo cuando parece que ya se resuelve la relación, de repente se complica otra parte”, dijo Achaga, a cargo del personaje.
“Estamos hablando de una relación universal: todos reconocemos un vínculo con un guía, con un papá, con un mentor que nos haya marcado. Tanto la ausencia como la presencia de este vínculo en la vida de Michelle es controversial”, admitió la actriz.
Hugo López, héroe entre villanos
Una constante en la serie que fue autorizada por Luis Miguel es la continua aparición de personajes cargados de crueldad, distintos niveles de perversión y malicia. Entre ellos se movió Hugo López, el histórico manager del cantante. El representante interpretado por César Bordón se ganó el cariño del público de inmediato, quizás por lo que el actor explicó respecto a la industria de la música: “Sacamos al personaje de esa ratonera donde el negocio es el que manda y lo hemos puesto en la humanidad”.
“Hemos acordado que lo que Luis Miguel tenía era una carencia paterna y lo que Hugo López tenía era una carencia fraternal de un hijo. Ambos se han elegido por alguna de esas razones y a partir de ese afecto hemos creado una relación que no quita lo profesional, pero que fundamentalmente está centrada en la humanidad. Ambos tienen un mundo de grandes sentimientos y en esa sentimentalidad está basado el vínculo”, afirmó.
“Qué difícil debe ser ser Luis Miguel”
Esta multiplicidad de presuntos villanos que rodeó a Luis Miguel desde su infancia no sorprende a Fernando Guallar. “Estoy convencido, y perdón por esta desconfianza en la humanidad, que una persona como Luis Miguel, con el éxito que tuvo, seguramente atraería a mucho sinvergüenza y a mucho interesado. Creo que además esa es una de las claves para entender cómo Luis Miguel acabó en algunos momentos tan oscuros. No hay nada más jodido que una serie de traiciones”, dijo quien se pondrá en la piel de Mauricio Ambrosi.
Por último, Bordón se refirió al recelo que el cantante mantuvo siempre con su intimidad: “Qué difícil debe ser ser Luis Miguel y que todo el mundo esté tratando de querer saber cosas sobre tu vida cuando posiblemente no tengas ganas de comentarlas”. Según él, con la serie el mexicano ganó la apuesta: “Lo hizo de la mejor forma que podía hacerlo: la gente se enterneció con su historia y ganó una nueva generación de gente que lo sigue”.
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